Prologo | Empezando desde cero

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Iniciando mi vida desde cero en un mundo diferente]

Prologo | Empezando desde cero

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Las luces titilantes bañaban la tienda con un parpadeo casi hipnótico, proyectando sombras intermitentes sobre las estanterías uniformemente colocadas. Todo estaba meticulosamente ordenado, como si cada producto tuviera su propio lugar en un esquema invisible. Era un lugar frío, casi sin alma, donde el silencio competía únicamente con el sonido de las luces y el ocasional murmullo de algún cliente.

Frente a una de las estanterías, un joven de diecisiete años estudiaba los productos en exhibición. La mirada cansada de Subaru se deslizaba sin prisa, repasando cada cubierta, cada título, con una mezcla de indiferencia y ligero hastío.

—"¿Ya habrá salido el nuevo tomo de este manga?" —murmuró para sí, alzando la mano hacia un tomo de tapa desgastada. Observó cada detalle de la portada, sus ojos analizaban con precisión y sin entusiasmo, como si estuviera buscando algo especial que, para su desagrado, no encontraba.

—"Nada interesante."

Sus palabras apenas alcanzaron a romper el silencio, un susurro para él mismo. Sus labios se movían con desgano, y el cansancio que arrastraba se reflejaba en sus ojos apagados. Un suspiro se escapó de su pecho. Quizás debería irme, pensó con resignación.

Caminó despacio por los pasillos, dejando que la tienda lo envolviera. A su paso, los estantes llenos de productos se alineaban en perfecta sincronía. Mientras avanzaba, Subaru se dirigió hacia el mostrador, donde el empleado de turno lo observaba con una mirada tan vacía como la suya propia. El chico detrás del mostrador tenía esa misma expresión de desánimo que parecía contagiosa en ese lugar. Un alma atrapada en la monotonía de la rutina diaria, en una realidad que apenas dejaba espacio para el asombro o la novedad.

Sin decir nada, Subaru depositó sus productos sobre el mostrador. El pitido del lector de barras rompió la calma de la tienda, un sonido agudo y repetitivo que le provocó un leve dolor de cabeza, uno de esos síntomas que le habían vuelto tan comunes desde que pasaba horas frente a la pantalla, abstraído en videojuegos hasta el agotamiento.

—"¿Algo más, joven?" —preguntó el empleado, con una voz tan plana como su expresión.

Subaru negó con un leve gesto de cabeza, sin molestarse en decir nada. Cansado, sacó unas monedas de su billetera y las dejó sobre el mostrador.

—"Serían 183 yenes."

El sonido de las monedas resonó cuando el empleado las recogió con lentitud. Subaru tomó la bolsa de plástico con sus compras, sintiendo su peso ligero en la mano. Dio media vuelta y se dirigió hacia la salida, lanzando una mirada rápida y cansada al mostrador antes de salir. Al abrir la puerta, el tintineo de las campanillas lo despidió, un eco solitario en el aire.

El viento nocturno lo recibió al instante, como un golpe frío en el rostro que le erizó la piel. Observó el cielo oscuro, casi sin estrellas, y sintió el vacío que lo rodeaba. Hoy será una noche fría, pensó, mientras sus pasos resonaban en la acera húmeda.

—"Estoy tan cansado…" —musitó, dejando que sus palabras se perdieran en el silencio de la noche.

...

Una repentina y extraña pesadez comenzó a apoderarse de Subaru. Era una sensación densa, como si algo invisible tirara de sus párpados hacia abajo, exigiéndole con urgencia que cerrara los ojos. Sin entender la causa, Subaru luchó contra ese impulso. Se esforzaba por mantener los ojos abiertos, sintiendo cómo el frío se volvía más agudo, más penetrante, rozando su piel con un toque helado.

DanMachi | starting in another worldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora