Just a little lie (Wenclair)

Cap 11: Hablar en códigos

Después del año nuevo llegó el período de exámenes parciales, lo que significó que casi todos los clubes se cancelaron y no hubo clases, para que los estudiantes pudieran usar todo el tiempo posible para estudiar. Fue un dolor para todos, pero una bendición para Wednesday, que pasó cada hora de vigilia (incluidas algunas noches enteras) posible en el laboratorio y la morgue local, cuando no estaba en algún rincón oscuro de la biblioteca del campus.

Se podría decir que era una estudiante muy dedicada y quería obtener buenos resultados en sus exámenes, pero ni siquiera ella podía negar que lo usaba como excusa para pasar el mayor tiempo posible sola y alejada de sus amigos. Especialmente de Enid.

Wednesday supuso que su compañera de piso ya se había olvidado de ya sabes qué, pero por alguna razón lo estaba pasando peor. Sentía pánico como si en cualquier momento Enid fuera a acorralarla y pedirle explicaciones, y la escena de ya sabes qué se repetía una y otra vez en su cabeza, atormentándola. Tal vez alguien le había echado una maldición y se estaba volviendo loca viendo cosas que no existían. No sería extraño, le había pasado a su tío Fester con su tercera esposa.

Por eso, por si acaso, apenas veía a Enid, solo en las comidas o de paso, y solo volvía a la habitación cuando la rubia ya llevaba un rato dormida. Si no tenían tiempo libre juntas, no hablarían de cosas que no tuvieran que ver con los exámenes, ergo no hablarían de la fiesta, ergo no hablarían de lo que pasó en la fiesta. Y en cuanto los exámenes terminaran y todos ya se hubieran olvidado de las vacaciones de invierno, podrían volver a ser como antes, y todo iría bien.

Aquella mañana estaba terminando un informe en su habitación mientras Enid estaba en la pista de atletismo, cuando Eugene la había llamado por una urgencia con las abejas (el resfriado había afectado a una de ellas y tenían que solucionarla cuanto antes). A su regreso había encontrado a Yoko intentando estudiar en una de las mesas del comedor, que fuera de las horas de comida se utilizaba como sala libre para estudiar, sobre todo en época de exámenes. Sabiendo que Enid iba a volver pronto a la sala de su carrera, decidió que no tenía nada que perder estudiando allí. Wednesday compró un café de pacotilla de la máquina e intercambió unas palabras con Yoko, antes de ponerse los auriculares con cancelación de ruido.

Wednesday y Yoko tenían una relación interesante. Cuando se conocieron, apenas interactuaban, siendo Enid el único vínculo entre las dos chicas. Cuando Enid y Yoko salían de fiesta o pasaban el rato, esta última esperaba en su habitación mientras Enid se preparaba, revisando en silencio su teléfono, mientras Wednesday la ignoraba a propósito desde el otro lado de la habitación.

Uno de esos días de primavera del primer año, mientras Enid se duchaba, Yoko empezó a reír y a jadear mientras miraba algo en su teléfono. El ruido inesperado hizo que Wednesday se diera la vuelta y la mirara con una ceja interrogativa. "Dios mío, Addams, tienes que ver esto, caray", fingió ahogarse entre risas.

Wednesday se acercó sin gracia y observó cómo la chica le mostraba un vídeo del canal de una clínica dermatológica, que se había hecho viral por explotar los granitos y otras ampollas. Tenía suficiente interés clínico, grotesco y morboso como para que Wednesday se quedara mirándolo mientras Yoko reaccionaba en voz alta a cada nueva intervención.

Después de eso, intercambiaban algunas palabras cuando estaban solas, generalmente iniciadas por Yoko. Enid le había mostrado el Spotify de Wednesday y tenían varios artistas en común, por lo que la música pronto se convirtió en un nuevo tema de conversación. A lo largo del curso, también descubrieron que tenían gustos artísticos similares e iniciaron una charla sin palabras en la que solo compartían imágenes de obras y enlaces a biografías de artistas que creían que serían de interés para la otra parte. Por supuesto, también hablaron de Enid, sobre todo Yoko contándole historias de su niñez