Tierra, luego de terminar de vomitar los residuos extra producto de la contaminación en masa. Miró al espejo, esperando ver su reflejo agotado y cansado por el esfuerzo, se encontró con algo... inesperado.
Allí en ese trozo de vidrio con marco bellamente decorado por Italia, no estaba su rostro, en cambio ahora veía a un planeta que no conocía. ¿Cómo sabía que era un planeta y no algo más? Bueno, esos tres ojos oscuros de pupilas naranjas de más solo podían ser de un planeta... tal vez de uno muy lindo.
Houston entró al baño con cuidado, viendo a su planeta en un trance silencioso con sus ojos fijos en el espejo, viendo su propio reflejo como si fuera la primera vez en su vida que lo hace, "¿Qué tiene la Tierra?" Se preguntaba confundido y curioso, más primero se aseguró de que nadie lo siguiera o viera, entró al baño y se acercó a su planeta, quién estaba tan distanciado de lo que lo rodeaba que el pequeño terrícola pudo escalar hasta llegar a la altura de su hombro sin que se diera cuenta.
- Disculpe, señor Tierra, Houston llamado al señor Tierra para que ponga los pies en la-... ¿Tierra..? Okay, eso fue confuso de decir. - admitió enseguida, "no me pagan lo suficiente para esto y lo diré hasta el día que me muera". Pensó resignado, siempre con complicaciones en su trabajo a pesar de que se supone que los países estarían pendientes de los cuerpos celestes y él podría descansar.
Pero su planeta no le contestaba, seguía mirando el espejo, observando ese planeta misterioso que usaba movimientos elegantes para deslizarse de un lado al otro, Tierra presentía que lo hacía a propósito para llamar su atención, aún así no tenía quejas puesto que ese planeta lo estaba consiguiendo. Sus ojos resultaban hipnotizantes en lugar de amenazadores/aterradores para él, esa corbata roja le daba vida a su fino rostro pálido y ese cabello corto le robaba su atención, sus ojos casi transparentes no podían dejar de admirar aquel ser que se veía tan majestuoso, aunque lo que no sabía la Tierra era que:
Estaba siendo drogado con sucios trucos del planeta Iris.
- ...¡¡¡SEÑOR TIERRA, ESCÚCHEME POR UN DEMONIO!!! - gritó al lado del oído del planeta habitable para finalmente hacerlo despertar de su trance, frunciendo el ceño ante el esfuerzo que tuvo que hacer cuando para él la altura de su planeta era igual a la de un poste de luz y ni que hablar de los otros planetas no rocosos.
- ¿Eh? Hola lindurita, ¿pasa algo? - preguntó como si nada, sonriente mientras ofrecía su mano como asiento para Houston, asiento que aceptó con confianza, puesto que su planeta jamás le haría daño, ¿verdad?
- Pasa que escuché ruidos raros y luego cuando llego al lugar de origen de dichos sonidos me encuentro contigo estático mirando al espejo como si hubiera algo más allí que tú reflejo. Dime, Tierra, ¿estás bien? - cuestionó profesionalmente, entrecerrando sus ojos, para un adulto como él no sería fácil mentirle cuando se ponía serio.
- Ya veo, pequeñín, pero no hay necesidad de que preocupes a tu cabecita por esas cosas mínimas, ¿comprendes? Simplemente estas cosas de los espejos son muy nuevas para mí, eso es todo. - afirmó sonriente y tranquilo. "¡Bien hecho! Ya tengo la mitad de las preguntas resueltas creíblemente, la verdad es que cuando quiero puedo ser un buen mentiroso, jaja". Pensaba confiado, aunque aun no sé le ocurrían ideas para justificar los sonidos que había hecho mientras vomitaba.
- Ajá, ¿y los sonidos? - continuó cruzado de brazos, Tierra lo llevaba con cuidado en sus manos como si fuera una muñeca de porcelana delicada y preciada, demostrando una vez más su amor incondicional hacía la vida de su superficie.
- Este... ¿me cayó mal la comida..? - mintió pobremente, a sabiendas de que sería descubierto de todas formas por no pensar lo suficientemente rápido.
- Mira, Tierra, no le voy a decir a nadie que estabas vomitando. Vi el líquido negro en el retrete y no te voy a preguntar de dónde proviene porque tengo una idea de donde salió, pero si te pido que me respondas esto. ¿Hay algo por lo que debería preocuparme yo y los países? - lo miró seriamente, suspirando resignado a guardar el pequeño secreto de la Tierra, bajo de su mano después de pedirle permiso a su planeta para dirigirse al baño a bajar la cadena por él como favor.
- Muchas gracias. - susurró quedándose en el marcó de la puerta. "Ustedes pueden hacerme todo el daño que quieran, igual nunca me harán odiarlos jamás". Esperemos que la Tierra nunca se arrepienta de sus pensamientos y decisiones, porque sino el dolor que tanto lo hace sufrir lentamente habrá sido en vano para él y para los esfuerzos protectores de su luna adorada.
- No hay de qué, Tierra. - dijo antes de retirarse a su habitación individual, sin más Tierra volvió a la sala donde desayunaban todos y fue recibido por un abrazo de su luna, ¿por qué? Simple, el lado oscuro de la Luna quería darle celos discretos a los nuevos enamorados de Tierra usando a su favor su gran vínculo con su planeta, quien desde su logro de redimirse a si mismo con ayuda de su amigo Mercurio, ahora lo trataba con mimos, palabras lindas y una felicidad auténtica.
~ Mientras tanto en la mesa de las lunas ~
- Tú también quieres un abrazo, ¿verdad, Europa? - preguntó Calisto al ver el ligero disgusto en la mirada de su compañera satélite al ver el ameno abrazo y muestra de cariño entre la Tierra y su Luna, ella era celosa y eso todos lo sabían en la mesa, así que con descaro, ella simplemente asintió, admitiendo el ligero capricho que surgía.
- Pues ve a pedírselo, chica. - dijo Dione, apoyando su mejilla en su palma despreocupadamente.
- ¡¿Qué?! Por supuesto que no, eso es demasiado degradante, me van a ver raro y peor si la Tierra me niega el abrazo. - dijo un poco insegura, nerviosa en el interior porque no estaba acostumbrada a pedir mimos o muestras de cariño ninguna.
- Oh vamos, cariño, ¿por qué te preocupas? Desde que acabó la revolución lunar la Tierra se ha convertido en una masita suave y amigable, dudo que le rechace un abrazo a alguien y mucho menos a ti. - halago Ganimedes, dándole ánimos a Europa con una cálida sonrisa de confianza. Sin más Europa se armó de valor y se levantó de su asiento. Acercándose a la Tierra y su Luna a la vista de todos, jaló un poco las mangas de la ropa de este para llamar su atención mientras por dentro Luna maldecía su interrupción una y otra vez de su momento con Tierra, o mejor dicho: el resto de personalidades de luna deseaban darle una paliza para que se fuera.
Continuará
(Volví, mi gente bonita y guapa con otro capítulo, parece que alguien se va a enamorar de alguien que ni conoce xd)
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Aventuras en el sistema solar (y otros lugares)
FanfictionUn sistema solar, varios planetas, muchas lunas y muchísimos más países que lastiman a su planeta Tierra, razón por la cuál la Tierra necesita descansar cada cierto tiempo y sus demás conocidos aprovecharían para preparar bromas en su contra. (Actua...