La mañana de la carrera amaneció con un cielo despejado y una energía palpable en el aire. Miles de fanáticos llenaban las gradas del circuito de Interlagos, sus voces y aplausos resonando en cada rincón mientras los equipos hacían los últimos ajustes en los autos. Felix se encontraba en el garaje junto al equipo de Ferrari, sintiendo la adrenalina en el ambiente y notando el nerviosismo en la mirada de Hyunjin.
Hyunjin, en su traje de carreras rojo y negro, era una figura imponente y completamente concentrada. Al notar a Felix entre el equipo, le lanzó una sonrisa tranquila, aunque sus ojos reflejaban la tensión de la competencia. Se acercó a él y, sin decir nada, le dio un leve apretón en el hombro, como una señal silenciosa de conexión antes de sumergirse de lleno en su papel de piloto.
—Buena suerte, Hyunjin —le susurró Felix, tratando de infundirle confianza—. Sé que puedes hacerlo.
Hyunjin solo asintió, con esa misma sonrisa reservada, antes de dirigirse a su auto y colocarse el casco. Mientras el equipo terminaba los ajustes finales, Felix retrocedió un poco para verlo desde la zona de los mecánicos, sus nervios en aumento a medida que la carrera se acercaba. Podía sentir la mezcla de presión y expectativa en el ambiente. Sabía lo importante que era esta carrera para Hyunjin.
La señal de inicio se dio, y en cuestión de segundos, los autos rugieron y comenzaron la carrera. Felix apenas podía apartar la vista del auto de Hyunjin mientras este se abría camino entre los otros pilotos, compitiendo en cada curva con una habilidad y audacia que dejaban sin aliento a todos los presentes. Era evidente que su talento lo distinguía, y Felix comprendía por qué tanta gente admiraba a Hyunjin; en la pista, era invencible, una fuerza imparable.
Durante gran parte de la carrera, Hyunjin lideró la competencia, adelantando a sus rivales con precisión calculada. Sin embargo, en las últimas vueltas, uno de los pilotos de Red Bull —nada menos que Lee Know— comenzó a acercarse peligrosamente. Felix observaba con el corazón en un puño cómo Hyunjin y Lee Know competían por el primer lugar, cada uno tomando riesgos y acercándose a los límites de sus habilidades.
En la última vuelta, justo cuando parecía que Hyunjin podía ganar, Lee Know encontró un espacio en una de las curvas cerradas y se adelantó, dejando a Hyunjin en el segundo lugar. La frustración en el rostro de Hyunjin era evidente al cruzar la línea de meta. Aunque había conseguido el podio, la decepción era clara; la victoria le había sido arrebatada en el último momento.
Una vez que terminó la carrera, Hyunjin salió de su auto y se quitó el casco, su expresión aún tensa mientras recibía los aplausos y gritos de sus seguidores. Felix lo observaba desde la distancia, sabiendo lo mucho que Hyunjin deseaba ganar y lo doloroso que debía ser quedarse tan cerca de la victoria. Cuando finalmente se acercó a él en el garaje, Hyunjin le lanzó una mirada oscura, la frustración apenas contenida.
—No lo puedo creer… —Hyunjin murmuró, apretando los dientes—. Lo tuve en mis manos, Felix. Era mío.
Felix le dio una mirada comprensiva y trató de calmarlo.
—Lo sé, Hyunjin. Pero terminaste segundo, y eso también es increíble. —Le puso una mano en el hombro—. No fue tu día hoy, pero habrá muchas más oportunidades. Además, para mí siempre serás el mejor piloto ahí fuera,di tengo que admitir.
Hyunjin soltó un suspiro, la tensión en su rostro comenzando a relajarse un poco ante las palabras de Felix. Pero la frustración aún era evidente en su mirada. Para él, la competencia era algo más que un simple resultado; era su vida, su pasión, y cada derrota la sentía como algo personal.
Al rato, después de la premiación y de cumplir con las entrevistas, Hyunjin finalmente se relajó un poco. Ambos se dirigieron hacia la zona de descanso, donde él tomó asiento, exhalando un suspiro de cansancio y decepción. Felix, sin decir nada, se sentó a su lado.
—Sé que quieres ganar siempre, pero hoy estuviste increíble, Hyunjin. —Felix lo miró con una sonrisa sincera—. Eres alguien que lucha hasta el final, y esa es la razón por la que la gente admira lo que haces.
Hyunjin lo miró en silencio, y su expresión comenzó a suavizarse. Parecía que las palabras de Felix lo calmaban, ofreciéndole la perspectiva que tanto necesitaba en ese momento. Lentamente, una sonrisa apareció en su rostro.
—Gracias, Felix. Tal vez… tal vez ganar no lo es todo si tengo algo más en lo que concentrarme —dijo, lanzándole una mirada significativa.
Felix, sorprendido por el tono más íntimo de sus palabras, se sintió incapaz de responder, atrapado en la intensidad de su mirada. Pero antes de que pudiera decir algo, Hyunjin continuó.
—Gracias por estar aquí conmigo hoy —susurró—. Me has recordado por qué vale la pena hacer esto. A veces siento que esta vida me consume, y no sé cómo encontrarle sentido. Pero contigo… siento que todo es un poco más fácil.
Felix sonrió, sintiendo el calor en su pecho, y colocó su mano sobre la de Hyunjin en un gesto reconfortante.
—No tienes que enfrentar todo esto solo, Hyunjin. Estoy aquí para apoyarte, en las buenas y en las malas. Aunque… —dijo, en tono de broma—… también tendrás que soportarme cuando decidas portarte como un idiota arrogante.
Hyunjin rió, y en ese momento, la tensión y el peso de la carrera parecían desvanecerse. Había perdido el primer lugar, pero la presencia de Felix a su lado le daba una especie de paz que no había sentido en mucho tiempo.
Con esa nueva cercanía, ambos regresaron a la casa frente al mar, donde pasaron la noche conversando sobre sueños, frustraciones y sobre todo aquello que no solían decir en voz alta. Y aunque no hubieran ganado la carrera, aquella conexión compartida se sentía como la mayor victoria para ambos.
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𝓜𝓪𝓼 𝓪𝓵𝓵𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓹𝓲𝓼𝓽𝓪-ᴴʸᵘⁿˡⁱˣ
Romance𝐇𝐲𝐮𝐧𝐣𝐢𝐧, 𝐮𝐧 𝐩𝐢𝐥𝐨𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐅𝟏 𝐝𝐞 𝐅𝐞𝐫𝐫𝐚𝐫𝐢, 𝐯𝐢𝐯𝐞 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐥𝐮𝐣𝐨 𝐲 𝐥𝐚 𝐚𝐫𝐫𝐨𝐠𝐚𝐧𝐜𝐢𝐚, 𝐜𝐫𝐞𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐭á 𝐡𝐞𝐜𝐡𝐨 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐠𝐚𝐧𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬. 𝐏𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐧 𝐌𝐨𝐧𝐳𝐚, 𝐮�...