En la empresa
Jezabel, Demián, julio César, ejecutivos e inversionistas estaban dentro de la sala de juntas. Cada uno sentado en su lugar.
Julio César se puso de pie y se acercó a Casandra quién estaba parada a lado de la puerta.
Julio César: Casandra,¿Sabes porqué no llega, Aurora?. (Preocupado)
Casandra: no sé. Ni siquiera tengo las carpetas para irlas repartiendo. (Preocupada).
Jezabel: y la señora presidente donde está?.
Julio César: no tarda.
Julio César salió de la sala de juntas y le llamó a Aurora.
Julio César: contesta, contesta.
Aurora iba caminando, casi corriendo. Al traer su bolsa y las carpetas contestó el celular con un poco de torpesa mientras caminaba.
Llamada
Julio César: ¡Aurora, por fin contestas!. ¿Qué pasa?. Te están esperando en la sala de juntas.
Aurora: ay julio si supieras todo lo que me ha pasado y apenas son las 9 de la mañana. El caso es que se me ponchó la llanta casi llegando a la empresa.
Julio César se tocó la frente con la mano izquierda y con la derecha tenía el celular pegado a la oreja.
Julio César: dime dónde estás, voy por tí.
Aurora: no,no,no,no,no. Voy a pie, diles que llego en unos minutos, no estoy muy lejos. (Apurada)
Julio César: está bien. (Colgó).
Aurora tuvo que correr unas cuadras pero finalmente entró al elevador de la empresa.
En recepción estaban Glorio y Aquiles en sus cubículos.
Glorio se estaba comiendo una torta, Aquiles llegó y se la arrebató.
Aurora salió del elevador corriendo y casandra la estaba esperando.
Casandra: señora aurora.
Aurora: casandra toma.
Aurora le dió unas carpetas a casandra y siguió corriendo
Glorio se puso de pie y aventó su silla de llantas.
Glorio: que te pasa?, regresamela.
Aurora venía corriendo y se sentó en la silla de llantas y se deslizó hasta la puerta de la sala de juntas.
Aurora: gracias, Glorio.
Aquiles y Glorio voltearon a ver a Aurora.
Gloria: y ahora?.
Casandra pasó corriendo con las carpetas.
Casandra: con permiso
Aurora se frenó hasta la puerta de la sala de juntas.
Julio César la estaba esperando en la puerta.
Julio César: Aurora, jajaja.
Aurora se levantó de la silla.
Aurora: ya estoy aquí. (Acelerada).
Julio Cesar: me doy cuenta, que bueno que ya estás aquí. Vamos, entremos.
Julio César abrió la puerta de la sala de juntas, Aurora y Casandra entraron y el fue el último.
La junta transcurrió y como siempre Jezabel le dió la contraria a Aurora. Demián votó a favor de su tía pues no le agradaba que un extraño llegara a la empresa de su familia. Los ejecutivos e inversionistas aprobaron la idea de Aurora para optimizar costos y como Demián había detenido algunas fugas de dinero, llegaron a la conclusión que la economía de la empresa iba a mejorar.
Todos aplaudieron y empezaron a felicitar a aurora y fueron saliendo de la oficina, hasta que solo quedaron Jezabel, Aurora y Julio César.
Jezabel: otra vez te saliste con la tuya.
Aurora: claro, como debería de ser siempre.
Jezabel salió de la oficina con una sonrisa burlona.
Aurora brincó de alegría y abrazó a Julio César. El abogado sonrió la recibió y la abrazó cálidamente de la cintura.
Aurora: estoy tan contenta. Ay gracias a dios y a ti que todo salió bien. (Alegre).
Aurora se apartó un poco de él y lo tomó de las manos.
Aurora: con los inversionistas que traje ya no tendremos que traer a ningún socio. Muchas gracias Julio.
Julio César: no tienes nada que agradecer. Valió la pena la corrida, brincaba y patinada que diste, ¿Verdad?.
Aurora: jajaja, si. En la mañana sentía que todo me estaba saliendo mal pero gracias a dios todo salió bien.
Más tarde
Aurora y julio César iban caminando por la empresa.
Aurora: Lo tenemos que festejar. (Contenta).
Julio César: lo dejamos para después porque tenemos mucho que leer todavía.
Aurora: ay sí. Podríamos ahorrarnos todo lo que me tienes que leer?. Podemos ahorrarnos todo ese texto?, me aburre.
Julio César: te voy a decir lo mismo de siempre. Haber señorita, yo pienso hacer mi trabajo, usted quiere brincarse todos esos textos?.
Aurora: jajaja.
Julio César: jajaja.
Aurora: confío en ti. (Sonriente).
Julio César: gracias. (Alegre).
Aurora y Julio César se sonrieron, entre ellos había una cercanía y una complicidad que jamás se hubieran imaginado que existiría. En ese momento llegó Jezabel.
Jezabel: ¡Ya veo que te empiezas a llevar mejor con él abogado Rey!. Si ya no se te despega y tú tampoco.
Aurora arqueó la ceja y después volteó a ver a Julio César. El abogado la miró con una sonrisa amable y después, los dos miraron a Jezabel. Ya estaban acostumbrados a sus bromitas y a sus comentarios de mal gusto.
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Conociendo al destino
RomanceSolo les traigo un pedacito de cómo pensé que sería el primer encuentro de los Aurocesar. Esto salió de mi imaginación. Espero les guste.