𝐓𝐡𝐞 𝐅𝐚𝐥𝐥𝐞𝐧 𝐉𝐞𝐝𝐢 || Al morir el Rey de Onderon; no quedó nada más que coronar a su esposa, la reina Mila, con esto todo cambiaba, Mila estaba preocupada por su hija Moon, al ser mujer y ser la única heredera al trono decidió que lo mejor...
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Después de que Kaila se quedara dormida; Anakin me escolto hasta mi habitación, suponía que el sentía mis sentimientos; como siempre.
—Lo siento tanto Moon.— Mencionó ya cuando estábamos afuera de mi recámara. Me giré hacia el y le tome su mano.
—Aprecio tu apoyo, Anakin.— Nos quedamos mirando a los ojos unos instantes y después me di cuenta lo cerca que estábamos; sentía su respiración en mis cara; pude mirar esos increíbles ojos azules, al igual que aquella hermosa cicatriz.
—Todo por ti Moon.— Comencé a escuchar pasos tras de nosotros; fue cuando agarre consciencia de lo que estuvimos a punto de hacer; porque si, nos íbamos a besar si no fuera por aquella persona que interrumpió.
—Moon.— Kyo; por suerte no miro nada; yo y Anakin ya estábamos a un metro de distancia por suerte. —Quisiera hablar contigo.— Desde que fuimos a Curscant; Kyo viene más seguido y mi madre dijo que ya estaban planeando nuestra boda; algo que no estaba emocionada para nada.
—Claro, hasta luego Anakin.— Me despedí de Anakin con la mirada y el se alejó. Ya comenzaba a extrañar su presencia. —Que sucede?—
—Solo creí que sería buen tiempo para pasar un rato juntos; desde que llegó aquel Jedi, "el elegido" casi no tenemos tiempo a solos, el siempre está presente.— Entendía sus celos; no se llevaban para nada bien. —Por cierto; lamento lo de Jisul.— Asentí.
—Gracias.—
—Ven; vamos a caminar.— Tomó mi mano y no sentí lo mismo que cuando tome la mano de aquel Jedi, esta se sentía sin ninguna emoción alguna.
Comenzamos caminando por todo el palacio pero a la media hora de estar platicando de cosas triviales; un gran estruendo llegó a nuestros oídos.
—Que fue eso?— Pregunto el aún sujetando mi mano.
—Vamos a mirar.— Al caminar por el gran salón; miramos a todos corriendo de un lado a otro, todos los guardias.
—Princesa!! Necesitamos llevarla a un lugar seguro; pero ya.— Entonces entendí que algo no andaba bien.
Me escoltaron hacía una nave en la cual un piloto desconocido comenzó a andar. —En donde está mi madre? Que sucede?—
—No es tiempo de preguntas majestad; juramos protegerla y eso estamos haciendo, así que siéntese y sujétese.— Pero antes de que pudiera la nave despegar, algo nos detuvo; unos hombres desconocidos entraron y nos tomaron de rehenes, así parejo.
—Al jefe le va a gustar esto.— Claro que al intentar despegar la nave algo los detuvo. —No avanza.—
—Ya se que no avanza.— Comenzaron a discutir el porqué esto y el porqué el otro pero yo solo intentaba buscar una salida.
