Jungkook se sentía que su corazón de saldría de su pecho en cualquier momento, estar viendo a Jimin allí frente a el, se sentía como estar en las estrellas, fue como un choque de las galaxias, tantas emociones intensas y añoradas, una mezcla de amor, alivio y dolor que los envolvió en cuanto sus ojos se encontraron.
Con el bebé en un brazo, extendió el otro hacia Jimin, tirando de él para abrazarlo con una fuerza que parecía querer borrar cada segundo de la distancia que los había separado.
Ese abrazo era su forma de asegurarse de que no era un sueño, que Jimin realmente estaba allí, en sus brazos, y que esta vez no dejaría que nada los separara.
—Te extrañé tanto, Jimin... —susurró una y otra vez, su voz temblando mientras apretaba a su esposo contra su pecho, cada palabra era una súplica, un desahogo, un eco del vacío que había sentido durante su ausencia.
Jimin, escondió su rostro en el cuello de Jungkook, dejó escapar un suspiro tembloroso antes de responder, su voz rota pero llena de sinceridad— Yo también te extrañé... Te amo tanto, Jungkook. Lo siento, lo siento tanto por haberte dejado —Sollozó —Era la única forma de protegerte, de salvarlos a todos—
Jungkook cerró los ojos, inhalando el aroma familiar de Jimin, una fragancia que había temido olvidar. Sacudió la cabeza ligeramente, sintiendo el alivio llenarle el alma —No importa... estás aquí ahora, eso es lo único que me importa. No vuelvas a dejarme, Jimin. No sabes cuánto te necesito—
Jimin le acarició la espalda, asintiendo mientras las lágrimas empezaban a caer por sus mejillas. —Te lo prometo, Jungkook... A partir de ahora, siempre estaremos juntos—
—Te amo — Volvió a repetir y con cuidado, Jungkook aflojó un poco el abrazo, solo lo suficiente para poder mirarlo a los ojos.
Observó cada detalle de su rostro, como si quisiera memorizarlo de nuevo, sus ojos brillantes, su bonitas mejillas, sus labios rosas, y esos preciosos risos dorados de su cabello, quería grabarlo en su mente y en su corazón.
Y entonces, sin dudarlo, se inclinó hacia él, uniendo sus labios en un beso cargado de todas las emociones reprimidas, de los “te amo” que no pudo decir, de las noches en vela, de la esperanza que nunca se apagó.
Las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras se besaban, cada lágrima era un reflejo de todo lo que habían pasado y de todo lo que habían ganado al reencontrarse.
El mundo a su alrededor se desvaneció; no existía nada más que ese momento, sus corazones latiendo al mismo ritmo, sus labios encontrando consuelo y amor en el otro.
Cuando finalmente se separaron, ambos respiraron hondo, pero no soltaron sus manos, como si con ese contacto pudieran reafirmar que, pase lo que pase, ahora estaban juntos.
Jungkook miró el rostro de su bebe, sintiendo que su corazón no podía estar más completo. Los ojos del pequeño brillaban con esa inocencia pura y, al verlos juntos, su amor por Jimin se hacía aún más profundo. En ese momento, todo lo vivido, el dolor y las batallas, parecían desvanecerse en el resplandor de ese instante, donde solo ellos tres existían.
—Este bebé —dijo Jungkook, su voz llena de orgullo— es el milagro de nuestro amor, Jimin. Es nuestro hijo, fruto de lo que somos juntos —
Jimin levantó la mirada hacia él, sorprendido y con una ternura que hacía que el aire se volviera más suave. Con los ojos abiertos de asombro y con una sonrisa apenas contenida —Pero, Jungkook… ¿cómo es posible? Me dijiste que no podíamos tener un hijo porque… —su voz se entrecortó un poco— porque ambos somos hombres—
Jungkook sonrió, con una mezcla de complicidad y ternura, y levantó una ceja mientras respondía —Este pequeño nació del fragmento que me dejaste, Jimin. Tú… nos dejaste una parte de ti porque lo deseabas, aunque ni tú mismo lo supieras del todo—
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Star Dust ♡KookMin♡
FanfictionEn un mundo devastado por simbiontes que transforman a los humanos en criaturas violentas, Jeon Jungkook, comandante del escuadrón de exterminación Cerbero, encuentra a Park Jimin, un joven frágil, inocente y demasiado tierno. Lo que Jungkook no s...