Capítulo 4: Los Archivos Secretos

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El gran laboratorio, un lugar lúgubre y triste, donde la mayoría de los mutantes y soldados salieron de esa oscuridad. El Viejo Brio había estado al mando desde los inicios, teniendo toda la información de quienes pasaron por ese lugar y cuánto experimentó con ellos. Muchos de los archivos estaban escondidos y solo el Dr. F. Brio sabía dónde estaban.

Esa mañana tan gris y calurosa, Criatura y Creador se volvían a ver las caras después de años. El general no había vuelto a ese lugar desde que salió de allí cuando tenía apenas 19 años; actualmente tiene 40 años y una vida muy amargada. Se encontraron para hablar de un tema muy en específico: dónde estaba toda la información restante de la Doctora.

—Bueno, ¿a qué debo tu extraña visita, Kuyén? —rompió el hielo el Dr., mientras se preparaba una taza de té.

—Necesito información. —El general deja en el escritorio los archivos de la Doctora.

—Ah, eso... ¿por qué? —Tomó un sorbo de su té—. Ahí está todo lo que necesitas saber, nada más.

—¿Qué!? Claro que no, aquí faltan partes. —Le reclamó.

—Claro que faltan partes, yo mismo las saqué. —

—¿Por qué? ¿Qué ocultas? —El General sentía su desconfianza crecer aún más.

—Bueno, es mejor que tú en específico no lo sepas. —Le dio otro sorbo a su té.

—¡Dame esa puta información! —Da un golpe al escritorio, partiéndolo en dos.

—Tú siempre con tus amenazas, ya lo rompiste. —Con la taza en sus manos, veía lo destruido de su escritorio—. Tendrás que comprarme otro.

—¿Qué! No... ni nada! —Visiblemente molesto—. Dime lo que quiero saber.

—La verdad, no creo que sea buena idea... aunque no recuerdo bien dónde estaban esos archivos. —Le dio una sonrisa en burla—. Pero creo que ya debes saber que ella te conocía de mucho antes de que tú la conocieras.

—Claro que lo sé, acá sale. —Suspiró algo cansado—. Solo seguía tus órdenes para cuidarme, dudo mucho que lo haya hecho por gusto.

—¿Si eso crees tú?

Ambos se miraban con tensión. Kuyen odiaba mucho al Dr. F. Brio; por culpa de él tiene esa apariencia tan monstruosa que lo persigue desde muy joven. Él siempre recuerda todos los experimentos que hicieron en su cuerpo cuando era un niño encarcelado en el sótano del laboratorio, junto a muchos otros más.

 Él siempre recuerda todos los experimentos que hicieron en su cuerpo cuando era un niño encarcelado en el sótano del laboratorio, junto a muchos otros más

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—Bueno, si tanto quieres saber... los archivos están abajo, suerte en encontrarlos. —Brio le entrega una llave a Clawscoot—. Ya vete.

Este solo lo miró con odio y salió de la oficina. Tener que volver al sótano le causaba mucha angustia recordar todo lo que pasó allá abajo desde que era un niño. Estuvo 10 años con intensos experimentos dolorosos y una gran soledad; lo culpa de la muerte de su hermana menor.

Marraqueta mal maska'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora