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A pesar de la ropa, mis manos pueden definir perfectamente su cuerpo bajo ellas

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A pesar de la ropa, mis manos pueden definir perfectamente su cuerpo bajo ellas...

Las luces de la ciudad se ven preciosas a pesar de la gran velocidad que llevamos. La luna nos pisa los talones, y el aire nos acaricia, como si estuviéramos en nuestro propio mundo. Donde solo existe el cielo estrellado sobre nosotros y ese sentimiento de conexión que nos rodea.

Podría quedarme eternamente contigo si todos los momentos fueran así de mágicos.

-Me encantaría que fueras tan claro conmigo como ese cielo sobre nosotros, Ethan.

Más no obtuve respuesta, solo sentí como su cuerpo se tensó bajo mis brazos... cuando su voz profunda llegó a mi, la respiración se me entrecortó, sintiendo como si mi corazón se astillara un poco:

-No puedes pedirle a la sombra que irradie luz, Nicole...... aunque la luz si puede apagarse si la sombra quiere. Así que no me pidas ser claro cuando el mundo que me rodea es tan denso como el mar en la noche.

No pude responder a eso... ¿éramos nosotros de los que hablaba?

Preferí enfocar mi atención en el paisaje difuminado que me dejaba ver... puede ser que ir a tanta velocidad, de noche y lloviendo, aunque es una leve brisa, todo eso junto a de estar en la mayoría de "causas" por las que pasan los accidentes, pero así es como comienzo a entender que es estar con Ethan, todo incluye algún riesgo...

Pero al mismo tiempo todo el miedo es a la vez seguridad... o eso es lo que creo sentir ahora, no lo conozco nada, pero se está volviendo tan adictivo, como cualquier drogadicto a su droga: se perfectamente que es mi perdición, pero no puedo alejarme de él.

 o eso es lo que creo sentir ahora, no lo conozco nada, pero se está volviendo tan adictivo, como cualquier drogadicto a su droga: se perfectamente que es mi perdición, pero no puedo alejarme de él

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-Ya llegamos.

Tardo un poco en salir de esa especie de ensoñación, para fijarme bien en lo que está alrededor mío...

-Este lugar es hermoso...

Me quedo sin palabras, este sitio puede ser incluso mágico, estamos en la cima de alguna montaña que en mi vida había visto, esta muy alejada de la ciudad en la que vivimos, con decir que desde aquí se puede ver toda su inmensidad con toda claridad.

Las luces bajo nosotros son millones de estrellas, se escucha el susurro de la ciudad "bajo" nosotros... podría estar en este sitio por siempre, o alejarme de él, y cada que mirase las estrellas me acordaría mil veces de todas las cosas que provoca en mi.

-Nicole...

Ethan se acerca a mi y recarga su peso sobre el barandal tras de mi, acorralándome una vez más. Con nuestras respiraciones cerca, chocando nuestra calidez entre si, y es ahí, cuando nuestras narices rozan, que se que jamás podré sacarle de mi vida sin que arda como el vil infierno.

-Así como la ciudad a nuestros pies... así me tienes tú, Nicole. Completamente desquiciado por ti.

¿Como carajos se respiraba?

-Ethan... nos acabamos de conocer.

-No mariposita, te tengo esperando toda una vida.

Y me besa. Tan repentinamente como siempre, me besa con una fuerza increíble, y con eso me vuelvo completamente adicta a él.

Su mano baja del barandal y sujeta mi cintura, apegándome a él como si fuera la última vez que me fuera a besar. Y lo siento todo, todo su cuerpo junto al mío, nuestra aroma, nuestro calor...

Y así como su beso, la leve brisa se convierte en una tormenta en segundos. Mojándonos juntos, haciendo que nuestros cuerpos se sientan aún más pegados.

Cuando ya no podemos continuar más, nos separamos un poco. Nuestras respiraciones agitadas, le miro entonces, entre la fuerte lluvia, y puedo notar un ligero brillo en su mirada.

-Di que serás mía... y prometo ser tuyo.

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El chico de enfrenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora