¿Qué tan malo puede ser la atracción entre la brillante luz y la abrupta oscuridad?
Nicole, es una estudiante de ultimo año de preparatoria, con una vida lo bastante normal como cualquiera chica de su misma edad. Solo por un pequeño detalle... es de...
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-Dime Nicole, ¿porque me evitas?.-sus palabras son susurros, con su aliento golpeando ligeramente mis cabellos. No puedo verle a los ojos, tengo la cabeza agachada mirando su torso cubierto por el suéter.
No puedo mirarle, ¿como le explico que me he ido corriendo de esa manera por miedo a que solo quisiera tener mi cuerpo? ¿Como le explicó que si, le he estado evitando, porque me muero de vergüenza por la manera en que me he ido? ¿Como le explicó que mi mente juega conmigo?
-¿No vas a hablarme tampoco?
-No te estaba evitando.-mi voz es un susurro de igual manera.
Y suspira, con una extraña pesadez.
-Si lo estabas haciendo...
Y el silencio reina por unos cuantos segundos.
-¿Te hice daño acaso?.-su voz cambia de nuevo, ahora por una melancólica, como si le hubiera lastimado seriamente... ahora me comienzo a sentir mal yo
-No... no es eso.-pero aunque no quiero que se sienta mal por mi culpa, soy incapaz de levantar la cabeza.
-Te juro Nicole que estoy acostumbrado a hacer lo que me pega la gana, sin importarme a quien hago mierda a mi paso, ya sea con mis decisiones o mis palabras... pero a ti, a ti no puedo lastimarte aunque mi corazón quisiera, porque me haces sentir tanto, que me asusta, me asusta por la debilidad que eso provoca, no puedo estar mal contigo.... Por favor, tenme confianza, dime que te pasa.
Fue entonces cuando me anime a levantar la mirada... arrepintiéndome un poco por ello de igual forma, sus orbes verdosos habían perdido su oscuridad, cambiándolo por un verde agua, más claro,si es que eso es posible, o a lo mejor solo eran mis ojos jugándome una.
Me miraba expectante, a la espera de mi respuesta... pero no le podía decir, no quiero que se quede a mi lado por simple lástima, por "no hacer que sobre-piense" o por "protegerme"... ya lo viví antes y la sensación simplemente es desagradable.
-Ethan...
Dejo caer mi cabeza en su torso... descansando ahí de mi mente, oliendo su aroma a menta fresca.
-¿No quieres hablar de ello?.-su mano comenzando a acariciar mi cabello, y la otra subiendo a mi espalda.
-No... no me has hecho daño, pero ni quiero hablar de ello ahora mismo...
Y suspira... pero un tanto más tranquilo.
-Esta bien, no te presionaré, pero no me evites, ¿va?
-Va.
Y ahí, recargada en su torso, con sus manos acariciandome, se callo la voz resonante de mi mente... por primera vez después de años...
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Ya hemos salido de la escuela, son cerca de las 3 de la tarde, hoy es el día más largo de la semana, ya que tenemos que tomar alguna actividad para-escolar. La mayoría está escrito en las cosas deportivas, muy pocos se interesan por la pintura, la escritura o la música... y como es obvio, me he anotado en escritura.
¿En que taller se habrá anotado Ethan?
-Nicole, ¿me has escuchado?
-¿Eh? ¿Qué pasó Miriam?.-volver así de golpe a la realidad se me está haciendo costumbre... bueno, más bien el hundirme tanto en mis pensamientos y en Ethan, me están enloqueciendo.
-Te decía que si tu mamá me daría permiso de quedarme a dormir. Así podemos hacer la tarea de historia juntas, y es más fácil, la maestra dijo que podía ser en equipo. ¿Que dices?
-Creo que estaría genial, ahorita que llegue le pregunto y te aviso, ¿va?
-Va
No dudo que mi mamá me dé el permiso, adora a Miriam, ya que es la única que me hace salir de mi habitación por unas cuantas horas, sino fuera por ella, me la pasaría en mi habitación todo el bendito día, eso sería increíble.
Cuando estamos a poco de llegar a la puerta principal, divisó el carro de mi papá, y a mi hermanito devorando un helado, tiene las mejillas todas llenas de chocolate, solo espero que el uniforme esté libre de su helado, sino, mamá le va a matar.
-Nos vemos entonces al rato Miriam. Ve con cuidado.
-Hasta al rato, Nicole.
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Salgo corriendo de mi habitación en cuanto escucho el timbre de la puerta, mientras coreo un "yo voy, yo voy" a mi mamá para que no se preocupe de dejar de hacer sus cosas.
Y en cuanto la abro me encuentro con Miriam, en pijamas, con su mochila de la escuela en el hombro y con un bolso grande en su mano desocupada, en donde supongo que ha de traer sus cosas para quedarse a dormir.
-Holaaaa.-y me habrá fuerte con su mano desocupada.- mi mamá se ha tardado en salir para traerme, ya sabes, anda a las prisas de nuevo por el viaje que harán mañana.
-No te preocupes, todavía no es tan tarde, alcanzamos bien a terminar el trabajo
Y cuando me hago un lado para darle pase mis ojos chocan con el porche de la casa de enfrente y al segundo con las verdes lagunas de Ethan. Haciendo que mi corazón se agite, sintiendo como si cada latido fuera una "advertencia" de que no lo podré borrar nunca jamás de mi alma.
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