Capítulo 20

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Tan Hu levantó a Zhang Chengshi del suelo, agarrándolo por el cuello de la camisa y arrojándolo como si fuera un trapo viejo. Luego, con el pie presionó su abdomen y giró la punta para intimidarlo aún más.

—¿Qué decías? Piensa bien lo que vas a decir antes de abrir la boca.

Zhang Chengshi, retorcido de dolor, trató de resistirse:

—¡Yo... yo soy un xiucai! ¿Te atreves...? ¡Te demandaré!

Xu You se acercó a ellos, mirándolo con frialdad.

—Te dije que te largaras y aún te atreves a soltar más tonterías —le espetó con dureza

—. Último lugar en el examen de xiucai... ¿de verdad crees que no sé cómo lo conseguiste?

La mirada de Zhang Chengshi se llenó de temor, y con todas sus fuerzas logró liberarse del pie de Tan Hu, tambaleándose mientras se alejaba:

—¡No... no sé de qué hablas!

Apretándose el estómago, huyó como pudo.

Xu You, entonces, se arrojó a los brazos de Tan Hu, fingiendo un pequeño sollozo:

—¡Marido, qué susto! Menos mal que llegaste a tiempo.

La furia en los ojos de Tan Hu se disipó, y rodeó a Xu You con un abrazo, suspirando.

—Tranquilo, tu esposo ya está aquí.

Xu You le dio un beso en la barbilla y lo miró con una sonrisa juguetona.

—Mi marido fue tan fuerte y valiente. ¡Mi esposo es increíble!

Tan Hu, resignado, le dijo con una leve sonrisa:

—Bueno, deja esos halagos para cuando quieras motivar a Tan Dong y a Xiao Bao. Están viéndonos desde la orilla del río.

Xu You soltó una risita y no hizo ningún intento por soltarse del abrazo.

—Entonces diles que cierren los ojos.

Tan Hu lo miró con cariño y una pizca de resignación. Luego, como recordando algo, le preguntó:

—¿De verdad sabes cómo obtuvo ese título de xiucai?

—¿Yo? Claro que no —admitió Xu You encogiéndose de hombros—. Lo dije solo para molestarlo, pero, viendo su reacción, es probable que algo sucio haya habido. ¿Quieres que averigüemos?

Tan Hu reflexionó un instante antes de asentir:

—Está bien, yo me encargaré de eso.

Los ojos de Xu You brillaron con curiosidad.

—¿Así que eres alguna figura importante oculta entre la gente común?

Tan Hu le dio un toque en la cabeza y se rió.

—No, solo soy un simple campesino, pero entre el negocio de la carne y otras cosas, me he topado con gente de todo tipo.

—Eso también sirve —dijo Xu You sonriendo—. Si podemos averiguar la verdad, será la mejor venganza para el antiguo Xu Ge'er.

El tono de Xu You se volvió nostálgico, recordando la bondad del Xu You original y lo mucho que había sufrido por esa familia de miserables.

—Yo solo quiero vivir bien contigo, disfrutar de buena comida, criar patos y gallinas, y contar nuestras ganancias cada noche.

—Sí, así será —prometió Tan Hu con voz grave, decidido a hacer realidad cada deseo de su esposo.

Pero Tan Xiao Bao, desde la orilla, les gritó con expresión de incomodidad:

Consentido y mimado: Querido esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora