En mayo de 2015, Alexandra, con 21 años, se había convertido en una mujer adulta y hermosa, cuya presencia seguía llamando la atención. Había pasado un año desde el escándalo que la había puesto en el ojo público, pero con el tiempo, logró encontrar una manera de lidiar con el constante escrutinio mediático. En la universidad, sus compañeros de Cambridge comenzaron a llamarla Blair, un nombre que usaba para mantener un bajo perfil y evitar ser reconocida por los periodistas. Este se convirtió en su alias, permitiéndole disfrutar de su vida universitaria de manera más tranquila.
Aunque la vida en el ojo público seguía siendo difícil en ocasiones, Alexandra estaba aprendiendo a equilibrar sus responsabilidades con sus deseos personales. Disfrutaba de sus momentos privados con amigos y familiares, y a pesar de las presiones, seguía creciendo y madurando en su rol dentro de la familia real.
En el 2 de mayo de 2015, a las 9 de la mañana, Alexandra estaba en el hospital, cargando a su sobrina, la pequeña Charlotte Elizabeth Diana, quien acababa de nacer. Charlotte, hija de su hermano William y su esposa Kate, era ahora su segunda sobrina, después del nacimiento de George años antes. Alexandra sonreía con ternura al ver a la pequeña, quien llevaba el nombre de su abuela Diana, lo que hacía aún más especial este momento.
Era un día de alegría y celebración, ya que la familia real se reunía para darle la bienvenida a Charlotte. Alexandra estaba feliz de tener una nueva sobrina a quien cuidar y acompañar a medida que creciera. El nacimiento de Charlotte fue una oportunidad para que Alexandra se alejara de las tensiones mediáticas y se centrara en su familia.
Mientras la sostenía en sus brazos, Alexandra reflexionaba sobre su crecimiento personal. A pesar de los obstáculos, estaba aprendiendo a encontrar su propio camino, sin dejar que la presión externa definiera su vida. Charlotte era un símbolo de la nueva generación, una oportunidad para abrazar lo que realmente importaba: su familia, sus raíces y su amor por las pequeñas cosas que la hacían feliz.
En el verano de 2015, Alexandra decidió tomarse un respiro y disfrutar de unas vacaciones con su prima Kitty Spencer. Las dos se llevaban muy bien y siempre aprovechaban cualquier oportunidad para pasar tiempo juntas. Esta vez, decidieron ir a un exclusivo destino vacacional, donde podrían relajarse lejos de la atención de los medios.
Durante una de las tardes, Kitty le presentó a James Cavendish, uno de sus amigos cercanos. James era conocido en círculos de la alta sociedad, pero prefería mantenerse alejado de la atención mediática, lo que le dio a Alexandra cierta comodidad al conocerlo. James era encantador y su actitud relajada hacía que fuera fácil llevarse bien con él. A pesar de su estatus social, era una persona accesible y sincera, algo que Alexandra realmente apreciaba.
A medida que pasaron más tiempo juntos, Alexandra y James comenzaron a compartir intereses y conversaciones profundas sobre la vida, la familia y sus experiencias en el mundo público. Aunque Alexandra estaba acostumbrada a las entrevistas y la atención de los medios, James ofrecía una perspectiva fresca y sin presión, lo que le ayudaba a sentirse más cómoda y relajada.
Aunque no era algo que Alexandra esperaba, las conversaciones con James empezaron a ser cada vez más naturales y agradables. La química entre ellos creció lentamente, aunque no se trataba de una relación romántica inmediata. La amistad que compartían comenzó a fortalecerse, y Alexandra se sintió agradecida de tener a alguien con quien podía ser ella misma sin tener que preocuparse por las expectativas del mundo exterior.
El tiempo con Kitty y James le permitió a Alexandra desconectar de sus responsabilidades y disfrutar de las pequeñas alegrías de la vida, algo que realmente necesitaba después de los años de presión y escrutinio.
En diciembre de 2015, después de haber pasado varios meses conociéndose, compartiendo momentos y disfrutando de su tiempo juntos, James y Alexandra finalmente decidieron dar un paso más en su relación y oficializar su noviazgo. A pesar de que su conexión había sido evidente desde el principio, ambos querían asegurarse de que estaban en el lugar correcto antes de tomar esa decisión.
Durante los últimos cuatro meses, su relación había crecido de manera natural. Se sentían cómodos el uno con el otro, compartiendo risas, confidencias y, lo más importante, un fuerte vínculo de amistad y respeto. Para Alexandra, James se había convertido en una presencia estable en su vida, alguien con quien podía ser auténtica y disfrutar de la vida sin las presiones que conlleva ser parte de la familia real.
El momento para hacer oficial su relación llegó cuando ambos se dieron cuenta de que ya no había necesidad de esconder lo que sentían. A pesar de las expectativas y los rumores que pudieran surgir debido al estatus de Alexandra, ambos sentían que su conexión era lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a cualquier obstáculo juntos.
La noticia de su relación fue recibida con un enfoque positivo por aquellos cercanos a ellos, aunque los medios comenzaron a especular sobre su noviazgo. Sin embargo, Alexandra ya había aprendido a manejar la atención pública y decidió que, por esta vez, lo importante era su felicidad y la de James.
En un frío diciembre, mientras disfrutaban de una tranquila noche en Londres, James le tomó la mano a Alexandra y, con una sonrisa, le pidió ser su pareja oficialmente. Ella, sorprendida y emocionada, aceptó encantada. Desde ese momento, Alexandra y James comenzaron a escribir una nueva etapa en sus vidas, siempre con la complicidad de su amor y el apoyo de sus amigos cercanos.
Su relación se mantuvo relativamente privada, lo que les permitió disfrutar de su tiempo juntos sin la constante atención de los medios. Pero, a medida que los meses pasaban, se hizo evidente que ambos estaban profundamente enamorados y decididos a construir un futuro juntos.
En 2016, la atención mediática seguía siendo una constante para Alexandra, especialmente cuando se trataba de su vida personal. Un día, los paparazzi captaron una imagen de ella disfrutando de una comida rápida en McDonald's, acompañada de dos de las modelos más populares del momento, Gigi Hadid y Kendall Jenner. Las tres se veían relajadas y disfrutaban de un momento común, alejado de los lujos y formalidades que la vida real le exigía a menudo.
El titular en los medios fue un tanto sensacionalista: "La princesa Alexandra, captada comiendo comida rápida en McDonald's", lo que generó una oleada de comentarios y rumores. Sin embargo, Alexandra no se dejó afectar por las críticas. Solo rodó los ojos, sabiendo que esto era simplemente parte de su vida pública. Para ella, disfrutar de un McDonald's con amigas no era nada fuera de lo común, y mucho menos un comportamiento inapropiado. Era solo un momento de normalidad, algo que ella rara vez podía disfrutar sin ser observada.
Aunque los tabloides intentaron hacer de esto una gran noticia, Alexandra no se preocupó. Ya había aprendido a lidiar con la presión de los medios y la atención que venía con ser parte de la familia real. Sabía que a veces las cosas más sencillas y cotidianas eran las que más llamaban la atención. Gigi y Kendall, que también eran figuras públicas, comprendían perfectamente cómo era vivir bajo el escrutinio constante y no se sorprendieron por el revuelo que causó la escena. Ellas, al igual que Alexandra, solo querían pasar un rato divertido entre amigas, lejos de los focos.
Para Alexandra, momentos como este eran esenciales. Aunque su vida estaba llena de compromisos y responsabilidades, no dejaba que su título o su estatus la definieran completamente. Disfrutar de una comida rápida con amigas era simplemente una forma de recordar que, a pesar de ser una princesa, también era una joven de 21 años que quería experimentar las mismas cosas que cualquiera de su eda
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Alexandra's Life
FanfictionSPINOFF DE LIEFDE || La vida de Alexandra Desde la infancia hasta su vida actual, Alexandra: La Princesa que Forjó su Propio Camino es la historia de una princesa cuyo corazón estuvo marcado por la ausencia de su madre y la constante mirada del públ...