Seducida por un demonio

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De repente, la señora Nightshade se convulsionó y fue víctima de una posesión infernal. Cuando abrió sus ojos, estos habían adquirido un intenso color dorado y la voz de Kalen salió de sus labios.

—Hola, hermano —manifestó con una sonrisa—, veo que lograste salir de ese libro, pero no te servirá de mucho... La bruja será mía, junto con todo su poder.

Los instintos protectores de Rowen se activaron cuando se percató de la mirada lujuriosa que Kalen dirigió hacia Cassy. Rápidamente, se reposicionó, protegiendo a la joven bruja con su cuerpo; decidido a mantenerla a salvo.

—No voy a dejar que la toques. Ella es mi pareja ahora.

—¿Nunca aprendes, Rowen? ¿Volviste a enamorarte de una Bloodstone? Bueno... eso hará que arrebatártela sea más divertido para mí —dijo Kalen burlándose—. Tengo a tu tía, bruja..., y si quieres que siga viva, te entregarás a mí a la medianoche... si no, me la llevaré al inframundo, donde sufrirá las peores condenaciones por toda la eternidad.

—¿Dónde puedo encontrarte? —Cassy estaba decidida a hacer lo necesario para salvar a Alicent. Sin embargo, Rowen no estuvo de acuerdo, sabiendo los peligros que implicaba.

—Cassy, ​​no.

Kalen sonrió, complacido de que la bruja hubiera mordido el anzuelo.

—En la escuela secundaria... me enteré de que habrá una fiesta y planeo divertirme un poco con algunos de tus amigos humanos. Va a ser una noche muy sangrienta...

La señora Nightshade, liberada de la posesión demoníaca, miró a su alrededor confundida, tratando de darle sentido a la caótica situación.

Mientras tanto, Cassy y Rowen discutieron acaloradamente, alzando la voz y con sus emociones a flor de piel.

—No vas a entregarte a él.

—¿Por qué no? ¿Por qué es tan importante que sea contigo con quien pierda mi pureza? No voy a dejar que se lleve a mi tía al inframundo... Ella es lo único que me queda, no puedo perderla.

—Kalen es peligroso, no sabes de lo que es capaz, y... Si logra poseerte, una vez que deje su marca en tu cuerpo, nunca podrás estar con otro demonio. Así que tú y yo...

—Jamás estaremos juntos —afirmó Cassy, ​​entendiendo la gravedad del problema.

Se puso muy nerviosa, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Lucharé contra él —afirmó Rowen, abrazándola—. Sé que puedo derrotarlo, pero debo enfrentarlo en su forma física.

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Esa noche.

Cuando se abrieron las puertas del auditorio, los estudiantes se voltearon para mirar a los recién llegados. Las dos chicas lucían sensuales con sus disfraces de brujas. Sin embargo, todas las miradas se dirigieron al atractivo hombre con alas que las acompañaba.

Con sus sentidos demoníacos, Rowen, pudo percibir el elevado nivel de hormonas que circulaban en la habitación, y sus fosas nasales se dilataron ante el embriagador aroma de la excitación juvenil. Una sonrisa tiró de las comisuras de sus labios mientras sostenía la cintura de Cassy, ​​deleitándose con el poder que la atmósfera lujuriosa estaba alimentando dentro de él.

Varias jovencitas, que siempre habían sido crueles con Cassy, ​​se acercaron a saludar; buscando conocer la identidad de Rowen. Sus coqueteos descarados hacia él enfurecieron a la bruja, ​​quien, agarró al demonio por el cuello y le plantó un beso apasionado, marcando su territorio.