March 27, 2019 - Colombia, Medellin.
Mi Lamborghini morado metálico iba al 200km/h por toda Medellín. Fumo mi cigarro le doy cinco caladas seguidas y saco el humo. Apenas pasarán dos semanas desde que salí de las jaulas pero siempre me regresan para dormir o cuando llego a la mansión.
Mi cabello volaba por la brisa. Mi vestido negro de pegaba muy bien a mis curvas. Usaba unos tacones YSL para mi gusto. Iba para una fiesta en la playa de Medellín de esas clandestinas donde solo vas a divertirte, drogarte y beber sin control.
Llegó a la playa y dejo mi coche por unos árboles para esconderlo. Aquí todo roban. Me quito el vestido y me quedo en mi bikini rojo de dos piezas que solo cubre mis pezones y intimidad. Me pongo mi lipstick rojo. Camino a la arena. Todos fuman y beben. Yo le robó a una chica su trago. Me muevo al ritmo de la canción. Mis caderas se mueven con seductiva. Mis ojos van a un chico de ojos gris azulado y cabello negro. Su pecho expuesto hace que mi intimidad esté húmeda en segundo o creo que es el alcohol.
Sus ojos van a mi y mi piel eriza. Tomo más de mi bebida y miro a otro lado y solo bailo Hips Don't Lie hasta que me veo arriba de una mesa bailándole a muchos hombres.
— ¡Vene! ¡Vene!
Venecia D'Angelo era mi nombre en cualquier país que fuera. Dejando mi real identidad en las sombras.
Me muevo más. Mi culo azotaba con el aire. El bikini ya estaba algo suelto. No me importo pero de nuevo veo aquel chico de ojos gris azulado. Mi respiración se va mientras el caminaba a mi y me agarró de la cintura.
— Porque no mejor bailas para mi, Amore? — susurra en mi oído a la vez mordiendo lo lóbulo.
Su voz era ronca en un acento ruso y brasileño.
— ¿Que dices? ¿Aceptas esta propuesta indecente?
Gimo suave y asiento levemente.
— Que linda. Tan buena para mi.
Me pone mi espalda contra su pecho y bailamos la canción. Sus manos me sostienen de una forma gentil y posesiva que me estaba volviendo loca.
Jamás me e sentido así de bien. La música se cambia a Que Vas Hacer Hoy. Mis mejillas se sonrojan cuando su voz estaba en mi oído y cantaba de forma seductora y ronca.
«Ey, ¿qué vas a hacer hoy?, baby, vamos a vernos
Somos dos bellacos que nacimos pa comernos
Cuando lo entro, ahí es que al cielo entro
Aquí estoy afuera, mami, pa echártela adentro»Gimo suave mientras sus manos recorren mi piel expuesta. Sus labios dejan besos gentiles en mi cuello hasta que cambia a dejarme marcas. Sus manos se vuelven firme a mi agarre.
— Eres tan suave... me pregunto si así será todo este cuerpecito bello...
Veo como pausa para saber mi nombre y mi boca habla sola en un tono excitador.
— Venecia...
Su respiración es más pesada mientras aprieta mis caderas y a su pecho. Huele mi cuello.
Dios. Que rico. Deseándome.
— Mi Amore.
— ¿Que? Como me llamaste?
Ríe ronco. Algo duro roza mi culo. Camina conmigo hasta donde estaba un McLaren negro al lado de mi Lamborghini y me doy cuenta quien es. Dorian Skov. CEO de las Aerolíneas Skov.
ESTÁS LEYENDO
Deseándome
RomanceEn un giro inesperado del destino, Emilia se encuentra con Aleksander Wolf, su nuevo superior de entrenamiento en el clan ruso. Su primer encuentro es tenso y frío, marcado por una hostilidad palpable. Emilia, con su espíritu libre e independiente...