Encuentro desconocidos

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El temblor recorrió los pasillos de la U.A., y los chicos del futuro intercambiaron miradas llenas de preocupación. Kenji, aún avergonzado por el incidente eléctrico, evitaba las miradas de sus amigos, y Jin intentaba calmarse a sí mismo mientras analizaba la situación. Los estudiantes de la clase 1-A, liderados por un joven Deku, los observaban con una mezcla de asombro, desconfianza y una pizca de curiosidad.

Kasui Bakugo cruzó los brazos y miró de reojo a su propio padre en una versión más joven y feroz. Sentía la urgencia de replicar su actitud desafiante, pero se contuvo, recordando que tenían estrictamente prohibido revelar su identidad. Respiró hondo, manteniendo su expresión neutra.

—¿Qué pasa aquí? —insistió Bakugo, con tono autoritario mientras estudiaba a cada uno de ellos—. Nadie aquí se "pierde" tan fácilmente, y menos en el edificio de investigación.

Antes de que pudieran responder, una figura familiar apareció entre las sombras del pasillo, observándolos con intensidad. Era el profesor Aizawa, con su típica bufanda y sus ojos calculadores que parecían ver más allá de las palabras.

—¿Qué están haciendo aquí? —preguntó con su tono característico. Sus ojos se pasearon por el grupo, deteniéndose en cada uno de los chicos desconocidos. Los analizaba con una calma inquietante, como si cada detalle pudiera darle pistas sobre quiénes eran realmente.

Mirai Todoroki, con su calma característica, fue la primera en reaccionar. Dio un paso adelante, sosteniendo la mirada de Aizawa.

—Nos perdimos en los pasillos... y creo que mi hermano estaba jugando con algo del equipo de laboratorio. —Su tono era tan serio que parecía impropio para su edad. Esa madurez sorprendió a los presentes, quienes esperaban que algún otro se disculpara.

Aizawa frunció el ceño, claramente no convencido de su explicación. Volvió a observar el equipo dañado detrás de ellos, y luego a los jóvenes que tenía frente a él.

—¿Cómo entraron aquí sin ser detectados? Y, lo más importante... —sus ojos se detuvieron en Kenji—. ¿Por qué parece que todo este lugar ha sufrido una descarga eléctrica?

Kenji tragó saliva y dio un paso adelante, consciente de que todos esperaban que explicara lo sucedido.

—Fue... un accidente —dijo con un tono de arrepentimiento que intentaba sonar convincente—. Toqué algo y, bueno... las cosas se salieron de control.

Aizawa soltó un suspiro, sin desviar la mirada de ellos.

—Accidente o no, no debieron estar aquí. —Su tono dejaba claro que esperaba una explicación convincente, y las excusas no lo estaban impresionando.

Raiden, sintiendo la tensión en el aire, decidió intervenir. Su tono era firme pero amigable, en un intento de calmar las sospechas.

—De verdad, solo estamos aquí de paso. Nos impresionan mucho las instalaciones de U.A. y... bueno, pensamos que sería interesante dar una vuelta —dijo, esbozando una sonrisa nerviosa.

Deku, quien hasta ese momento había permanecido en silencio, se adelantó y los miró con un brillo de desconfianza en sus ojos.

— ¿Y cómo entraron sin que nadie los viera? —La pregunta era directa, y parecía no aceptar una respuesta simple.

Kasui lanzó una mirada de advertencia a sus compañeros. Aún no era el momento de revelar sus identidades o la razón por la cual estaban allí, así que decidió apoyarse en la explicación de Raiden.

—Es un malentendido, de verdad. Estamos más que dispuestos a cooperar y explicar... si nos permiten hablar con algún profesor —añadió, con un tono firme que sorprendió a algunos de los estudiantes. Aunque sus palabras intentaban calmar el ambiente, no lograba ocultar el nerviosismo en su mirada.

Aizawa los observó en silencio durante unos segundos que parecieron eternos, evaluando cada gesto, cada palabra. Finalmente, asintió lentamente.

—Muy bien, vendrán conmigo a la oficina del director —dijo con un tono definitivo—. Allí podrán explicar lo que pasó... o asumir las consecuencias.

Mientras el grupo de chicos del futuro asimilaba sus palabras, Izaya, el único sin don en el grupo, susurró en voz baja:

—Esto va a ser complicado...

A medida que avanzaban por los pasillos, Mirai se acercó a Reo, su hermano, y murmuró:

—No nos creerán fácilmente. Y si descubren de dónde venimos...

Reo asintió, mirando de reojo a los estudiantes que los seguían con curiosidad.

—Tendremos que pensar rápido. Este "accidente" podría poner en riesgo todo.

A su lado, Reiji  cerró los puños mientras trataba de controlar la emoción que sentía al ver a su padre, joven y lleno de energía, conversando con Bakugo y Deku unos pasos más adelante.

Finalmente, llegaron a la oficina del director. La atmósfera en el lugar era imponente y solemne. La puerta se abrió, y el director Nezu, con su aspecto característico de pequeño roedor y su peculiar mirada astuta, los esperaba detrás de su escritorio. Su mirada curiosa y su sonrisa misteriosa hacían que todo pareciera aún más extraño.

Aizawa les indicó que se sentaran en las sillas frente al escritorio del director, y después se dirigió al director.

—Director Nezu, estos... chicos fueron encontrados en el área de investigación. Dicen haberse perdido —explicó, aunque su tono mostraba claramente sus dudas.

Nezu los miró, entrecerrando los ojos con una expresión que era tanto de interés como de cautela. Los chicos sintieron cómo su mirada los examinaba, intentando descubrir sus secretos.

—¿Cómo es que llegaron hasta el área de investigación sin ser detectados? —preguntó Nezu, con una voz amable pero inquisitiva.

Mirai, controlando la tensión en su cuerpo, dio un paso adelante y volvió a hablar.

—Solo estábamos explorando. Somos... grandes admiradores de la U.A. y, bueno, nos perdimos mientras intentábamos encontrar la salida.

Kasui, en un esfuerzo por darle credibilidad a la historia, asintió y añadió:

—Sabemos que fue una imprudencia. Estamos dispuestos a aceptar cualquier consecuencia.

Nezu ladeó la cabeza, estudiándolos con curiosidad.

—¿Admiradores? Hmm... es curioso que hayan logrado pasar todos los sistemas de seguridad —comentó, sin dejar de sonreír—. Muy pocos logran entrar sin ser detectados, especialmente en el área de investigación.

Los chicos se miraron nerviosos, sabiendo que sus respuestas eran insuficientes y que estaban bajo el escrutinio del director.

En ese instante, Jin notó algo extraño en el ambiente: una leve vibración en el aire, como si el edificio en sí mismo respondiera a su presencia. Un detalle que solo él, con su habilidad de controlar la electricidad, podría notar. Decidió guardar esa información por el momento, pero no podía evitar sentir una extraña conexión entre el accidente que habían tenido y la peculiar reacción del edificio.

Nezu, después de una larga pausa, se recostó en su silla y suspiró.

—Bueno, los estudiantes de la U.A. no suelen ser imprudentes ni irresponsables —dijo finalmente—. Y ustedes me parecen... muy singulares. Les permitiremos salir esta vez, pero habrá que discutir medidas para que algo así no vuelva a suceder.

Los chicos respiraron aliviados, aunque sabían que no podían bajar la guardia.

Sin embargo, cuando se estaban preparando para salir, Nezu añadió con una sonrisa peculiar:

—Por cierto, ¿saben en qué año estamos?

La pregunta los tomó por sorpresa. Mirai, con su serenidad inquebrantable, fue la primera en responder.

—Sí... estamos en el 1-A año de la U.A., ¿verdad?

Nezu asintió lentamente, sin dejar de observarlos con su mirada astuta.

—Así es. Pero cuídense, chicos. La curiosidad puede meter a cualquiera en problemas, especialmente en esta escuela.

Aizawa los condujo fuera de la oficina, y el grupo de chicos del futuro respiró aliviado al salir de la oficina del director. Pero sabían que no estaban fuera de peligro.

𝕊𝕚𝕘𝕦𝕚𝕖𝕟𝕥𝕖 𝕟𝕚𝕧𝕖𝕝 (𝔹ℕℍ𝔸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora