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El salón de la boda estaba en silencio. Las flores blancas adornaban cada rincón, y los invitados, sentados en sus respectivas sillas, esperaban con expectación la respuesta de Jennie.

El pastor acababa de formular la pregunta: si aceptaba a Rosé como su esposa. Jisoo, desde su lugar en la primera fila, observaba cada movimiento de Jennie, quien estaba de pie junto a Rosé en el altar, con los ojos brillando de emoción. Todos los rostros irradiaban felicidad, pero el corazón de Jisoo estaba en una tormenta silenciosa, reviviendo recuerdos que, en ese preciso momento, parecían volver con más fuerza que nunca.

Meses atrás, Jisoo había estado junto a Jennie en cada paso de los preparativos para el gran día. Había sido imposible rechazar cuando Jennie le pidió ayuda. Después de todo, Jisoo siempre había sido su "mejor amiga", la que estaba ahí para cualquier cosa.

Incluso si eso significaba estar cerca, aún cuando sus propios sentimientos la desgarraban en silencio. Había pasado tardes enteras con Jennie, eligiendo flores, probándose vestidos y buscando detalles para la boda.

Cada pequeña decisión que tomaban juntas era como un golpe en el pecho para Jisoo, un recordatorio constante de que el día en que Jennie sería de alguien más estaba más cerca de lo que podía soportar.

Una tarde en particular, mientras Jisoo ayudaba a Jennie a escoger los arreglos florales, casi lo hizo. Casi le contó lo que llevaba guardado dentro de su pecho durante años.

—Jennie, tengo que decirte algo. —había comenzado, sintiendo cómo el nerviosismo le subía por la garganta.

El corazón de Jisoo latía descontroladamente.

Como si le advirtiera que aquel era el momento.

Ell último que quizás tendría.

Jennie, que estaba examinando una de las flores, levantó la vista y le sonrió, sin tener idea de lo que Jisoo estaba a punto de decir.

—¿Qué pasa, Jisoo? —preguntó con su sonrisa suave, esa misma que siempre había hecho que el corazón de Jisoo diera un vuelco.

Justo cuando Jisoo estaba a punto de confesar sus sentimientos, Jennie la interrumpió sin darse cuenta.

—Sabes, antes de que conociera a Rosé… —comenzó Jennie, bajando la mirada hacia las flores—En algún momento pensé que tal vez… —hizo una pausa, riéndose suavemente como si lo que estaba por decir fuera algo gracioso—En algún momento, me gustaste.

El mundo de Jisoo se detuvo.

¿Qué acababa de decir?

La cabeza de Jisoo giraba, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar. Jennie le gustaba…

¿en el pasado?

—¿Qué? —balbuceó Jisoo, sin saber qué más decir. Por dentro, estaba en shock.

Jennie rió otra vez, como si el tema fuera una broma inofensiva.

—Sí, tonta. —continuó Jennie con ligereza—Hubo una época en la que pensé en confesarte mis sentimientos, pero tú siempre me decías lo buena amiga que era para ti, y no quería arruinar nuestra amistad. Así que lo dejé pasar. Ahora que lo pienso, me hace gracia. —Jennie la miró con una sonrisa despreocupada, sin percatarse de la tormenta que sus palabras habían desatado en el interior de Jisoo.

Jisoo sintió cómo su estómago se retorcía.

¿Cuántas veces había intentado confesarle a Jennie sus propios sentimientos, solo para cubrirlos torpemente bajo la excusa de la amistad?

Todas esas veces que Jennie interpretó como un reconocimiento de su cercanía habían sido, en realidad, intentos desesperados de decirle lo mucho que la amaba.

Pero no había sido lo suficientemente valiente.

Nunca lo había sido.

Mientras Jennie seguía riendo, Jisoo se lamentó en silencio por todas esas oportunidades perdidas. Si solo hubiera sido más directa, si solo hubiera tenido el valor de decirle lo que sentía en esos momentos cruciales, tal vez las cosas habrían sido diferentes. Tal vez no estaría allí, ayudándola a planear una boda con otra persona. Tal vez Jennie estaría a su lado.

no como una amiga.

sino como algo más.

Pero no lo hizo. Y ahora, era demasiado tarde.

Justo cuando Jisoo intentaba recomponerse de ese golpe inesperado, Rosé apareció de repente, caminando hacia ellas con una gran sonrisa en el rostro. Sin previo aviso, le dio un beso a Jennie en los labios, sellando con ese gesto todo lo que Jisoo había perdido.

—No puedo esperar para que seamos esposas. —dijo Rosé, mirando a Jennie con tanto amor que Jisoo sintió que no podía respirar.

Jennie le devolvió la sonrisa con igual intensidad, y en ese momento, todo lo que Jisoo podía hacer era observar cómo la persona que más amaba se entregaba completamente a alguien más, justo delante de sus ojos.

—Jisoo, ¿estás bien? —preguntó Jennie, notando finalmente la expresión perdida de su amiga.

Jisoo apenas pudo esbozar una sonrisa.

—Sí, solo… estoy muy feliz por ustedes. —mintió, aunque la verdad era que lo único que sentía en ese momento era el peso de la tristeza aplastándola desde dentro—Nunca pensé verte casándote, se siente extraño, en un buen sentido. Es como… como si todo estuviera cambiando.

Jennie, al notar las lágrimas en los ojos de Jisoo, tomó sus manos con ternura.

—No tienes que llorar, Jisoo. —le dijo con una risa suave—Sabes que nunca te voy a dejar de lado. Eres como una hermana para mí. Siempre lo has sido.

Esas palabras hicieron que el corazón de Jisoo se rompiera aún más.

"Como una hermana".

El destino más cruel para alguien que había estado enamorada en silencio durante tantos años. Jisoo asintió, intentando mantener las lágrimas a raya, pero por dentro sentía que todo su mundo se desmoronaba.

Las palabras de Jennie de minutos atrás, sobre haber estado enamorada de ella en el pasado, solo hacían que la herida se sintiera aún más profunda.

Jisoo se había perdido la oportunidad. No había sido lo suficientemente valiente, y ahora, Jennie pertenecía a alguien más para siempre.

El salón de la boda volvió a su realidad actual. Jisoo seguía en su asiento, observando a Jennie, recordando aquel momento como si acabara de suceder. El pastor hizo la pregunta que todos esperaban.

—Jennie, ¿aceptas a Rosé como tu legítima esposa?

El corazón de Jisoo se detuvo. Las palabras resonaron en su mente, aunque todo a su alrededor parecía en cámara lenta. No había vuelta atrás ahora. La historia había llegado a su final.

Todo lo que Jisoo podía hacer era observar en silencio y prepararse para escuchar la respuesta que cambiaría el curso de sus vidas para siempre.

 𝚁𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘𝚜 ➫ 𝐽𝑒𝑛𝑆𝑜𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora