Capítulo 1

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VIATRIX

El parloteo de los tipos que arreglan el asunto del seguro y los resultados del daño, hace que comience a darme jaqueca, Kronos; un tipo más alto que yo, delgado, pero con cuerpo atlético, cabello oscuro que contrasta con el azul intenso de sus ojos y su tez clara, no me ha quitado la mirada de encima desde que Cédric, su primo y quien fue el que ocasionó inocentemente mi futuro castigo, baja la mirada y se pasa una mano por su alborotado cabello, se parecía tanto al primer capullo, solo que este tenía los ojos verdes y dos hoyuelos, él parece estresado con el costo, su primo y mi peor pesadilla no deja de asesinarme con ojos inquisidores, y yo con los brazos en jarras y moviendo mi pie derecho con premura, frunzo el ceño.

Ambos siempre han sido mis vecinos, su padre y mi profesor de literatura era muy amigo del mío, por lo que siempre intentaron que congeniáramos no obstante para ser sincera, eso nunca iba a suceder, Cédric era un don Juan de primera categoría, no podías pestañear porque al segundo otra zorra lo tenía abrazado, y Kronos… ese tío es raro y ya está, un dolor en el culo, tiene como novia a una chica de último año que es líder de una pandilla de moteros de mierda que con solo verlos te cagas del miedo, tatuada… no sé qué le ve, siempre viste como hombre y es un tanto presumida para ser tan fea.

A su lado no soy más que una flor de primavera en medio del lodo. Sí, es demasiado presuntuoso, pero es la realidad.

—Listo, hablaremos con su padre para que costee el precio y se ponga en contacto con el señor Olliw —dice uno de los hombres trajeados a Cédric y se marcha.

—Oye, siento mucho lo del auto, estaba distraído, y también siento lo que te hice en la mano, preciosa —me dice el primo de don amargado, optando por un tono que derrocha sensualidad.

—Ya —giro los ojos, dispuesta a volver a casa y agarrar algún otro carro de papá.

—¿A dónde vas? —Cédric me persigue como perro faldero, entrando a mis dominios y eso me cabrea, pero como soy educada me muerdo la lengua y prefiero no soltar algún comentario viperino.

—Necesito llegar a la escuela, genio, voy a buscar un carro de mi padre —resoplo.

Tengo la breve esperanza de que con esa cortante explicación se marche, sin embargo, al entrar a la enorme cochera de mi mansión, veo cómo el imbécil entra, observando todos los carros que hay, en total 17, modelos caros y de último año, así como de colección, mi padre era un obsesionado con las colecciones.

—Tu padre sí que es un hombre cool —mete las manos en sus bolsillos y cuento los segundos para que deje de comportarse como un idiota.

Camino hasta un Mercedes negro, tomo las llaves que se encuentran en una caja fuerte en medio de la estancia, y mientras coloco la contraseña, de soslayo diviso como Kronos está recargado sobre un brazo bajo el umbral de la entrada, observando cada uno de mis movimientos, como siempre hacía cuando éramos niños y le espiaba. Frunzo el ceño, esta charada de Cédric me costaría una semana sin salidas nocturnas con mis amigos y con Owen.

—¿Nos llevarías? —me pregunta justo cuando estoy por subir al auto de lujo.

—¿Qué acaso no tienen más carros? Son ricos, al igual que yo —suelto la negativa al momento en que Kronos logra escucharme y se acerca dando zancadas y sacando chispas por los ojos.

—Vámonos Ced —aprieta los puños y evita voltear a verme dirigiéndose a su primo.

—Pero si llegamos tarde o faltamos, el tío me castigará contigo y si de por sí vivir bajo el mismo techo que tú, ya es una tortura, el castigo será penitencia —dice Cédric con voz grave.

Kronos recorre de reojo mi atuendo, de pies a cabeza, sus ojos son intensos, quiere intimidarme, lo siento.

"Maldita mocosa de mierda"

Hermosa Oscuridad © [COMPLETA]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora