SARCOMA

I. Antes de Mí

Años 2000 - 2002

     No soy un visionario capaz de relatar a la perfección una parte de esta historia en la cual ni siquiera nacía, pero durante mi adolescencia y primeros años de adultez logré construir una especie de cronología sobre cómo sucedieron las cosas hasta que yo nací. Por supuesto, no entraré en tantos detalles, pero sí mencionaré lo más relevante.

     Mis padres se conocieron en la enseñanza media de un liceo ubicado en Santiago de Chile, no tengo ni la menor idea de cuál era el nombre de ese liceo, pero sí tenía entendido que ambos eran la codicia de los chicos y chicas que estudiaban allí (o al menos eso es lo que me dijeron).

     Mi padre viene de una familia bastante numerosa, tuvo una vida muy tortuosa, pero no sé si sea pertinente ahondar en ese tema. Lo que sí considero importante es presentar dicha familia. Isabel Cabezas es la madre de mi padre y Pedro Venegas su padre. Los hermanos de mi padre son Víctor Venegas, Alexis Venegas, Marcela Venegas y Claudio Castillo. ¿Castillo? Sí, el más pequeño de mis tíos no es hijo de Pedro Venegas, sino que es hijo de "Claudio Castillo padre" (Sí, se llaman igual), y Claudio Castillo padre es a quien considero mi verdadero abuelo, puesto que Pedro Venegas abandonó a mi padre y a sus hermanos cuando estos eran unos niños pequeños.

     En la otra vereda se encuentra mi madre. Su familia se reduce simplemente a mi abuela Rosa Meza, sin embargo, existen otros miembros de la familia que no estuvieron muy presentes con mi madre, pero puede que los mencione más adelante en esta historia. Ellos son, Humberto Carrasco como el padre de mi madre, Humberto "Tito" Carrasco como el hermano de mi madre de parte de papá y Luz María como la hermana de mi madre de parte de mamá.

     Como decía, mis padres eran muy deseados en el liceo en el que iban, sin embargo, ellos se enamoraron (o eso creo) y comenzaron una relación amorosa. Para mi madre era todo un desafío el estar con mi padre, puesto que mi abuela Rosa era la mujer más estricta y "sádica" con mi mamá. A mi abuela Rosa no le gustaba para nada esa relación, precisamente porque mi papá no era muy bien catalogado en las calles de Santiago, lamentablemente porque sus hermanos mayores Víctor y Alexis no solían andar en buenos pasos y terminaban por arrastrar a mi papá en sus fechorías.

     Pese a ello, mi mamá tampoco se salvaba, a ella le encantaba salir escondida a la disco junto a sus amigas, el principal objetivo era que mi abuela Rosa no se enterara de aquello. En una ocasión, mi mamá se encontraba disfrutando de todo el ritmo de la salsa en un local de baile, con algo de alcohol sobre ella. De pronto, una de las amigas de mi mamá le advirtió que alguien la esperaba afuera del local. Era mi abuela Rosa, con una varilla, lista para devolver a mi madre a casa a latigazo limpio.

     La relación amorosa entre mis padres culminó en el inesperado embarazo de mi mamá cuando ambos estaban cursando tercero medio. Por supuesto, el pánico se apoderó de ambos, no sabían que hacer y cómo proceder ante tan inesperada situación. A pesar de que mi papá no siempre andaba en buenos pasos, sus calificaciones eran bastante buenas, y mi mamá tampoco estaba tan mal. Un día, ambos decidieron sentarse frente a frente en una banca y tomaron una decisión: "Hoy a las 21 hrs. les contaremos a nuestras madres". Ambos estaban seguros en seguir adelante con el embarazo, y con un tierno beso sellaron aquella complicada promesa.

     Mi mamá estuvo toda la tarde nerviosa, callada y distraída. Mi abuela Rosa claramente lo notaba, mas no le hacía el caso correspondiente. La hora avanzaba y las 21 hrs. llegaron.
- Mamá, necesito decirte algo muy importante.- Comenzó a decir mi mamá con un fuerte nudo en la garganta.
- Ya era hora.- Respondió mi abuela Rosa quien ya estaba segura de que mi madre ocultaba algo.
- Estoy embarazada, y el Carlos es el papá del bebé.- Dijo mi mamá con la voz quebrada y los ojos llorosos.

     Mi abuela Rosa quedó completamente descolocada, no sabía cómo reaccionar, hasta que finalmente pegó el grito en el cielo y comenzó a descalificar a mi mamá con una sarta de garabatos. Luego de aquello, tomó el teléfono fijo y le pidió a mi mamá el número de teléfono de quien sería su consuegra, mi abuela Isabel. Sin titubeos, mi mamá le dió el número y mi abuela Rosa comenzó a marcar y llamar. En el momento en el que contestó mi abuela Isabel, los garabatos le llovieron del cielo.
- ¡Oye vieja #####! ¡¿Cómo se le ocurre a tu hijo embarazar a mi hija?!- Gritaba mi abuela Rosa por teléfono. Mi abuela Isabel había quedado en shock con la cantidad de garabatos que recibió de parte de una persona que no conocía, pero se le enfrió la sangre cuando escuchó que mi papá Carlos había embarazado a mi mamá a su tan corta edad. Adivinen, la sorpresa para mi abuela Isabel fue doble por una sencilla, pero insólita razón, mi papá no había cumplido la promesa de confesar su paternidad a las 21 hrs.

     Luego de que se colgó ese teléfono, mi abuela Isabel tuvo una seria conversación con mi papá, en la cual también participó mi tata Claudio. Ambos, mi abuela Isabel y mi tata Claudio, le aconsejaron a mi papá continuar con sus estudios y que ellos podían hacerse cargo del bebé (de mí) hasta que él sea un profesional y pueda mantenerlo como corresponde. Sin embargo, la terquedad de mi papá rechazó la oferta y tenía la ciega idea de dejarlo todo y comenzar a trabajar. Y así fue, mi papá comenzó a trabajar como jornal en los trabajos de construcción en los que también participaba en un rango más importante mi tata Claudio. Mi mamá, por su parte, también abandonó sus estudios para enfocarse en su embarazo (aunque eso no impidió que fuera a los locales de salsa a mover el esqueleto junto a sus amigas).

     Algunos meses pasaron y papá decidió mudarse con mi mamá y mi abuela Rosa, anque a decir verdad, a mi abuela Rosa jamás le gustó la idea de convivir con su yerno, y aunque mi abuela Rosa quería ser quien acompañara a mi madre en todo momento, fue mi padre quien entró al parto dejando a mi abuela atrás. Como ya mencioné antes, mis padres me recibieron con mucho amor cuando nací aquel 20 de julio del 2002, a pesar de lo inmaduros e inexpertos que eran. Y con ese evento de nacimiento, mi historia comienza a tomar marcha.