Extra

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VIATRIX

—Ya no más… —gimo.

Pero Kronos no me escucha, simplemente no quiere hacerlo, lleva dos horas follándome y el cuerpo ya no me da para más.

—Calla, pringada —Se agita.

Me gira y me posiciona en cuatro.

—Eres hermosa, Via —gruñe.

—Kronos…

—Eres mía, ambos lo son.

Dirige la cabeza de su verga hacia mi culo y me tenso.

—No, por ahí no… —intento ponerme de pie pero me es imposible, ya que coloca su mano a modo que empuja mi espalda.

—Shhh.

—Kronos…

—Esto te dolerá una mierda, voy a pelo.

Tenso el cuerpo y la simple cabeza ya me hace chillar, cierro las manos formando perfectos puños, sintiendo como poco a poco me parte en dos y mientras lo hace rememoro el porqué está tan cabreado.

HORAS ANTES.

La playa no me agrada mucho, pero siendo sincera tampoco soy exigente, a Kronos le gusta pasar tiempo en esta y más cuando se jacta de ver a Cédric alardeando. Los rayos del sol me iluminan la piel y no dejo de leer sobre la arena, un manual de bebés, según las palabras de Cédric, nada de nuestros poderes influyen en él y nacerá siendo un niño normal, con mezcla de poder.

En general normal… mientras no saque el carácter de mierda de su padre, todo va bien. Mientras Kronos habla con el repartidor de helado eligiendo un sabor al fondo, admiro su perfecto cuerpo. Sonrío hasta que…

—Hola.

Alzo la mirada y me encuentro con un chico rubio de perfecta sonrisa, ojos verdes y un cuerpo perfecto.

—Hola —cierro el libro que estoy leyendo.

Sus ojos viajan por mi cuerpo y se pone en cuclillas para estar a la par.

—Oye, ¿puedo pedirte un favor? —inquiere con una enorme sonrisa.

—¿Depende? —frunzo el ceño—. No soy una puta y no follo con nadie que no sea mi novio.

—Sé que tienes novio, los vi llegar a la playa, es solo que…

Miro por encima del hombro a Kronos, sigue de espaldas y me apresuro.

—Vale, tienes un minuto.

—Gracias, verás, mis amigos te acaban de ver, no saben que tienes novio y he hecho una apuesta, son cien dólares, la apuesta es que te dé un beso en la mejilla ¿me dejarías? Será rápido.

Volteo a ver a los amigos del chico y estos están atentos a nosotros, vuelvo a ver a Kronos y veo que está pagando.

—Vale, rápido.

—Gracias.

El chico se inclina y me da un inocente beso en la mejilla, luego me sonríe y se pone de pie.

—Te debo una.

—De nada.

Se marcha e intento volver a mi lectura cuando la sombra de alguien me tapa el sol, levanto la mirada y trago grueso al ver al padre de mi hijo con ojos asesinos.

PRESENTE.

Y eso fue lo que ocasionó el que ahora me esté partiendo el culo.

—Kronos detente, me duele —intento mantener mi respiración estable.

Hermosa Oscuridad © [COMPLETA]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora