Seducida por un demonio

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Algún tiempo después...

Dentro del inframundo, el tiempo fluía de manera diferente, y lo que parecían ser años en ese reino se tradujeron en meros días en la tierra. Para Rowen, la experiencia fue incluso más tortuosa que la maldición de la cual fue víctima por cuatro siglos.

Lucifer lo había designado como su sucesor, un privilegio plagado de sacrificios. Una de las condiciones era que a Rowen se le prohibiría poner un pie en la tierra hasta que su padre le diera permiso. Además, se vio obligado a casarse con una de sus hermanas demoniacas. El incesto era algo aceptado y común entre los de su especie; sin embargo, el amor generalmente no existía en esas uniones, y la de ellos no era diferente.

Aunque Rowen no mostró ningún interés sexual por Vixia, demonio de la envidia, ella había estado obsesionada con él desde el principio del mundo, y de alguna manera, había logrado convencer a su padre de forzar un matrimonio.

Vivieron en paz durante unos años, durante los cuales Rowen se dedicó a cumplir con sus responsabilidades como soberano, procurando que no hubiera caos en el inframundo, que las almas condenadas sufrieran tal como lo ordenaba el orden cósmico y que ningún ente celestial pusiera jamás un pie sobre sus dominios... Pero en lo más profundo de su ser había una profunda sensación de tristeza. Ni un solo día, él dejó de pensar en Cassy, recordando aquella maravillosa noche en la que a su lado experimentó el mayor éxtasis de su vida y comprendió, verdaderamente, el significado del amor.

Así fue hasta que el oráculo volvió a manifestarse, haciendo resonar en los pasillos de su palacio infernal una nueva profecía:

El heredero legítimo de nuestro soberano crece en el vientre de una joven bruja... esta criatura híbrida podría amenazar nuestro equilibrio cósmico, y muchas fuerzas intentarán eliminarla antes de que nazca.

El corazón de Rowen dio un vuelco al darse cuenta de las implicaciones de la profecía.

Cassy estaba esperando un hijo suyo y ¡su vida corría peligro!

Sin dudarlo, tomó una decisión audaz. Desafiando las órdenes de su padre, canalizó su poder demoníaco y al instante se teletransportó desde las profundidades del inframundo a las bulliciosas calles de la tierra.