Mi Pequeño Tonto

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"¡Tian Tian~!" El niño estaba acostado en los brazos de Mu Tian, llamándolo con una voz llena de dependencia. Su rostro, debido al dolor, estaba arrugado como una empanada, extremadamente pálido, y el sudor lo había dejado con el cabello negro pegado y húmedo, cayendo en mechones sobre su frente.

"¡Tian Tian, bebé, no es bueno!" Con los labios fruncidos, el niño lo miró algo culpable. Sus manos apretaban fuertemente a Mu Tian. El bebé no había sido obediente hoy, y le había causado un gran dolor de estómago.

Mu Tian estaba preocupado, al ver al niño así desearía poder tomar su dolor y sufrir en su lugar, ya que no podía hacer más que verlo sufrir.

Le dio numerosos besos suaves en el rostro y lo consoló con voz suave: "Pequeño tonto, aguanta un poco más. El bebé está a punto de nacer, cuando salga, todo mejorará."

El niño parpadeó, y un poco de sudor entró en sus ojos, lo que lo hizo sentirse incómodo.

"¿El bebé va a salir?" Después de que una oleada de dolor pasó, el niño respiró un poco más tranquilo y acarició su estómago con algo de curiosidad.

Mu Tian tomó su mano y dijo: "Sí, el bebé ha crecido, por eso va a salir ahora."

El niño aún se veía un poco quejoso, y justo en ese momento, otro dolor intenso vino, haciendo que apretara con fuerza la mano de Mu Tian y se quejara entre sollozos: "¡Tian Tian, el bebé no es bueno!"

Mu Tian recordó cómo sudaba por la frente, y comenzó a tranquilizarlo repetidamente: "El bebé no es malo, cuando salga le daré una nalgada. Pequeño tonto, aguanta un poco más."

Entonces, gritó a Jiang Yisheng, que estaba al lado: "¿Ya está todo listo? ¡El pequeño tonto lleva una hora con dolor!"

Jiang Yisheng, con una sonrisa en la cara, respondió: "¿Una hora? Hay personas que sufren todo un día y una noche y aún no logran parir." Esto implicaba que el dolor de Mu Xiaoxiao no era tan grave.

Al escuchar eso, Mu Tian se puso pálido. Si el niño tenía que seguir sufriendo por unas horas más, se sentía culpable por haberlo dejado tener al bebé. Pensó que si no hubiera aceptado tener al bebé, el pequeño tonto no habría tenido que sufrir tanto.

"¿No se puede hacer una cesárea? ¿Por qué esperar tanto?" preguntó Gu Liwei, algo confundido. "¿No es igual para los hombres que para las mujeres, en cuanto a dar a luz? ¿Y una cesárea tarda tanto?"

Al escuchar eso, Jiang Yisheng se quedó mudo.

Mu Tian también estaba desconcertado al principio, pero cuando Gu Liwei lo mencionó, él también se dio cuenta de que algo no estaba bien. En ese momento, la ira apareció en su rostro, mirando a Jiang Yisheng y preguntando:

"Jiang Yisheng, ¿no me digas que consideras al pequeño tonto como un experimento?" Como amigos, Mu Tian sabía de la obsesión de Jiang Yisheng con la medicina, y si él fuera el responsable, no sería tan extraño. Sin embargo, si eso aplicaba al pequeño tonto, Mu Tian estaba seguro de que nunca lo perdonaría.

Jiang Yisheng se quedó rígido, sonrió nerviosamente y, bajo la mirada feroz de Mu Tian, admitió: "Esto... estaba curioso. No sabía si los hombres daban a luz como las mujeres." Con la mirada cada vez más aterradora de Mu Tian, su voz se fue apagando.

"Y además, el parto natural es mejor para el bebé, ¿verdad?" trató de justificar su curiosidad.

Mu Tian respiró hondo, preocupado de que su ira lo hiciera perder el control. El parto del pequeño tonto dependía de él, por lo que no podía ser impulsivo.