𝐓𝐡𝐞 𝐅𝐚𝐥𝐥𝐞𝐧 𝐉𝐞𝐝𝐢 || Al morir el Rey de Onderon; no quedó nada más que coronar a su esposa, la reina Mila, con esto todo cambiaba, Mila estaba preocupada por su hija Moon, al ser mujer y ser la única heredera al trono decidió que lo mejor...
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Moon Pov's Once años después
—Se llamaKyo; hijo del senador de Alderaan y hoy está aquí presente para poder pedir tu mano Moon.— Me importaba un comino el tal Kyo; hoy no estaba del mejor humor para poder soportar a algún otro ser existente. —Se que estás de mal humor porque te prohibieron salir al invernadero, pero Kyo no tiene la culpa.—
—Todos tienen la culpa.— Claro que mentía, el único culpable aquí era mi protector; Jisul. Me prohibía ir a cualquier lado, a menos que el estuviera ahí, me seguía como mi sombra y odiaba sentir su respiración en mi nuca a cada minuto de mi tiempo como ser existencial. —Hasta ese tal Kyo, por existir y venir en el momento en que estoy de mal humor.— Caminaba de un lado a otro de la habitación, hasta pensaba que terminaría haciendo un hoyo de tantas vueltas que eh dado.
—Moon.... Solo, relájate si? Quizá puedas pasear con el, eh ir al invernadero.— Tenia un punto; como no pensé en eso.
—Sabes que te quiero verdad?— La abrace y comenzamos a salir de la habitación con rumbo al gran salón; a conocer a ese tal Ryo, Kyo, cómo se llame.
—Aquí presente; Moon Orthas, heredera al trono de Onderon, princesa del gran templo Unifar y de su pueblo.— Odiaba que a cada salón que pusiera un pie, tuvieran que presentarme; como si no supieran quien soy.
—Majestad; déjeme presentarme, soy Tarin Corly; el senador de Alderaan, y este es mi hijo Kyo Corly.— Kyo se aproximó a mi y me tomó mi mano y le dejo un breve beso en el centro.
—Princesa, un placer.— Quise sonreír pero salió mas una meca que una sonrisa.
—Lamentó la tardanza.—
—Aquí presente; Mila Orthas, Reyna de Onderon, protectora del templo Unifar y de su pueblo.— Todos se inclinaron hacia mi madre haciendo reverencia.
—No se preocupe mi Reyna, está a tiempo.— Tarin dijo mirando a mi madre. —Supongo que a hora podremos hablar a gusto.— Mi madre sonrió y le hizo una seña a Tarin y a su séquito para hablar de negocios o yo que se. —Mientras los muchachos pueden conocerse.— Tarin, mi madre y todo si séquito se alejaban del lugar rumbo al gran salón, alejándose lentamente de nosotros.
—Bueno...— En eso una puerta resonó, haciendo que Kyo y yo miráramos hacia ese punto. Y ahí estaba; la persona que menos quería mirar hoy.
—Y a donde iremos?— Preguntó mi protector sonriendo, haciéndome hacer una mueca; este día sería largo.
