Capítulo 24, Bienvenida de vuelta.

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    —¿Cuánto lleva dormida? —Murmuró una voz extraña, que la inconsciente Alanna no pudo reconocer.

    —Solo dos días, debe estar asimilando la ausencia de la energía extra que la marca de Niel le daba. —Respondió otra voz, la de Tamarú.

    Una exhalación de entendimiento salió del desconocido, y Alanna se encontró en el espacio oscuro bajo sus párpados, forzándose para mantener la consciencia ahora que la había recuperado, o, al menos, parte de ella. Se sentía como si su cuerpo estuviera tan agotado, que no podía, apenas, pensar.

    Centrarse en lo que ocurría a su alrededor era incluso más complicado, pero empezaba a creer que estaba agudizando sus sentidos. También, por breves momentos, los sueños se volvieron dulces recuerdos o fantasías de un futuro diferente, en su hogar, con su familia... que la hacían desear quedarse en ese trance, rodeada de un mundo controlado totalmente por su mente (según ella), como lo era el mundo de los sueños. Mas la oniria, por hermosa que fuera, no era real ni justificada, y no servía para huir del mundo sobre ella, si quién la visitaba era más un pasajero que un habitante.

    —¿Y niel cómo está? —Preguntó esa voz, masculina, pero mucho más suave, como joven, pero no infantil...

    Podía compararla con la profunda voz de Zahir, que parecía venir acompañada de suspiros de misterio y hartazgo, o la anímica y jovial voz de Niel, que desprendía siseos aterradores cada que pronunciaba una S, como si fuera a explotar mientras habla. Aunque se parecía más a la tranquila y firme voz del brujo... Tal vez era lo más parecido a una voz similar a la de otros humanos de su edad, que había escuchado en un tiempo. Por eso estaba tan ensimismada comparándola, en su aburrido vacío mental.

    —Deprimido, como todo monstruo que borra su marca. Aunque no fuera correspondida, ya sabes lo que es. —Dijo Tamarú, en respuesta al desconocido.

    A Alanna la sorprendió escuchar que el Creeper estaba deprimido, ¿él podía estar triste, o enfadado? Siempre actuaba tan positivamente despreocupado... Aunque, recordando aquel sueño que tuvo, bajo sus carnes, se sintió mal por ignorar que él también podía sentir, incluso las cosas negativas.

    De hecho, todos los monstruos estaban demostrando poder sentirlas... Como humanos.

    Entonces, Tamarú retomó su habla, luego del traqueteo de lo que parecían carritos metálicos con alguna clase de botellitas de cristal encima, moviéndose hacia ella: —Pero mejorará, los Creeper son así, sienten mucho, muy rápido, y por poco tiempo.

    Algo en sus palabras pinchó en Alanna los resquicios de la familiaridad que la marca le había hecho sentir hacia Niel. ¿Sentían mucho, pero por poco tiempo? Entonces, ¿por la fuerza del momento, fue que Niel la marcó impulsivamente, y lentamente fue arrepintiéndose, o perdiendo ese interés?

    —No digas eso, no es lo mismo enamorarse que marcar a alguien. También eres un monstruo ahora, deberías entenderlo. —Renegó la otra voz, algo más seria que antes, defendiendo al Creeper. ¿Qué relación tendría con Niel aquella persona?

    Entonces, el suave chasquido de la boca de Tamarú abriéndose para responder fue interrumpido por un silencio bruto, tras la apertura de la puerta que, Alanna supuso, pertenecía a la habitación donde descansaba su cuerpo. El chirrido fue molesto y casi la arrojó al despertar, de no haber estado tan agotada.

    —Tamarú, O'Ciol, es Zahir. —Niel habló, interrumpiendo lo que pareció al momento una conversación inapropiada, con la repentina llegada del individuo sobre la que iba dirigida.

    Así que el desconocido se llamaba «Oshiol»; Era bueno saberlo, aunque se le hacía difícil mencionarlo y no tenía idea de cómo se escribía. Mucho menos podía relacionarlo con un rostro, aunque, por suposición personal, no debía tratarse de un humano.

Más allá de lo que ves... | Minecraft Mobs x Fem!Reader.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora