La luna llena iluminaba el horizonte, extendiendo una manta plateada sobre el mar. Dahyun caminaba sola por la playa, disfrutando del aire salado que acariciaba su piel. La brisa nocturna traía consigo una sensación extraña, casi como si el océano susurrara secretos que solo aquellos dispuestos a escuchar podrían entender. El sonido de las olas rompiendo suavemente contra la orilla era lo único que rompía el silencio de la noche, pero entonces, algo más se unió al murmullo del mar.
Una voz, suave como la brisa y tan profunda como las aguas más oscuras, comenzó a cantar. Dahyun se detuvo en seco, incapaz de identificar de dónde venía. Cerró los ojos un momento, sintiendo el eco de esa melodía resonar en lo más profundo de su ser. Era una canción antigua, triste y llena de una belleza que la atrapaba sin remedio.
Sin pensarlo, sus pies comenzaron a moverse por sí solos, guiados por la irresistible atracción de esa voz. La arena fría se deslizaba bajo sus pies descalzos mientras avanzaba hacia el agua. No se preocupaba por el frío ni por el peligro que podría acechar en la oscuridad. Solo sentía una necesidad urgente de seguir ese canto, de encontrar a quien lo estaba cantando.
Y entonces, la vio.
Sentada en la orilla, el agua le rozaba las caderas, y su silueta brillaba a la luz de la luna. Larga melena negra, ojos tan oscuros que parecían reflejar el mar, y una expresión tranquila, pero cargada de una extraña intensidad. Su figura parecía fusionarse con el mar, como si perteneciera a él, como si fuera parte de su magia. Dahyun se quedó paralizada, incapaz de apartar la mirada.
La mujer en la orilla parecía una visión sacada de un sueño: su belleza era tan sobrecogedora que Dahyun sintió un nudo en el estómago, un sentimiento profundo que no podía explicar. En ese instante, supo que algo había cambiado en ella, que había sido marcada de alguna manera por esa presencia. Se había enamorado al instante, sin razón, sin explicación.
Dahyun dio un paso hacia ella, sintiendo cómo la marea la alcanzaba, mojando sus tobillos, luego sus pantorrillas. La figura frente a ella levantó la cabeza, y por fin sus ojos se encontraron. La mujer la observó sin sorpresa, como si ya hubiera esperado su llegada, como si su destino estuviera sellado desde el momento en que Dahyun había oído su canto.
—¿Quién eres? —preguntó Dahyun, su voz un susurro lleno de fascinación.
La mujer sonrió, y la expresión en su rostro era tan serena, tan profunda, que Dahyun casi sintió que no podía respirar.
—Soy Tzuyu —respondió, su voz resonando como un eco de las olas, suave y misteriosa.
Dahyun se acercó un paso más, el agua subiendo lentamente, ahora tocando sus caderas. Un estremecimiento recorrió su cuerpo. Había algo en el aire, algo palpable y cargado de energía, que parecía rodear a Tzuyu, envolviéndola en una atmósfera de encanto casi sobrenatural.
—Nunca he visto algo como tú —Dahyun dijo, sus palabras saliendo casi por impulso.
Tzuyu la miró fijamente, y la luna reflejada en el agua parecía hacerla aún más enigmática. Dahyun podía sentir cómo su cuerpo respondía a su presencia, cómo algo dentro de ella se despertaba al mismo ritmo que las olas.
—No soy de este mundo —dijo Tzuyu con una calma que solo aumentaba la tensión en el aire. Su voz era un canto suave, pero sus palabras tenían un peso profundo—. Pero soy lo que el mar ha decidido que sea.
Dahyun tragó saliva, su corazón acelerado por la cercanía. La tensión entre ellas era palpable, como si un hilo invisible las uniera, y Dahyun sintió que se le hacía imposible resistirse. No quería resistirse.
—¿Qué significa eso? —preguntó, aunque en el fondo, ya sabía la respuesta.
Tzuyu se levantó lentamente, el agua goteando de su piel de manera hipnótica, casi mágica. El aire parecía volverse más denso a su alrededor, y Dahyun la observó, como atraída por una fuerza que no podía controlar.
—Soy parte del mar —respondió Tzuyu, su voz una caricia que hacía que Dahyun se estremeciera. Luego, acercándose a ella, con una sonrisa enigmática, agregó—: Y tú… tú eres mía ahora.
Antes de que Dahyun pudiera reaccionar, Tzuyu la tomó de la cintura con una fuerza inesperada. En un abrir y cerrar de ojos, la empujó hacia el agua, hundiéndola en la fría marea. Dahyun respiró profundamente al sumergirse, pero no pudo evitar la sensación de excitación que recorría su cuerpo, como si el agua misma la estuviera abrazando, como si Tzuyu la estuviera reclamando.
Cuando emergieron, Tzuyu la sostuvo firmemente por el rostro, sus ojos fijos en los de Dahyun. El tiempo parecía haberse detenido, y el mundo a su alrededor se desvaneció. Solo existían ellas dos, el mar y la luna.
Sin un sonido, Tzuyu inclinó su rostro hacia el de Dahyun, y el roce de sus labios fue el inicio de una explosión de sensaciones. Un beso lento, profundo, cargado de una tensión eléctrica que ambas compartían. El sabor del mar se mezclaba con el de sus labios, y Dahyun sintió como si el océano mismo la estuviera reclamando, llevándola hacia algo desconocido, algo peligroso y hermoso.
Cuando finalmente se separaron, ambas respiraban con dificultad, el agua salada aún deslizándose por sus cuerpos.
—Ahora, Dahyun… estás conmigo —susurró Tzuyu, su mirada llena de algo más que deseo.
Dahyun, todavía atrapada en ese beso, asintió lentamente, sin poder articular palabra. El océano la había reclamado, y con él, Tzuyu. Y en ese momento, no hubo nada más que el mar, el beso y el destino entrelazado.
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‗ ❍ Datzu One-shots ❞
FanfictionAquí encontrarás una colección de One-shots de mi OTP "DaTzu", el bello ship de Dahyun y Tzuyu del grupo de K-Pop TWICE. ¡Bienvenidx a sumergirte en sus historias! :D ‗ ❍ Puede incluir escenas Lemon y menciones de personajes híbridos. ¡Atentx! ❞ ‗ ❍...