XXII

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Odín había recuperado su compostura, aunque no dejaba de vigilar al lobo de soslayo. Loki sabía que lo tendría muy presente durante el resto de la conversación.

—Te trata bien— decidió empezar Odín —. En Asgard te hubieras convertido en un ergi de cualquier modo. Al menos es lo suficientemente poderoso para alimentarte.

Por supuesto que Odín lo reduciría todo a eso. Loki nunca había valido más en Asgard, pero no era así con Stark.
Odín no lo había visto trabajando codo con codo con él, ni como los ojos del hombre que tenía todo lo miraban como si lo adorara. No tenía ni idea de cómo Tony le habia confesado admirar cada uno de sus talentos aunque jamás se hubieran llamado de ese modo en Asgard. Y eso había sido mucho antes de abrirse de piernas.

Se sorprendió pensando que no deseaba que Odín lo supiera, había quedado lejos el tiempo en que necesitaba ganar su aprobación y esos recuerdos sólo le pertenecían a él y a Tony.

—Sin duda. Es un hombre más grande y noble que cualquiera de los que ha pisado Asgard.

Odín gruñó, a pesar de la amenaza de Fenrir, pero no fue más lejos de eso.

—Tu lengua de plata sigue tan afilada como siempre.

—Debes odiar tener que confiar en ella para convencer a Stark. Sin embargo, a mi me interesa tu propia lengua, padre. Si de verdad quieres mi ayuda, dame una respuesta sincera por una vez en mi vida. ¿Por qué nunca fui suficiente?

—Eso sólo son tus propios desaires imaginarios.

Loki volvió a soltar una risa amarga.

—¡Dime la verdad o dejaré que Asgard se pudra en Hellheim! ¿Por qué siempre preferiste a Thor? ¡¿Por qué nunca me amaste?!

—¡Te amé incluso cuando la mataste!

Fenrir gruñó, haciendo que Odín volviera a encogerse en su sitio.

—¿A quién maté? —Insistió Loki. No pensaba dejar escapar la verdad ahora que se le presentaba.

El anciano se veía cansado, derrotado incluso. Había sostenido años de mentiras sobre sus hombros, por Asgard y también por Loki, aunque no lo creyera.

—¡Está bien! Te contaré todo. Tan sólo, controla a ese maldito lobo.
   

Antes de que naciera Loki, e incluso antes de que lo hiciera Thor, Asgard había sido gobernada por un Odín joven y estúpido.

Asgard siempre había sido una tribu de cazadores que hacían uso de la fuerza para sobrevivir, pero después de la muerte de Bor, Odín necesitaba demostrar su liderazgo y fuerza y Asgard se convirtió en una tribu abusiva que extinguía a cualquier aldea cercana para extender su dominio en las montañas.

A medida que su poder crecía, el nuevo líder se llenó de un hambre y sed que no  saciaba nunca, cada día deseaba más y más. Cuando terminó de exterminar a las aldeas pequeñas, puso sus ojos sobre las grandes tribus. Hacerse con una de ellas, demostraría al resto que era el líder más poderoso de los alrededores, quizás eso podría fin a su ansia.

La tribu de Vanaheim era perfecta. No sabían mucho acerca de ella, pero era pacífica y sería fácil de invadir. Odín reunió a sus mejores guerreros y atacaron durante la noche. Fue su primera gran derrota.

Era cierto que no habían visto a los vanir cazar y demostrar la fuerza de sus lanzas, había creído que eran débiles por ello, pero suplieron su falta de fuerza con astucia.

Los vanir eran imaginativos y expertos en el uso de trampas y los aesir cayeron con facilidad en ellas. Odín fue encerrado en una jaula de grandes dimensiones junto a algunos de sus guerreros y permaneció allí durante mucho tiempo.

El lobo que quiso cazar la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora