Después del éxito del Thai GL drama The Secret of Us, Lingling Kwong y Orm Kornnaphat se encuentran atrapadas en medio de sentimientos que se difuminan entre la ficción y la realidad. La química que desarrollaron en la pantalla se convierte rápidame...
El éxito de "The Secret of Us" había catapultado a Lingling Kwong a la fama, encendiendo una luz cegadora sobre su anterior vida privada. La consagración de la serie fue un arma de doble filo; si bien le trajo fama y oportunidades, también amplificó el caos dentro de su corazón. Los sentimientos de Lingling por su coprotagonista más joven, Orm Kornnaphat, habían pasado lentamente de ser admiración a algo mucho más intenso y complicado.
Los eventos de promoción y las entrevistas, que antes eran emocionantes y llenos de promesas, se habían convertido en una lucha emocional para Lingling. Cada vez que un presentador se dirigía a Orm con una pregunta casual sobre su vida romántica, Lingling sentía una punzada de celos tan intensa que casi la debilitaba.
Las preguntas juguetonas sobre si Orm tenía un novio o alguien especial parecían dagas dirigidas directamente al corazón de Lingling. Ella forzaba una sonrisa y asentía mientras Orm desviaba las preguntas con gracia, pero en su interior, los sentimientos de Lingling eran todo menos serenos.
La tensión era aún más palpable cuando Orm lucía atuendos que acentuaban su figura, algo habitual en los eventos de alto perfil. El corazón de Lingling se aceleraba y sus dedos agarraban los bordes de su vestido como si pudieran anclarla a la realidad.
Cada comentario de admiración sobre la apariencia de Orm parecía una intrusión personal, un reconocimiento no deseado de una belleza que no le correspondía. Los instintos protectores de Lingling se activaron, pero trató de mantenerlos bajo control, temiendo que cualquier muestra abierta de posesividad fuera vista como inapropiada o injustificada.
Los pedidos de los fans y presentadores para que Lingling y Orm coquetearan juguetonamente o mostraran más afecto en público eran casi insoportables. Lingling era muy consciente del delicado equilibrio que tenía que mantener.
Cada gesto provocativo, cada sugerencia de demostrar una situación romántica, era un campo minado de riesgo emocional. La idea de revelar sus verdaderos sentimientos en un entorno tan público la aterrorizaba. Lingling temía que si bajaba la guardia, si permitía que sus verdaderas emociones salieran a la luz, podría alejar a Orm sin darse cuenta o exponerse al ridículo.
La lucha emocional dentro de ella se vio agravada al saber que sus sentimientos eran un secreto a voces entre los mas cercanos a ellas. Los amigos y colegas de Lingling habían captado las sutiles señales: la forma en que sus ojos permanecían en Orm, la emoción en su voz cuando hablaba de ella. Pero nadie se atrevía a confrontarla al respecto, y Lingling agradecía su discreción, incluso cuando eso profundizó su silencio.
El silencio de Lingling se convirtió en su escudo, una barrera impenetrable que ocultaba sus verdaderas emociones. Estaba aterrorizada de las consecuencias de romperlo. El miedo a perder a ORM, o peor aún, a perder el control y revelar la profundidad de sus sentimientos, se agrandaba.
Cada pregunta sin respuesta, cada momento de autocontrol, fue un doloroso recordatorio de la lucha emocional por la que tenía que atravesar.
En los momentos de tranquilidad que transcurrían entre el caos de sus apariciones públicas, Lingling se encontraba sola, lidiando con sus temores y remordimientos. El silencio que mantenía ante el público era un arma de doble filo: la protegía del dolor inmediato, pero también la atrapaba en una burbuja que ella misma había creado.
Lingling sabía que cada momento que pasaba reprimiendo sus sentimientos eran un paso hacia un posible corazón roto. Sin embargo, no se atrevía a romper el silencio, atrapada en un ciclo de miedo y anhelo que sólo se profundizaba con el paso de los días.
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