(Pov Giyuu)
Mientras el agua sigue cayendo sobre mí, mi mente se llena de pensamientos oscuros. No puedo dejar de pensar en cómo llegué hasta aquí, en lo que se ha convertido mi vida. ¿Cómo terminé en esta situación? ¿Cómo es que caí en las garras de alguien como Sanemi?
Al principio, no quería creerlo. No quería aceptar que todo lo que pasó fue solo un juego para él, una forma de mantenerme bajo su control. Pero aquí estoy, desnudo en el suelo de la ducha, con las manos temblorosas, sintiendo la marca en mi cuello como una herida abierta que no se cierra.
Todo lo que él ha hecho por mí, todo lo que me ha dado, ha sido por un precio, y ese precio ha sido mi cuerpo, mi dignidad, mi alma. Sanemi me utiliza, me usa como una herramienta para pagar su deuda, y lo peor de todo es que, en el fondo, yo lo sé. Yo lo sé, y aún así sigo aquí, permitiendo que lo haga. ¿Por qué? ¿Por qué sigo adelante con esto? ¿Qué me queda de mí mismo si todo lo que soy es solo una propiedad más que él puede poseer y desechar cuando le plazca?
Pienso en lo que dijo aquel hombre en el restaurante, en cómo me trató como si fuera un objeto, un juguete. ¿Eso es lo que soy ahora? Un simple juguete para ricos y poderosos, algo que solo tiene valor cuando se somete a los deseos de otros. Y Sanemi, con su arrogancia, con su indiferencia, lo sabe. Sabe que me tiene, que no tengo más opciones que seguir su juego, que seguir pagando lo que me ha hecho. Y eso me duele más que cualquier golpe que haya recibido.
Mis lágrimas ya no son solo por el dolor físico, sino por la humillación. Me siento atrapado, como si no hubiera salida. Mi deuda no termina, y aunque lo intente, no puedo escapar. Cada día que paso cerca de él me recuerda que soy débil, que he perdido mi identidad por completo.
¿Cómo puedo seguir así? ¿Qué debo hacer para liberarme de esta jaula de la que nunca parece haber salida? Pero la respuesta es clara: no hay salida. Solo sigo viviendo en su mundo, en el mundo de Sanemi, porque no tengo otro lugar adonde ir, porque me siento vacío y roto. Y tal vez, solo tal vez, me guste de alguna forma, o al menos me he acostumbrado a vivir con ello.
Mi cuerpo ya no me pertenece. Y ahora, lo que me consume no es solo la deuda, sino también la certeza de que nunca seré nada más que un objeto para él.

(Pov Sanemi)Estoy en mi mansión, la casa vacía, llena de ecos y paredes frías que no me ofrecen consuelo. Mi mente sigue atrapada en lo que sucedió en el restaurante, en lo que pasó con Giyuu. La imagen de su rostro me persigue, sus ojos, esa expresión quebrada cuando lo dejé en el baño... todo eso se repite una y otra vez en mi cabeza. Pero lo peor de todo es que, aunque lo niegue, sé que me afecta.
¿Desde cuándo me importa tanto lo que pasa con él? ¿Desde cuándo esa sensación de tenerlo bajo mi control no me llena de satisfacción? Al principio, era solo un juego, un medio para que él pagara su deuda . Pero ahora, siento algo diferente. Algo que no puedo nombrar.
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No te vayas {sanégiyuu}
FanfictionSanemi y Giyuu, dos hombres con pasados complicados, comienzan una relación marcada por secretos, desafíos familiares y una inesperada sorpresa. Mientras enfrentan traiciones y oscuros enemigos, su vínculo se fortalece. A lo largo de su historia, lu...