Capítulo 5. Sufrimiento más allá de las heridas.

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«No quería dejarte ni un segundo, y cuando lo hice...»

—Mugiwara... —pronunció Law, con lo que el chico enderezó su rostro, para mirarlo—. No tienes nada que agradecerme; así que...

—Pero quiero hacerlo, porque, pudiste haberme dejado morir en ese campo de batalla, pero, decidiste salvarme... Gracias —respondió Luffy, con total sinceridad y con una mirada llena de amabilidad que dejó confundido al capitán de los piratas Corazón, quien se soltó de sus brazos de inmediato.

—Deberías ir a terminar de desayunar —Law quiso cambiar el tema, pero lo que no podía cambiar es que no lograba apartar su mirada de la de Luffy, quien parecía tener algo más que decirle.

—Está bien, pero hay algo que quiero saber antes.

—¿Qué es? —respondió Law, tratando de mostrar fastidio, porque en realidad no sabía que actitud tomar.

—¿Cuál es tu nombre? —dijo Luffy, mostrando al final una dulce sonrisa que dejó sin habla a Law.

—Soy...

—¡Capitán, aquí están! —terció Bepo, interrumpiendo el momento al haber llegado a cubierta.

—¡Bepo! —exclamó con furia el capitán, lo que notó de inmediato el mink.

—Lo siento, yo... Es que creí que Mugiwara había escapado, pero ya vi que está aquí y...

—Perdona por dejar tu comida, pero tenía que hacer algo —agregó Luffy, lo que desconcertó a Bepo.

—Bepo, llévatelo abajo y que termine de desayunar, y sino acompáñalo a dar un paseo o a asearse o lo que sea que necesite. Eres su encargado.

—Entendido. Vamos, Mugiwara.

—Pero... —se quejó Luffy, porque no había tenido una respuesta, pero al notar que Law ya no le ponía atención y estaba revisando de nuevo el barco, se metió nuevamente a este, seguido por Bepo.

Cuando la puerta de cubierta se hubo cerrado, Law solo suspiró hondo, y trajo a su mente esa sonrisa dulce que acababa de recibir hacía unos segundos. Y le pareció tan increíble que aún con todo lo que había pasado días antes, Luffy fuera capaz de esbozar una sonrisa tan sincera y dulce... Algo que él jamás hubiera imaginado poder hacer cuando acababa de perder a Corazón.

«Ese chico...»


Mientras tanto, Bepo llevaba a Luffy de regreso abajo.

—Vayamos al comedor de regreso.

—Pero ya no tengo hambre.

—Entonces, te mostraré el barco; el capitán dijo que diéramos sino un paseo.

—Ok.

Y así el Mink le fue mostrando las diferentes áreas del Polar Tang, desde su área de máquinas, su sala de estar general, su biblioteca, la bodega de comida, y de ahí la cocina y la lavandería. De ese modo llegaron hasta la enfermería, con la sala de cirugía al fondo.

—Esta es la enfermería; al fondo está la sala de cirugía del Capitán y este es el cuarto de recuperación donde se quedan los pacientes —explicaba Bepo, mientras Luffy miraba todo el espacio, sintiendo que ya había estado ahí antes. Al notar su interés particular por el lugar, el mink le confesó: —. El capitán estuvo en este cuarto contigo varias noches en vela, cuidándote.

—Eso... —susurró Luffy, sorprendido, sintiendo calidez en su pecho.

—Lo siento, creí que te lo había dicho el Capitán —se disculpó Bepo al notar la sorpresa en el chico.

—No, él no me dijo nada de eso. Supe hace rato que él me había salvado porque lo mencionó tu compañero. Pero en realidad, es como si no supiera nada de lo que pasó... ni de él. Pero parece que lo prefiere así.

—El Capitán es muy reservado y... no lo tomes personal, seguro no te contó nada porque apenas te estás recuperando —confirió Bepo, dándole unas palmadas en el hombro a Luffy, quien lo escuchaba atento—. Pero te aseguro que él hizo lo imposible por salvarte, aunque por momentos nosotros, su tripulación, perdíamos la fe, él no se dio por vencido... hasta te hizo varias transfusiones de sangre y...

—¡¿Hizo eso?! —preguntó Luffy, impactado. Bepo volvió a arrepentirse de haberle revelado tal cosa y respondió:

—Sí, como te lo dije, él hizo todo lo que estaba a su alcance para salvarte... solo no le digas que te lo conté...

—No te preocupes oso polar; no se lo diré.

—Vayamos a que te des un baño, el agua está caliente y te caerá bien— respondió Bepo mientras salía de ahí, dejando a Luffy rezagado, quien miraba la cama y el sillón a su lado, recordando que ahí había despertado el día anterior, e imaginando que seguro en ese sillón se estuvo quedando el médico a cuidarle.

Ambos fueron a las duchas, y ahí Bepo se puso a espaldas del chico y le quitó los vendajes del torso, brazos y piernas, dejándolo a solas para que se duchara.

El lugar se llenó de vapor y Luffy, quien sentía aún débil su cuerpo, comenzaba a ducharse cuando vio frente suyo un espejo, al cual se acercó para mirarse, con lo que no pudo dejar de notar la cicatriz que ahora tenía en su pecho, impactándose.

Tocó la cicatriz pero aún le dolía mucho... aunque no tanto como lo que le recordó al instante: a su hermano, lo que lo hizo ponerse a llorar de inmediato, cayendo de rodillas al suelo lleno de agua al correr, abrazándose con sus brazos cruzados al pecho, tratando de ahogar su llanto que no podía cesar.

«Ace... ¿Por qué...?»


Law entró al barco ante el cielo de tormenta que se veía aproximar y tras haber revisado las reparaciones hechas por su tripulación, con lo que se dirigió de inmediato con Bepo, para saber qué tal le había ido a Luffy, sorprendiéndose al no verlos juntos.

—¿Dónde está Mugiwara?

—Pues le enseñé el barco y lo dejé en las duchas, así que ahora debe seguir ahí.

—¡¿Por qué lo dejaste solo?! —reclamó Law, preocupado.

—Lo siento, no pensé que... —pero Bepo ya no dijo más porque vio a su Capitán correr hacia el lugar, furioso.

Cuando Law llegó, lleno de angustia, entró de golpe al lugar para ver entre todo el vapor al chico llorando en el suelo, de manera incontrolable.

—¡Maldita sea! —exclamó y corriendo hacía él, se agachó y lo abrazó a su cuerpo, mientras el agua de la regadera caía a su espalda, mojando toda su ropa. Luffy de inmediato se abrazó a su cuello, al tiempo que Law tocaba con su mano la cabeza del chico—. ¡Calm! —con lo que el llanto del chico se silenció de inmediato, y el agua al caer quedó como único sonido en la habitación pese a que Luffy seguía llorando, aferrado a Law.

Justo en ese momento Bepo llegó a la puerta y miró la escena, impactado. Jamás había visto a su Capitán abrazar a alguien así, como lo hacía con Mugiwara. No podía ver el rostro del chico, oculto en el pecho del médico ni tampoco escucharlo llorar, pero sabía que lo hacía y con mucha fuerza por como se movía su cuerpo, señal inequívoca de ello, mientras el barco comenzaba a moverse al haber sido alcanzado por la tormenta.

Sintiéndose culpable por haber dejado al chico solo, y triste por verlo sufrir así, atinó a cerrar la puerta sin notar que de reojo, Law si había percatado su presencia, pero había decidido ignorarlo porque estaba preocupado por el chico. Él sí escuchaba su llanto, por momentos desgarrador, y aunque sentía toda la tribulación de Luffy, porque ya había pasado por lo mismo antes, no sabía qué podía hacer para aliviar tal dolor.

Entonces, dijo con una voz tranquila al oído derecho Luffy:

—Mugiwara, ven conmigo...

«Sabía lo que sufrías, pero, ¿cómo podía calmar tu dolor?»

Continuará...

Nota de la autora: hay momentos donde siento feo pensando justo en Luffy y todo lo que pasó =( aunque si de pasados terribles vamos, nuestro Torao se lleva el trofeo. Ay =,(

La «D» es de ¿Destino? Lawlu One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora