Vicio

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Salimos del baño. Yo aún temblaba en los brazos de Naruto quien me miraba con suma preocupación.

—Hinata, qué bueno que me enviaste ese mensaje. Vine lo más rápido que pude. Lamento que Sakura te golpeara.

Miró mi mano que ahora estaba sangrando.

—Esa herida se ve muy mal —dijo mientras sacaba un pañuelo de su bolsillo y apretaba un poco mi mano.

—Tenía tanto miedo Naruto kun.

Lo abracé con la excusa del miedo. Él acarició mi cabello. Demonios, ahora que lo tenía tan cerca pude notar que olía tan bien. No quería soltarlo nunca.

Puedo parecer el mismo demonio pero con él mi mirada era la de un cachorro asustado.

—No tengas miedo Hinata, ahora me tienes a mí.

Lo miré con admiración y él me sonrió para tranquilizarme, aunque yo estaba muy bien en realidad. Mi plan había salido perfecto.

Después me llevó a la enfermería. Por suerte no había nadie ahí. Naruto me curó con sus propias manos. Sentía que me derretía de amor.

—Gracias.

Fingiendo timidez evitaba su mirada.

—¿Qué pasa? —preguntó mi amado rubio.

—Yo… yo…

Besé a Naruto como agradecimiento por haberme salvado. Él se sonrojó pero me correspondió de inmediato. Acarició mi mejilla y tomó con cariño mi espalda.

—Hinata, me gustas.

—Naruto…

Lo besé de nuevo, tratando de contenerme. Porque, carajo, quería tirármelo ahí mismo. Ya lo había hecho esperar varios días y me moría por tenerlo entre mis brazos.

Ahora fue Naruto quien me besó, disfruté de sus tímidas caricias también.

Naruto es guapo, amable y amigable. No es bueno en matemáticas y es el nieto de la dueña de la escuela. Tiene el cabello corto rubio, muy suave que a mí me fascina. Y unos ojos azules tan puros como el agua de un manantial.

Aunque sus besos eran torpes lo hacía muy bien. Era tan cariñoso, tan dulce. Pronto los besos se volvieron más largos, nuestras bocas se movían a la par. Encontramos nuestro propio ritmo. No podía dejar de besarlo y tampoco quería parar. Su corazón latía con fuerza y el mío también quería explotar.

Por él sentía un tipo de amor que creía que nunca iba a encontrar. Que nunca iba a merecer. Naruto sanó mi corazón con un beso, le dió vida a todo lo que estaba muerto en mi, porque yo no creía en el amor, mi vida era una mierda antes de él.

Naruto se separó de mí y ví su rostro sonrojado, era mil veces más lindo.

—Perdón, me dejé llevar y estás herida.

—Ya no siento ningún dolor. No te preocupes.

Sonríe y lo acerqué a mi de nuevo para que continuara besándome.

Desde ese día sus labios se convirtieron en mi mayor vicio.




Mío

Capítulo 5


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