El sol apenas comenzaba a asomarse en el horizonte cuando un temblor sacudió Arathia y los continentes cercanos. La tierra vibraba con una fuerza descomunal, como si algo gigantesco tuviera la intención de golpear el mundo entero. En el castillo de Eldoria, Elena se despertó sobresaltada, sintiendo cómo las paredes temblaban a su alrededor.
—¿Qué está pasando?— exclamó, su voz llena de preocupación.
Liam, que había estado a su lado, la tomó de la mano, tratando de calmarla.
—No lo sé, pero debemos averiguarlo,— dijo con determinación.
Mientras tanto, en la guarida oscura del duque Malakar, el temblor había causado estragos. Malakar, furioso y desconcertado, buscaba desesperadamente el origen de la perturbación.
—¿De dónde proviene este temblor?— rugió, su voz resonando en las paredes de la guarida.
La sombra, siempre a su lado, observaba con atención.
—Debemos averiguarlo, mi señor,— dijo con calma. —Enviaré a nuestro guardián más poderoso para investigar.—
Malakar asintió, su rostro lleno de ira y preocupación.
—Hazlo. No podemos permitir que algo así nos tome por sorpresa.—
El guardián más poderoso de Malakar, una figura imponente y temible, salió de la guarida y se dirigió hacia el origen del temblor. Mientras avanzaba, sintió una presencia abrumadora, una fuerza tan poderosa que incluso él, con todos sus poderes, se sintió pequeño.
Cuando finalmente llegó al lugar, se encontró con una entidad de poder inimaginable. La figura, envuelta en una luz cegadora, parecía estar hecha de pura energía. El guardián retrocedió, sabiendo que no podía enfrentarse a tal ser.
De vuelta en la guarida, Malakar sintió una oleada de temor cuando el guardián le informó sobre lo que había encontrado.
—No podemos controlarlo,— dijo el guardián, su voz temblando. —Sus poderes son mucho más fuertes que los tuyos, mi señor.—
Malakar, aunque furioso, sabía que debía ser cauteloso.
—Entonces debemos cambiar de estrategia,— dijo, su voz llena de frustración. —Dejemos todo tranquilo por un tiempo. Ahora me toca a mí comenzar lo mío. Estamos en una etapa casi de quedarnos con Arathia y Eldoria. El resto de los continentes cercanos ya son pan comido.—
Mientras tanto, en Eldoria, Elena se encontraba cada vez más estresada. La incertidumbre y la presión de ser reina la abrumaban.
—Por culpa del maldito destino estoy obligada a ser una reina que no quiero ser,— murmuró, su voz llena de desesperación.
Liam, siempre a su lado, la abrazó con fuerza.
—Elena, eres más fuerte de lo que crees,— dijo suavemente. —Y no estás sola. Juntos, podemos enfrentar cualquier cosa.—
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Reina Por Obligación
FantasyEn un reino envuelto en misterio y magia, una joven princesa se ve obligada a asumir el trono tras la repentina desaparición de su madre. Con una corona que pesa más de lo que jamás imaginó, Elena debe enfrentarse a intrigas palaciegas, traiciones y...