Una Sencilla Operación Parte, 5

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— ¿Qué haces aquí...? —pregunté, mirándolo de arriba abajo con desconfianza, dudando de cuál era su función en esta operación además de traernos en tren.

Bullet, desprendiendo aquella extraña aura opresiva, me miró desafiante, mi pregunta pareció molestarle por completo, me juzgaba por tomarme la osadía de preguntar.

— Haciendo mi trabajo... —dijo a regañadientes, mirando de reojo al cuerpo calcinado a su lado-. Para cuando llegué, el edificio ya estaba en llamas; no podía hacer mucho...

—¿Cuál es tu trabajo aquí, Bullet? —"ataqué" sin miramientos—. ¿Por qué estás en medio de un campo de batalla junto a uno de mis soldados muertos?

— ¿Acaso importa? -respondió desafiante y escudriñando los ojos, girando ligeramente su cabeza hacia un lado—. Ya te lo dije antes, tú haz tu trabajo y yo haré el mío. Eso es lo único que tienes que saber. Por lo demás... -Suspiró, mirando por encima de su hombro la edificación calcinada-. Puedes estar tranquilo, nuestros objetivos son afines...

— ¿Bajo las órdenes de quién estás...? —proseguí con otra pregunta, intentando sacarle cualquier ápice de información que pudiera arrojar luz sobre sus intenciones-. No respondes al Alto Mando... Ni al ERENOR, ni siquiera a la Mayor Grant... Debe de haber alguien más...

— Repito ¿Acaso importa para quién "trabajo"? —Me devolvió la pregunta con una ligera sonrisa, pareciendo pedirme que no siguiera—. Mira, te diré una cosa a ti y a toda tu "tripulación". Mientras ustedes jugaban a los soldaditos en la periferia del puesto de avanzada, tus "novatos" se estaban quemando vivos... Salvé a unos cuentos, pero como verás... -Suspiró pesadamente- no hago milagros...

Hablar con Bullet es como hablarle a una pared, apenas obtienes respuesta salvo el eco de tus preguntas... Obviamente ocultaba muchas cosas, cosas que me interesaba saber.

¿Él está de nuestro lado? ¿Del de los Imperiales? ¿Trabaja a conveniencia? Esas preguntas me abrumaban cada vez que me encontraba con él. Dentro de mí, sentía que no era solo por el misterio que evocaba en todos cuando aparecía y desaparecía, o por la irritación que genera al ser maleducado y altanero con los demás.

Es esa aura que emana... Un aura abrumadora y terrorífica, capaz de alterar hasta al más fiero de los soldados, haciendo que sientas ese miedo sigiloso que te recorre el cuerpo, incomodándote con su presencia, activando el instinto de supervivencia y obligándote a estar alerta en todo momento, como si, de alguna forma, él fuera a saltar hacia ti.

—¿Por qué no hiciste nada entonces? —lo seguí cuestionando, buscando cualquier cosa de la que agarrarme-. Pudiste haber avisado, pudiste haber aparecido a mi lado o tomar la radio de alguien. Pero no lo hiciste...

—¡No me intentes tirar la culpa a mí! -amenazó mientras mantenía un intento de cara conciliadora-. No hubiera servido de nada y lo sabes. Fuiste incapaz de moverte por ese mismo motivo: si lo hacías, ellos morían. ¡Así que no me vengas con retórica básica! Si los estoy ayudando es por algo, así que no me cuestiones, Lawrence; sabes muy bien lo mal que eso puede acabar ¿No es así?

En eso tiene razón... Muy dentro de mí puedo llegar a intuir de lo que él es capaz, y si nos está ayudando, mejor no cuestionarlo... ¡Aghhh! ¡Qué rabia que da tener que darle la razón por algún motivo...!

—Veo que te estoy molestando demasiado... —comentó con una jocosa sonrisa, seguramente viendo el enfado en mi rostro—. Por lo pronto, te diré que mantengas ese rosario tuyo, puede serte de mucha ayuda —señaló uno de los bolsillos de mi pecho-. Gisela era una fiel creyente, puedo sentirlo; protégelo en su memoria ¿Sí? —Sonrió y, antes de que pudiera preguntarle siquiera cómo conocía a Gisela, fue envuelto por una gran corriente de nieve y viento, desapareciendo con ellas, dejando tras de sí solo unos copos de nieve en el aire.

Crónicas del Escuadrón Queens Victoria: Bajo la Sombra del Invasor y la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora