Sam x Jensen

45 3 0
                                        

La noche sin duda fue larga, y aunque no era algo a lo que no estuviera acostumbrado, me dolía la cabeza de tanto pensar. Había llegado a una respuesta, o eso esperaba. Tendría que hablar con todos, y probablemente la idea no sería del agrado de algunos. Incluso yo mismo seguía dudando.

Dejé escapar otro suspiro y me acurruqué más cerca del cuerpo de Jensen. Sentí su respiración tranquila, su calor. Apreté los ojos. Amaba esto, amaba lo que teníamos. Quería creer que mi decisión era la mejor.

---

El amanecer trajo consigo un peso ineludible. Bajé al comedor, donde Dean y Jared ya me esperaban. Dean lucía impaciente, tamborileando los dedos sobre la mesa. Jared, en cambio, mantenía una expresión neutral, aunque sus ojos reflejaban una mezcla de preocupación y cansancio.

—¿Entonces? —Dean rompió el silencio, su tono más duro de lo que esperaba.

Tomé aire profundamente antes de hablar.

—Me quedo aquí.

El ambiente en la habitación se tensó de inmediato. Dean dejó de tamborilear y me miró fijamente, como si estuviera tratando de procesar lo que acababa de decir.

—¿Qué demonios estás diciendo, Sam? —Su voz se alzó, cargada de incredulidad y enojo—. ¿Te quedas? ¿Con él?

—Sí, Dean. —Intenté mantener la calma, aunque mi corazón latía con fuerza—. Esto es lo que quiero. He encontrado algo aquí que no puedo dejar ir.

Dean se levantó de golpe, su silla raspando contra el suelo.

—¿Algo? ¿Alguien, querrás decir? ¡Estamos hablando de tu vida, Sam, de nuestro mundo! No puedes simplemente abandonar todo por... esto.

—No estoy abandonando nada. —Repliqué, levantándome también—. Sigo siendo yo, sigo siendo tu hermano. Pero ya no puedo vivir a la sombra de lo que se espera de mí. Aquí es donde pertenezco ahora.

—¡Eso es una mierda, Sam! —Dean estaba furioso, sus palabras como golpes— Pero claro, ahora puedes jugar a la casita, como siempre quisiste, así que supongo que ya no importa lo demás.

—Dean... —Jared intervino, colocando una mano en el brazo de mi hermano, tratando de calmarlo.

Dean se sacudió el toque de Jared, frustrado. Me miró con los ojos entrecerrados—. ¿Qué vas a hacer cuando todo esto se desmorone? Porque créeme, Sam, se desmoronará.

Jared suspiró y se volvió hacia mí con una expresión triste.

—Sam... entiendo por qué lo haces. Asi que no puedo quedarme aquí. Dean necesita alguien junto a él.

Lo sabía, estaba claro que él también tenía que irse o nada funcionaria.

—Cuida de él, Jared. —Le dije con sinceridad.

Jared asintió y luego se giró hacia Dean.

—Vámonos, Dean. No hay nada más que hacer aquí.

Dean me lanzó una última mirada, llena de decepción.

—Espero que valga la pena, Sam. Porque estás perdiendo mucho.

Y con eso, se dieron la vuelta y salieron. Me quedé ahí, viendo cómo se alejaban, el eco de sus pasos resonando por el lugar.

---

Regresé a la habitación, sintiéndome vacío. Jensen estaba sentado en la cama, sus ojos buscando respuestas en los míos.

—¿Cómo salió? —Preguntó en voz baja.

Me senté junto a él, dejando que el silencio hablara por mí.

—No bien. —Finalmente admití—. Dean está furioso, y Jared se fue con él.

Jensen me tomó la mano, apretándola con fuerza.

—Lo siento, Sam. No quería que fuera así.

—Yo tampoco. —Dije, mirándolo a los ojos—. Pero no me arrepiento. Tú eres lo que quiero, Jensen. Y aunque duele perderlo, sé que eventualmente va a entender. ¿Tu estás bien con esto?

Jensen asintió con una sonrisa.

Nos quedamos en silencio, abrazados, mientras el peso de la decisión se asentaba. Sabía que el camino no sería fácil, pero al menos no estaría solo.


---------------------


Un final donde las cosas se quedarían como habían comenzado. 


Algo que en realidad había pensado dejar como el principal cierre pero no podía quedarme con la tentación de las otras alternativas.

Un deseo borrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora