Capítulo 8

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Cuando Río se fue, me quedé pensando en muchas cosas durante un buen rato. Volví a pensar si hice lo correcto con Billy. El confió en mi, y yo le pagué mal. Pero supongo que esa era la única opción para mi propio beneficio, y las cosas ya están hechas, no puedo simplemente retroceder el tiempo.

Acomodé mi cama para acostarme, moví algunas almohadas y cerré la única ventana que quedaba abierta.

No me he quitado el vestido, cierto, debo de hacerlo. Aunque es bastante cómodo, como si no llevase nada puesto.

- ¿Puedo ayudarte?- voltee, ahora mucho más tranquila. La vi igual, apoyada en el marco de la puerta.

- No me voy a poder deshacer de ti nunca?- pregunté resignada.

- No - negó y se acercó hacia mi, frente al espejo.

Rio me dio la vuelta hacia ella, y lo hizo muy rápido, siendo algo brusca.

Me deshizo el lazo en el busto y no me dejaba de ver.

- Mi cara está más arriba.- le dije y sólo sonrió por eso.- puedo hacerlo sola.

- Si, pero no quieres hacerlo - fue bajándome el vestido poco a poco, hasta que este quedara sobre mis pies.

- Jamás había deseado tanto a alguien, Agatha- pasó saliva sin dejar de verme.

- Me iré a vestir - fui hacia la cama y agarré mi bata negra.

- Te quiero preguntar algo- yo solo evité responder y me puse la bata lo más rápido que pude.- quisiera...quedarme contigo. Quiero vivir aquí. Sé que me necesitas, y yo también a ti. De todas formas siempre estaré cerca, cual es la diferencia?

- Rio, no.- negué ya con la bata puesta.

- Agatha, si - bromeó conmigo al verme tan nerviosa.- no es que vaya a estar todo el día aquí, tengo mucho trabajo por hacer. Pero - hizo una pausa - quiero tener un hogar. Y aun mejor - yo no quería verla, solo la escuchaba mientras ordenaba cualquier para mantenerme "ocupada" - te veré aquí cada día.

- Rio, no estas entendiendo- dejé las almohadas ordenadas- tu y yo no somos nada- me giré hacia ella, manteniendo mi distancia- No tienes por que vivir aquí. Disfruto estar sola, mi privacidad, y es más, ni eso tengo. Toca mi puerta y no te metas sin decir nada. Y mucho menos te atreves a romperla.

- Bueno - asintió- esta bien, no me quedaré aquí.

- Ja! - reí con ironía -¿Me harás caso? Te veo hasta en la sopa! Ya no puedo ni ducharme tranquila porque siento que ahí estas - cuando lo dije, solo soltó una risa.

- ¿Y eso te causó algún dejavú?- sonrió y noté las cero intenciones que tiene para irse.

- Me voy a ir a dormir. Estoy cansada, okay? No me importa si te quedas o te vas. Pero te recuerdo que hay solo una habitación, y hay un sofá en la sala. - agregué eso último para que tenga otra opción.

- ¿Puedo elegir?

- No puedes. Y cierra la puerta cuando te vayas.

- Okay...el sofá entonces. Es cómodo?

- No me importa si lo es o no, es la única opción que te doy. Tómala o te vas.

- Si que estás más fría conmigo que de costumbre- asintió- que descanses- salio de la habitación, apagó la luz y cerró la puerta.

Yo sólo suspiré y procedí a acostarme a descansar. Aunque claro, con ella aquí, no voy a poder. Se me va a ser imposible dormir.

2 HORAS DESPUÉS...

2:23 AM

Seguía girando en la cama, de lado a lado, y con la duda de si de verdad se quedó o no, porque no he oído ningún ruido más que el del señor Scratchy rascando algunos muebles.

Me senté en la cama, tengo que ir a corroborar si está o no.

Antes de tomar el valor, me quité el cabello qué se había ido para mi cara y me volví a acomodar la bata.

Salí de la habitación y toda la casa estaba oscura, no oí ni un solo ruido.

Caminé un poco más, descalza, intentando sentirla, pero sin encender la luz y que todo se haga más obvio.

Entre el silencio que había, lo único que oía eran mis pasos y el soplido del viento al exterior de la cabaña. Casi no podia visualizar nada.

Caminé un poco más, hasta que oí un sonido proveniente de la cocina, tuve que encender la luz.

Miré pero solo era el señor Scratchy.

- Agatha.- voltee y la vi frente a mi.

- Que?- dije maldiciendo por dentro esa fea costumbre que tiene de aparecerse sin avisar. - me vas a matar del susto un día de estos.- miré detrás de ella y vi una almohada en la alfombra.- estás durmiendo en el suelo?

- Si, tu sofá parece una piedra. - movió los hombros cómo soltando su cuerpo.- no tienes otro lugar?- negué.

- Si no te gusta, tienes la puerta abierta- con un solo gesto, abrí la puerta principal.

- Okay. Si, mejor me voy. Voy a dejar la almohada en su lugar - me dijo y fue hacia la alfombra a recoger la almohada. Agh, no puede ser. Siento cargo de conciencia al dejar que se vaya.

- Rio. Ve a mi cama, y rápido que ya quiero dormir - no le dije más y fui hasta mi habitación.

Cuando llegué, dejé la puerta abierta detrás de mi, pero no encendi la luz.

Volví a acostarme en la cama, y para que me hable menos me acosté de una vez para un extremo y le di la espalda a la puerta.

Me hice la dormida, no me podía ver, pero sentí cuando entró y segundos después cerró la puerta.

- ¿Tan rápido te dormiste?- me preguntó pero no le respondí y sólo cerré los ojos para dormirme de una vez.

3 HORAS DESPUÉS....

5:36 AM

Abrí los ojos de par en par y respiré hondo sentándome rápido en la cama. No, no puede ser así. Ella ya murió.

- ¿Que tienes?- desperté a Río y se sentó también.

- Wanda. La sentí en mi sueño.

- Que?- la luz de la luna entraba por una ventana y por algunos pequeños agujeros de la misma cabaña. Eso me dejaba ver las facciones de Rio.

- Tuve un sueño. Solo oía su voz y la veía distorsionada, jamás me he soñado con ella. - negué manteniendo la calma - tu te la llevaste.

- Si. - asintió- creo.

- Cómo que crees?!

- Ey ey, no pasa nada. Ya no está. Pero si estuviera, no puede con nosotras. - acarició mis manos - por lo menos no conmigo, pero si yo estoy ahí, no voy a dejar que te haga nada. Si te hace algo, entocnes no voy a tener compasión en hacerle daño a ella y a su gente.

- No. Estás exagerando. Fue solo un sueño - quise cambiar ese tema- ya pasó.

- ¿Estaba enojada?- asentí. - Nadie va a llegar aquí, y si lo hacen, aquí estoy yo también.- no le respondí, solo me volví a acostar. Había olvidado ese lado tan protector de ella.

Me acosté tal cual estaba, dándole la espalda en un extremo de la cama.

- Relájate, si?- apoyó su mano en mi cintura. La iba a quitar, pero no quiero darle más importancia al asunto. Además, extrañé este sentimiento.

𝘛𝘩𝘦 𝘱𝘢𝘴𝘵 𝘩𝘢𝘶𝘯𝘵𝘴 𝘶𝘴 - 𝓐𝓰𝓪𝓽𝓱𝓪𝓻𝓲𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora