⏤͟͟͞͞ Capítulo:08 ۵

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Povs Bible.

El día finalmente llegó, y viajamos de Tailandia a París, la ciudad del amor. Estábamos hospedados en un hotel lujoso en el corazón de la ciudad, con vistas impresionantes del río Sena.

Jes iba muy emocionado, y yo no podía evitar sentir lo mismo. La anticipación de explorar esta ciudad emblemática juntos era casi insoportable.

Al llegar al hotel, nos recibieron con una sonrisa cálida y un ramo de flores frescas. Nuestra habitación era un paraíso de lujo, con una cama king-size y un balcón privado con vistas al Eiffel.

—¡Esto es increíble!— exclamó Jes, mientras se asomaba por el balcón.

—Lo sé—dije, sonriendo.—Es como un sueño.

Nos abrazamos, y Jes me besó suavemente en la mejilla.

—Estoy tan feliz de estar aquí contigo— dijo.

_Yo también—respondí. —Este viaje es exactamente lo que necesitábamos.

Después de descansar un rato, decidimos salir a explorar la ciudad. La noche parisina nos esperaba, llena de promesas y emociones.

—¿Qué quieres hacer primero?—preguntó Jes.

—Quiero ver la Torre Eiffel—dije.—Y luego, quiero que me lleves a un restaurante romántico. — Jes sonrió.

—Todo lo que quieras, mi amor—dijo.

Sonreí cuando llegamos al lugar. La Torre Eiffel era aún más impresionante de lo que había imaginado. Su grandiosidad me dejó sin aliento. Era una visión hermosa, especialmente de noche, cuando las luces la iluminaban como un tesoro.

La multitud de turistas y parejas enamoradas llenaba el área, pero Jes y yo nos sentimos como si estuviéramos solos en el mundo. Nos tomamos de la mano y caminamos hacia la torre, absorbiendo la magia del momento.

—Es increíble— dije, mirando hacia arriba.

—Lo sé—respondió Jes, sonriendo.—Es como si el amor y la belleza se hubieran unido en un solo lugar.

Nos detuvimos en el centro de la plaza y miramos hacia la torre. Las luces parpadeaban y cambiaban de color, creando un espectáculo visual impresionante.

Jes se acercó a mí y me abrazó por detrás.

—Te amo—susurró en mi oído.

Me estremecí de emoción y me volví para besarlo. La Torre Eiffel se convirtió en nuestro telón de fondo, un símbolo de nuestro amor eterno.

La noche parisina nos envolvía, llena de romance y pasión. Nos sentimos como si estuviéramos en un sueño, un sueño del que no queríamos despertar.

—¿Quieres subir a la torre?—preguntó Jes.

—Así es—respondí.—Quiero ver la ciudad desde arriba.

Subimos en el ascensor y llegamos a la plataforma de observación. La vista era impresionante. La ciudad de la luz se extendía ante nosotros, un tapiz de luces y sombras.

Nos abrazamos y miramos hacia el horizonte, sabiendo que nuestro amor duraría para siempre.

Después de disfrutar de la vista desde la cima de la Torre Eiffel, tomamos algunas fotos inolvidables y nos bajamos para continuar nuestra noche parisina. Nuestro próximo destino era un restaurante lujoso en el corazón de la ciudad, recomendado por amigos y críticos gastronómicos.

Al llegar, nos impresionó la elegancia del lugar. La decoración era sofisticada, con detalles de oro y cristal que reflejaban la luz suave de las lámparas. La atmósfera era cálida y acogedora, llena de parejas y grupos de turistas disfrutando de una noche especial.

El personal era amable y atento, saludándonos con una sonrisa y guiándonos a nuestra mesa junto a la ventana. Desde allí, podíamos ver la ciudad iluminada, un espectáculo que nos dejó sin aliento.

La carta del restaurante era una obra de arte, con platos creativos y delicados que reflejaban la esencia de la cocina francesa. Jes y yo elegimos unos platos exquisitos y una botella de vino tinto para acompañar nuestra cena.

Mientras esperábamos nuestra comida, disfrutamos del ambiente y de la compañía mutua. La música suave y la charla animada de los comensales creaban un ambiente relajado y romántico.

Nuestra comida llegó, y nos sorprendió la presentación y el sabor. Cada bocado era una explosión de sabores y texturas que nos dejó sin palabras.

—Esto es increíble—dije, saboreando un bocado de mi plato.

—Lo sé—respondió Jes, sonriendo.—Este restaurante es un verdadero tesoro.

Después de disfrutar de nuestra cena, decidimos terminar la noche con un postre y un café. La noche parisina nos había enamorado, y sabíamos que este viaje sería inolvidable.

—¿Quieres caminar un rato por la ciudad?—preguntó Jes.

-Me encantaría—respondí.

Salimos del restaurante y nos sumergimos en la noche parisina, dispuestos a disfrutar de cada momento juntos.

•••

Al día siguiente, Después de un día largo paseando por la ciudad, volvimos al hotel, cansados pero felices. Nos miramos, y sin decir una palabra, supimos que queríamos pasar la noche juntos.

Hicimos el amor con pasión y ternura, nuestros cuerpos entrelazados en un abrazo apasionado. Fue como si el mundo se hubiera detenido, y solo existiéramos nosotros dos.

Después, nos acostamos juntos, exhaustos pero satisfechos. Jes me abrazó fuerte, y yo me sentí seguro en sus brazos.

-Fue un día perfecto— dije, susurrando.

Jes sonrió, y me besó suavemente en la mejilla.

—Lo fue_dijo. —stoy tan feliz de estar contigo".

Me sentí lleno de emoción, y mi corazón latió con fuerza.

—Te amo—dije, mirándolo a los ojos.

—Te amo también— respondió, sonriendo.

Nos dormimos abrazados, rodeados de la oscuridad y el silencio de la noche. Fue como si el mundo se hubiera detenido, y solo existiéramos nosotros dos, en nuestro propio universo de amor, y que nuestro amor duraría para siempre.

「 𝐋𝐚 𝐔𝐧𝐢𝐨́𝐧 𝐃𝐞 𝐃𝐨𝐬 𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚𝐧̃𝐨」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora