Thomas Sangster es el mejor amigo de Stephen Beaumont y Aria Beaumont es hermana de Stephen.
Aria y Thomas se ven forzados a pasar tiempo juntos, aunque cabe recalcar que no se agradan mucho, juran odiar se a muerte y apenas se soportan el uno al o...
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AriaBeaumont:
Estaba caminando hacia el edificio de universidad. Stephen me había pedido unos papeles que tenia que entregar y se le olvidaron. Iba casi corriendo por los pasillos mientras se me quedaban mirando, sonreí, a veces adoraba ser el centro de atención, a veces lo odiaba, pero no era el caso ahora.
Toque la puerta del salón de Stephen.
-¿La puedo ayudar? -Dijo el profesor de Stephen con el ceño fruncido.
Stephen se levantó rápidamente y camino hacia la puerta, tomando los papeles. Le sonrió al profesor y me susurro un "gracias" antes de irse a sentar a su lugar y que su profesor me cerrara la puerta en la cara.
Suspiré y me gire para seguir caminando por el pasillo. Pero me detuve al ver una figura reconocida en la biblioteca. Entre a la biblioteca, la del edificio de la universidad era mucho más grande, mucho más hermosa. No me fije en Thomas porque mi mente estaba navegando en los alrededores de la biblioteca, admirando las pinturas y las decoraciones.
Thomas me saco de mi burbuja.
-¿Estás fascinada con esto, no?
-Jamás había entrado aquí.
Finalmente le eche un vistazo a Thomas. Vestía un pantalón de vestir negro y una camisa de manga larga blanca con las mangas arremangadas y su cabello despeinado. Dejo su libro en la mesa y caminó hacia mi.
-¿Qué haces aquí? -Recargó su mano en la mesa detrás de mi. Quedando muy cerca de mi para mi gusto.
-Vine a dejarle unos papeles a Stephen, ¿No deberías estar en clase?
-Termine el trabajo antes. Yo ya salí. Solo estoy esperando a tu hermano para irnos.
-A mi casa, claro. -Rodee los ojos y Thomas Bufo con una sonrisa.
-También es de Stephen.
-Y tuya, aparentemente.
-Dentro de ti, sabes que te gusta que vaya. Ya te acostumbraste tanto a mi qué te sería raro no tenerme cerca. -Sonrio de lado.
-Quizá este acostumbrada a ti. Quizá sería raro no tenerte cerca, pero sería placentero.
Thomas alzó una ceja, todavía con esa media sonrisa en los labios.
