CAPÍTULO X

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ALEXIS

La puta madre loco. No puede ser mas linda esta piba. Ni siquiera llevamos saliendo mas veces pero me encanta su actitud.

Seguí mi camino directo a mi casa, manejando el auto. No sé, pero iba con una tranquilidad… incomparable. Sentía que todo el mundo podía irse a la mierda, pero nada iba a poder arrebatarme la felicidad que sentía. El auto estaba inundado con ese perfume que ella usa. Me encanta.

Una vez llegado a casa, meto el auto en el estacionamiento del subsuelo y me tomo el ascensor para llegar a casa. Abrí la puerta y subí directamente a mi pieza. Me eché en la cama y comencé a stalkear el perfil de Camila. Por lo que podía ver, era una chica bastante tranquila y familiera. Muchas fotos con sus papás, hermanos, aparentemente, y unas cuantas amigas.

Luego de un tiempo, abrí WhatsApp y le escribí a Álvaro para ir a jugar un partido en la cancha con los pibes, ya que hoy a la noche iba a haber futbol 8 en la cancha de Argentinos. Él aceptó, obviamente, y me fui a duchar para ya ir a tiempo. Las horas pasaron y se hicieron las 19:00. Hora de ir. Agarré mi bolso, coloqué mi conjunto, mis botines y una botella de agua y bajé las escaleras. Al llegar a la puerta, mi madre me intercepta.

-       ¿A dónde vas, Ale? – preguntó curiosa

-       Voy con Alvaro. Hay partido con los pibes y no puedo faltar

-       Bueno hijo. Cuidate y volvé temprano – me hizo señas con el ojo – No me dejés con  las dudas. Hoy saliste a la mañana y no supe nada de vos

-       ¿Pero no te dijo papá que fuimos a ver la exposición de la chica esa? – nombré así para no demostrar tanto interés, porque iba a tener que dar explicaciones sin sentido a mi madre, que de por sí tiene un séptimo sentido

-       Sí, pero no sabía que la exposición duraba más de tres horas

-       Uuuh, ¿y esos reclamos? – comenté, de forma chistosa – Ni que me hubiese fugado del país, vieja

-       Bueno bueno, ándate que después hablamos de esto

-       Chau, ma. No seas tan jodida – dije. Me terminé de despedir y volví al estacionamiento para llegar a la cancha.

Pasé por el depto de Alvaro e iniciamos camino.

El partido estuvo zarpadísimo. Estaba el cielo algo nublado, pero no se sentía tanto el frío de Julio. Yo estaba todo transpirado y cansado. Lo bueno es que pudimos mirar los demás partidos, ya que nosotros jugamos el primero de ellos, ganando obviamente 5 – 2. Saqué mi celu y subí una historia de la cancha, como anzuelo para ver si Camila me daba bola o no.

Luego, traje del negocio unas latas de cerveza y comencé a charlar con Alvaro.

-       Boludo, no sabés lo que me está pasando

-       Eeeeeh, contá pue perri – dijo

-       Estoy conociendo a una piba… - comenté, sintiendo algo de nervios. La verdad no sé por qué me sentía temeroso al hablar de ella. Creo que es porque realmente siento que puedo fijarme en una chica que no sea Ailen.

-       ¿En serio? – dijo, levantando sus cejas – Ya era hora, amigo. ¿Quién es la afortunada?

-       Ella – estiré mi brazo, dándole mi celular para que chequee su Instagram

-       Aaaah, es bonita che. ¿Cómo la conociste? – me preguntó curioso. Es muy chusma mi amigo

-       Bueno, resulta que ella fue a ver a mi viejo para hacerle una clase de entrevista porque iba a rendir un examen en su universidad. Yo llegué ese día y ella iba saliendo. Y la choqué. Ja ja

TERCER TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora