Segunda Temporada del primer libro "Entre Dos Pines." dónde _______ ¡Es la protagonista!
Te invito a leer el prólogo.
Fecha de publicación: 31/Oct/2024
Fecha de finalización: ??????
Me quedé observando a Bill con una mezcla de incredulidad y curiosidad. No podía apartar la mirada de él, como si estuviera viendo un fantasma, cada segundo que pasaba iba perdiendo el miedo hacía el.
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(Dibujo hecho por la escritora usando el estilo de gravity falls y basado en los gustos culposos de ella misma.🫦)
Bill, notando mi mirada fija, se giró bruscamente hacia mí, con el ceño fruncido.
—¿Te vas a quedar viéndome todo el día? —preguntó con evidente molestia.
—No puedo evitarlo —respondí con sinceridad—. Nunca pensé que volvería a verte después de haberte vencido, y mucho menos como un humano.
Bill bufó y me dio la espalda, cruzando los brazos en un gesto de desdén. Suspiré, sintiendo una mezcla de frustración.
—Me iré entonces —dije, dándome la vuelta para dirigirme a la cabaña.
Justo en ese momento, Bill se giró de nuevo y me tomó por los hombros, su expresión ahora era de urgencia.
—¡No vayas a esa cabaña, _______! Estás en grave peligro —dijo con voz apremiante.
—¡Quítame las manos de encima! —grité, apartándolo con un golpe en el rostro que lo hizo caer al suelo—. No creeré ninguna palabra que salga de tu boca.
Bill se llevó una mano a la mejilla, donde el golpe había dejado una marca roja, y me miró con una mezcla de dolor y resignación.
—¡Deja de agredirme! —pidió con voz cansada.
—Te lo mereces por todo lo que has hecho —contesté con firmeza, mis ojos brillando con una mezcla de ira y determinación.
Bill se levantó del suelo con frustración, sacudiéndose el polvo de la ropa. Su mirada era intensa y llena de determinación.
—Axolotl confió en mí —dijo con voz firme—. ¿Por qué tú no lo haces?
Solté una risa amarga, incrédula ante sus palabras.
—¿De verdad estás preguntando semejante estupidez? —respondí, sin poder creer lo que oía—. Después de todo lo que has hecho, ¿esperas que confíe en ti, así nada más?
—Deberías —insistió Bill, su tono se volvía cada vez más desesperado—. No tienes idea de lo que he hecho para protegerte a ti y a las niñas.
—No lo haré —contesté con firmeza—. No hay pruebas de eso, no tengo por qué creerte.
Bill apretó los puños, claramente frustrado y molesto.
—He sido yo quien ha evitado que le hagan daño a las niñas —dijo, su voz cargada de emoción—. ¿No te das cuenta? He estado cuidándolas todo este tiempo.
