Prólogo

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Nicolás Venegas ~ Año 2002

     Hoy es sábado 20 de julio del 2002, una fecha especial para esta historia que comienzo a contarles, ya que es el día de mi nacimiento. Los gritos de mi madre resonaban por todo el Hospital Barros Luco de Santiago de Chile, puesto que su primer hijo, o sea yo, estaba a punto de nacer.

     La enfermera asistente del parto corrió rápidamente a buscar a algún familiar que acompañara a mi madre en tan doloroso y a la vez único momento. Sin pensarlo dos veces, mi padre fue quien rápidamente se adelantó en seguir a la enfermera hasta el quirófano ante la mirada atónita de mi abuela materna. Una vez allí, comenzó aquel calvario que cualquier mujer que es madre conoce, el momento de pujar hasta dar a luz.

     Después de algunos eternos minutos, he nacido y he pegado el primero de muchos llantos de mi vida, sin embargo, al posarme en el pecho de mi madre, y luego en los brazos de mi padre, he logrado saciar aquel llanterío sólo para enfocarme en escuchar las dulces voces de mis padres que no paraban de admirar a su primogénito a través de las típicas palabras que se les dice a los bebés.

     Definitivamente no me acuerdo de absolutamente nada de lo que aconteció aquel día, mas tengo la noción por las mismas anécdotas que cuenta mi familia. De hecho, no es casualidad de que mi abuela materna haya mirado de manera atónita a mi padre cuando él se adelantó a acompañar a mi madre en el parto, puesto que existe una serie de acontecimientos que han puesto a mi padre y abuela materna en una guerra fría bastante compleja.

     Dejaré de referirme como "madre, padre, abuela, etc." y comenzaré a llamar a los miembros de mi familia por sus nombres, así como también al universo de personajes que existen en esta historia. Sí, digo universo porque todos tenemos un sinfín de amigos, familia y conocidos. Comenzaré conmigo. Mi nombre es Nicolás Antonio Venegas Carrasco, y al día de hoy me disgusta mucho el nombre Antonio, y además, me encantaría llamarme simplemente "Nico Venegas Carrasco", pero lo veo bastante lejano. Mi madre es Magali Carrasco, la guerrera de 18 años que me dió la vida junto a mi padre Carlos Venegas de 17 años. También está Rosa Meza, mi abuela materna, mi segunda madre, la mujer que más amaré en mis próximos años de vida. Hasta ahora, la historia de mi vida rondará en estos últimos tres personajes, ni siquiera yo seré mencionado, puesto que es importante echarle una mirada más al pasado para comprender ciertas cosas que tomarán relevancia más adelante.

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