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El día después de nuestra conversación, me desperté con una sensación extraña

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El día después de nuestra conversación, me desperté con una sensación extraña. Aunque la charla con Manu había sido liberadora, aún me sentía culpable por no haber sido completamente honesta con él desde el principio. Los recuerdos del partido de ida, de ese momento en el que me encontré con mi ex y los chicos del Barça, seguían rondando en mi cabeza. ¿Por qué no se lo conté antes? Quizás temía cómo podría reaccionar, o tal vez pensaba que no era necesario. Pero lo cierto era que, al final, la verdad siempre salía a la luz, y estaba claro que la sinceridad era lo único que nos haría seguir adelante.

Esa mañana, mientras me preparaba para salir a la universidad, me encontré con un mensaje de Manu. Simplemente decía: "Nos vemos más tarde. Te amo". Sonreí al verlo, y sentí una calidez en mi pecho. Aunque todo había estado algo tenso entre nosotros, ahora parecía que el amor y el respeto mutuo eran más fuertes que cualquier malentendido.

El día pasó rápido entre clases y estudios, pero en cada momento libre, mis pensamientos volvían a Manu. Recordaba cómo se veía al regresar de su entrenamiento, con la expresión de siempre, entre serio y cálido, siempre dispuesto a darme lo mejor de sí. Y no podía dejar de pensar en nuestra perrita, Summer, que se había convertido en una parte tan importante de nuestras vidas, una especie de hija para los dos. Ella, con sus ojos brillantes y su energía inagotable, siempre lograba que nos olvidáramos de todo lo demás.

A medida que avanzaba el día, mi cabeza seguía ocupada con él. Quería que todo estuviera bien entre nosotros, pero sabía que el trabajo no se detenía allí. Aunque la conversación de ayer había aliviado muchas tensiones, todavía necesitábamos tiempo para volver a confiar completamente el uno en el otro.

Finalmente, cuando terminé con las clases, fui directamente a casa de Manu. Al llegar, Summer me recibió con la energía de siempre, saltando alrededor de mis pies como si me extrañara muchísimo. Su entusiasmo hizo que sonriera y me olvidara de todo por un momento. La tomé en mis brazos, dejándome envolver por su cariño, y cuando entré al departamento, Manu estaba allí, esperándome.

-Cómo te fue?.-me preguntó con una sonrisa, acercándose para darme un beso en la mejilla.

-Bien, aunque siempre es difícil concentrarme en los estudios cuando sé que te tengo a vos y a Summer esperándome.-respondí, guiñándole un ojo mientras le entregaba la correa de Luna para que la sacaran a pasear.

Él sonrió, tomando a Summer en brazos, y al mirarme, vi algo en sus ojos. Era una mezcla de cariño, de comprensión y de esa paz que se había instalado entre nosotros desde que tuvimos nuestra charla.

-Te amo mucho, ¿sabías eso?.-dijo, casi en un susurro, mientras me acariciaba el rostro.

Asentí, sintiendo la misma paz que él y le dije que era mutuo, que yo también lo amaba mucho. Ya no había más lugar para las dudas, solo para avanzar.

Nos dirigimos al sofá, donde Summer se acostó entre nosotros, como si fuera la guardiana de nuestra pequeña familia. Mientras la acariciábamos, hablamos de todo un poco. De la universidad, de sus entrenamientos, de cómo nos habíamos sentido durante el último partido. Pero también hablamos de lo que nos hacía falta, de cómo la confianza no se construye de un día para otro, pero que estábamos dispuestos a hacer todo lo necesario para fortalecerla.

Solamente Tú - Ugarte ManuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora