The Journey of Us

Que somos?

La relación entre Lingling y Orm se había vuelto  un secreto a voces dentro del canal.
Sus interacciones afectuosas y su constante coqueteo no habían pasado desapercibidos, pero nadie se atrevía a preguntarles directamente.
Estaba claro para sus colegas e incluso para su jefa, Dew, que había algo entre las dos actrices, pero nadie quería entrometerse en lo que estaba ocurriendo.
Sus intercambios juguetones, sus miradas prolongadas y sus caricias furtivas despertaban la curiosidad de todos los que las rodeaban, pero la pareja se mantuvo callada, cautelosa a la hora de definir nada en público.

A pesar de los crecientes rumores, Lingling y Orm aún no habían tenido la conversación crucial sobre qué eran exactamente. Compartían algo especial, pero sin un título oficial, todo permanecía en un limbo silencioso y tácito.
Y aunque se sentían cómodas con su cercanía, la falta de definición las dejaba a ambas inseguras sobre hacia dónde se dirigían las cosas.
Sin embargo, durante una entrevista reciente, la pregunta no formulada que había estado latente finalmente salió a la superficie. La presentadora, tal vez percibiendo una oportunidad para sacar información, lanzó la pregunta con una sonrisa traviesa.

—Entonces, ¿existe alguna posibilidad de que LingOrm se conviertan en una pareja oficial? —
Las palabras de la presentadora estuvieron acompañadas de un destello de complicidad, claramente con el objetivo de sacar a las actrices de su zona de confort.
La pregunta tomó a Lingling y Orm completamente desprevenidas.
Intercambiaron una breve mirada, llena de sorpresa, una pizca de incertidumbre y una sensación compartida de pánico.
Lingling, siempre profesional, logró esbozar una sonrisa educada y dio la misma respuesta vaga que había usado una y otra vez..
—Creo que siempre hay posibilidades—. Comenzó con cuidado, con voz tranquila, pero luego su mirada se desvió hacia Orm.
—Pero Orm todavía es joven y no quiero apresurar nada—.

Su respuesta fue segura, diplomática incluso, pero las palabras quedaron flotando en el aire cuando salieron del estudio.
Era la segunda que surgía la pregunta de estar juntas oficialmente.
Y aunque ninguna había sido lo suficientemente valiente como para sacarlo a colación antes, el pensamiento persistente pesaba en la mente de ambas ahora.

Lingling notó el cambio sutil en la expresión de Orm durante la entrevista: la forma en que su sonrisa vaciló levemente, el destello de decepción que cruzó sus ojos.
No era la primera vez que Lingling había dicho algo similar sobre la juventud de Orm, pero esta vez, se sintió diferente.
Orm no había dicho mucho después de la entrevista, y cuando finalmente salieron del estudio, Lingling sintió una tensión entre ellas que no había estado allí antes.

—"¿Quieres que te lleve a casa?"— , preguntó Lingling suavemente cuando llegaron al estacionamiento, con la esperanza de acercarse.
Orm asintió, su habitual energía brillante opacada por algo que Lingling no pudo identificar.

El viaje a la casa de Orm fue más tranquilo de lo habitual.
Normalmente, Orm estaría con su teléfono, jugando o compartiendo memes, pero hoy estaba inusualmente silenciosa, mirando por la ventana, con sus pensamientos muy lejos.
Las manos de Lingling apretaron el volante mientras miraba a Orm. Podía sentir el peso de las palabras no dichas entre ellas, sabía que Orm estaba distraída y tenía la sensación de que era por la entrevista.
Cuando finalmente se detuvieron frente a la casa de Orm, Lingling estacionó el auto y respiró profundamente, con el corazón latiendo rápidamente, no quería dejar que esta tensión se agravara, no cuando siempre habían sido tan abiertas entre ellas.

—Orm — empezó Lingling, con voz tranquila pero llena de vacilación. —¿De verdad te gusto?—.

La pregunta pareció sobresaltar a Orm, que se volvió hacia Lingling con los ojos muy abiertos.
Había un destello de preocupación, como si Orm temiera lo que vendría después.   
—¿Por qué preguntas eso?— respondió Orm, con un tono suave pero teñido de preocupación.
—¿Estás teniendo dudas?—