- Capitulo 10 -

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A la mañana siguiente se le informo a la joven que debía empacar, ya que se irían por la tarde luego del incidente de anoche

Ayudaba a las sirvientas a guardar sus cosas, y dejando sus pertenencias que iban con ella en un bolso a parte

La puerta sonó dando aviso que alguien estaba afuera, pero antes de que respondiera las puertas se abrieron de golpe, dejando ver al Aemond con un leve hematoma es su cachete izquierdo

- ¿Qué deseas príncipe? – dijo volviendo su vista a la ropa frente a ella, evitando todo contacto que después no pueda dejar de sentir

- Repárense – ordeno a las sirvientas con un tono enojado, estas se fueron rápidamente como si anhelaran ese momento, cerrando la puerta atrás de ellas

- ¿Qué quieres príncipe? – ella a diferencia de él, tenía un tono desinteresado

- ¿No te enseñaron a ver a las personas mientras hablas?

- Si, gracias por preocuparte – dijo burlonamente, aun sin verlo

Este la agarro por la cintura fuertemente y le dio la vuelta, quedando cara a cara

- ¿Quién te crees para hacerme lo de anoche, niña? – sus manos ejercían más fuerza de la necesaria en su cintura

- Princesa Aerea para vos – le corrigió por primera vez desde que llego – No tengo que dar explicaciones

- Contesta, princesa – dijo irritado

- Vuelve a atacar a alguno de esos niños y no solo te golpeare, te matare – dijo con firmeza, aunque tenerlo tan cerca provocaba algo raro en ella

- ¿Esos chicos que son para vos? – esta vez no estaba enojado porque lo golpeara, sino porque esos niños tenían algo que el no, su atención

- Son mi familia.

- Yo también lo soy – dijo rápidamente, desvalidando esa respuesta

- Son mis chicos, si algo los lastima, me lastima a mí y le daré lo que se merezca quien los lastimo. – con cada palabra sentía como su respiración se mezclaba con la de Aemond

El dejo de verla a los ojos, pasando a verle los labios rosados que tanto quería probar, pero él no estaba ahí por eso, le alejo rápidamente de ella dándole la espalda

- Por los siete – rio con amargura

- ¿Qué sucede Aemond?

- No puedo creer que esos niños con pelo castaño tengas más tu atención que cualquier otro hombre de los reinos – él sabía que era el hombre del que hablaba, su enojo no lo dejaba pensar, le molestaba lo que sea que tengan que ver esos bastardos con ella

- Ellos nunca me interesaran de forma romántica, pero prefiero estar con alguno de ellos antes de que con un cerdo como Aegon – dijo con desprecio al nombrarlo

- ¿Que insinuaste con Jace y Aegon anoche? – pregunto al recordarlo, haciendo que su enojo vuelva a surgir

- ¿Yo insinuar algo con alguno de ellos? – pregunto alzando la voz con ironía – El imbécil de tu hermano fue el que se insinuó conmigo de la forma más morbosa que alguien lo hizo alguna vez. – hizo una pausa tomando ahí para continuar, estaba hablando tan rápido del enojo que apenas y podía respirar – Jace solo fue amistoso conmigo, desde niños bailamos juntos, pero ni siquiera te debo una explicación

- ¿Por qué no lo rechazaste? – se acercó a ella sujetándole los brazos

- ¿Esperabas que lo haga con todas esas personas pretenses? ¿Y quedar como una mocosa malcriada? – cada palabra que salía con su boca contenía sarcasmo en ella

La Danza de DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora