La oscuridad del rayo

Capitulo 46

aviso: esta es la primera parte de la pelea y será algo larga

después habrá una segunda parte, no tan larga pero algo más dramática

espero disfruten esta pelea

El calor que irradiaba su cuerpo era casi insoportable, haciendo que el aire a su alrededor ondulara y distorsionara la visión. Los estudiantes, aunque con esto, no retrocedieron. Cada uno de ellos, con la mirada fija en Denki, estaba decidido a pelear hasta el final. No podían abandonarlo, no cuando sabían que, en algún lugar detrás de esa furia, su amigo seguía allí, atrapado.

—¡Denki! ¡Esto no tiene que terminar así! —gritó Todoroki, creando una barrera de hielo para bloquear las llamas, el sudor cayendo por su frente por el esfuerzo.

Pero Denki no mostró compasión. Su expresión endurecida revelaba que no estaba dispuesto a escuchar. —Esto no es un final, Todoroki —respondió, sin cesar el ataque—. Es sólo el principio.

La clase 1-A estaba enfrentándose a alguien que ya no reconocían, pero su determinación seguía intacta. La batalla no sólo era para detenerlo; era una lucha para salvarlo de la oscuridad que lo consumía. Y aunque el fuego de Denki parecía imparable, la esperanza de que podrían alcanzarlo seguía ardiendo en sus corazones, tan intensa como las llamas a las que se enfrentaban.

La sala estaba envuelta en un caos de fuego y escombros; el calor abrasador de las llamas y el eco ensordecedor de los ataques resonaban por todo el lugar. Denki seguía luchando con una intensidad devastadora, sus ojos brillando con determinación, pero detrás de esa furia, una sombra de tristeza intentaba ocultarse.

Iida, aprovechando un breve momento de distracción, se lanzó a toda velocidad con una patada directa que impactó en Denki. —¡Denki, reacciona! —gritó con la esperanza de sacudir su conciencia. El golpe lo hizo tambalearse, pero no lo detuvo. Sin perder tiempo, Denki contraatacó, sus llamas azules irradiando un resplandor mortal a su alrededor.

—¡No estás solo en la oscuridad, Denki! —gritó Tokoyami mientras Dark Shadow cargaba hacia adelante, intentando inmovilizar a su excompañero. Las garras de la sombra oscura estaban listas para desarmarlo, pero Denki lo eludió con facilidad.

Su risa, vacía y amarga, resonó en la sala. —¿De verdad creen que pueden detenerme? ¡Lo que tengo ahora está muy por encima de lo que jamás tuve! —dijo, con una confianza peligrosa en su nueva fuerza.

Bakugo, siempre feroz y decidido, no dudó en responder con una serie de explosiones dirigidas a Denki. —¡Maldito idiota! ¡Vamos a sacarte de esta mierda aunque tenga que golpearte hasta que lo entiendas! —rugió, mientras las explosiones sacudían las paredes. Denki, aunque recibió parte del impacto, se mantuvo firme, lanzando una poderosa ráfaga de fuego que obligó a Bakugo a retroceder.

—¡Denki, por favor! —gritó Uraraka, usando su Quirk para lanzar escombros flotantes en un intento de detener su avance. Pero con una explosión de fuego, Denki desintegró los escombros sin esfuerzo, su mirada ardiendo con una mezcla de ira y dolor.

—¡Esto no eres tú! —exclamó Yaoyorozu, creando barreras y herramientas para proteger a sus amigos. —¡Sabes que este no es tu camino! ¡Sigues siendo un héroe!

Pero Denki negó con la cabeza, esbozando una sonrisa amarga. —Eso es lo que todos piensan. El héroe que conocen ya no existe —respondió.

Todoroki, viendo una oportunidad, lanzó una ráfaga combinada de fuego y hielo, buscando reducir su movilidad. —¡Aún podemos salvarte! No tienes que seguir este camino solo, Denki —dijo, con la esperanza de que sus palabras pudieran llegar a él.

Jirou, con el corazón en la garganta, avanzó con cautela, las lágrimas comenzando a llenar sus ojos. —No tienes que cargar con esto solo... —dijo en voz baja—. Te necesitamos... yo te necesito. —Sus palabras, llenas de emoción, hicieron eco en el vacío emocional que Denki había estado tratando de ignorar.