ENTRE NOSOTROS / JUNIOR H

ocho

El primer mes después de terminar con Antonio fue un completo caos, lo tenía en mi departamento día y noche intentando explicarme algo que estaba más que claro.

De mi parte solo recibía un "No quiero escucharte, vete y déjame en paz", se iba y regresaba al siguiente día a hacer lo mismo.

Había días en los que pedía a mis amigos quedarme en sus departamentos porque de verdad se volvió algo desgastante tanto para él como para mi.

Me dolía verlo llegar a veces en estado de ebriedad y otras con un olor impresionante a marihuana, todo se estaba saliendo de control.

Hasta que después del mes decidió parar y regresar a Los Ángeles, mis amigas piensan que fue porque tenía que terminar el álbum y trabajar, sinceramente yo creo que simplemente se cansó de no obtener nada de mí y por eso se fue.

Todo parecía ser normal durante dos meses, solo veía videos de él por todo mi tiktok y aunque me doliera, entendía que no podía evitar eso por ser quien es.

Supe de él una mañana antes de que el álbum se publicara. En mi puerta había un enorme ramo de rosas de mi color favorito junto a lo que parecía ser un vinilo envuelto con un moño rosa.

Al abrir la envoltura, ahí estaba lo que hasta ahora es mi regalo favorito de Antonio. Un vinilo de $B4LII, el único existente en realidad, que portaba una nota que aún resuena en mi mente.

"Sé que sigues sin querer saber de mí, pero
este álbum es solo un pedacito de todo
lo que siento por ti.
Quiero que seas la primera en
escucharlo porque eres la musa.
Te amo, ojalá algún día quieras
escucharme cielito.
Con mucho amor y ganas de
volver a verte,
- Antonio"

Después de releerla no sé cuántas veces, coloqué el vinilo en la victrola y entonces deleite mis oídos con tan tremenda joya.

Han pasado algunos meses desde entonces y aunque han sido complicados, gracias a las redes sociales sé que le está yendo bien y que sobre todo, está rodeado de sus amigos.

Quienes por cierto, se han encargado de stalkear mis redes sociales y las de mis amigas, pensando que no nos daríamos cuenta.

Aún recuerdo la primera vez que hicieron algo raro. Salimos de antro aquella noche y Marianne publicó con inocencia la foto del lugar en donde estábamos, un rato después llegaron dos guardaespaldas y fuimos atendidos de la mejor manera posible en el antro.

Al preguntar, solo respondían "Solo quiere que esté bien, estaremos en aquella esquina y cualquier cosa nos avisa". Esa noche no dejaron que nadie se nos acercara ni mucho menos dejaron que desconocidos nos invitaran botellas o alguna bebida.

Y cuando pedimos la cuenta uno de los meseros nos dijo que ya estaba todo pagado y que podríamos irnos. No entendía por qué hacía todo esto si ya no estábamos juntos y no teníamos ningún contacto posible.

Dejé a un lado la nostalgia para descansar mi mente y salir de mis pensamientos cuando de repente mi celular comenzó a sonar. El nombre de mi amiga Isabella brillaba en la pantalla, pronto será su cumpleaños así que supongo que llama para contarnos el plan.

- Pensé que jamás ibas a contestar, te he mandado mil mensajes - reí al escucharla.

- Perdón, he estado ocupada Isa - mentí - ¿Cómo estás?

- Mejor que nunca, por eso llamo.

- Cuéntame pues.

- Bueno solo para avisar que tienes 7 horas para preparar una maleta porque celebraremos mi cumpleaños en Los Ángeles - me sorprendí al escucharla aunque siempre es así de impulsiva.