Consentido y mimado: Querido esposo

Capítulo 1

Xu You despertó por el frío, hacía demasiado frío.

Se sentía como si estuviera dentro de un congelador; sus ojos borrosos solo veían una blancura infinita, mientras el viento helado le cortaba la cara como si fueran cuchillas.

¿Cómo había llegado allí?

Además, no sentía el cuerpo. Xu You se alarmó, ¿no estaba en un autobús en la carretera de montaña?

¿Había sido expulsado del vehículo tras un accidente?

¡El clima tampoco coincidía!

¿Cómo es que, de un momento a otro, la primavera se había convertido en invierno?

En medio de su confusión, creyó escuchar voces. Emocionado, intentó mover su cuerpo con todas sus fuerzas, pero después de un par de intentos, su vista se oscureció y perdió el conocimiento.

Cuando volvió a tener consciencia, Xu You se dio cuenta de que estaba acostado sobre una cama de ladrillos. La decoración de la habitación era extremadamente simple, con solo dos grandes cofres de madera y un armario a media altura.

Además, la casa parecía de adobe; aunque el suelo estaba nivelado, seguía siendo de tierra. Él había viajado a una zona turística de reciente desarrollo que había sido retratada maravillosamente en los folletos de promoción. ¿Cómo podía ser tan diferente en la realidad?

Además, ¿no debería estar en un hospital?

En ese momento, la cortina de la puerta se levantó, y un hombre corpulento entró. Medía al menos 1.85 metros y era tan robusto como un oso.

Xu You, acostado en la cama, lo miró de reojo, como si una montaña se hubiera erguido frente a él.

Tenía la piel bronceada, y una cicatriz atravesaba su ceja, casi alcanzando su ojo.

El hombre desprendía una intimidante aura de ferocidad.

Xu You tragó saliva. Ese cuerpo y esa presencia... ¡eran su tipo!

No había duda, él era gay por naturaleza.

Pero... ¿qué pasaba con ese peinado y esa vestimenta?

¿Tan retro? Parecía salido de una serie de época.

Tan Hu, al ver que Xu You había despertado, no mostró ninguna expresión en su rostro, pero en su interior suspiró aliviado. El médico había dicho que si no despertaba hoy, probablemente no lo haría.

Después de todo, era una vida, y si podía salvarse, mejor.
Le extendió un cuenco: "Bebe la medicina."

Su voz, grave y profunda, acompañada de su imponente apariencia, daba la impresión de que si no bebía, lo golpearía hasta la muerte en cualquier momento.
Xu You miró el líquido oscuro y no se movió. ¡Era medicina china! ¡Odiaba el sabor amargo!

Tan Hu, pensando que lo había asustado, dejó el cuenco en el armario junto a la cama y dijo: "Bébelo despacio. Voy a ver cómo está el niño."

¿¡Qué!?

Xu You observó cómo el hombre se marchaba, incrédulo. Suspiró en su interior.

¿Cómo era posible que ya estuviera casado?

El reflejo de su rostro abatido en la oscura medicina le devolvía la imagen de alguien cuyo destino parecía haber terminado antes de siquiera comenzar.

Xu You, decidido, se bebió de un trago la amarga medicina, y su cara se contrajo por completo.

"¡Qué amargo!"