El diario perdido

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Era un día común para Dahyun, quien pasaba el rato en la biblioteca del campus universitario, buscando cualquier excusa para evitar sus obligaciones. Entre estantes polvorientos, su atención fue captada por un libro que no parecía encajar con el resto. Al abrirlo, descubrió que no era un libro en absoluto, sino un diario... y no de cualquier persona. El nombre "Tzuyu" estaba garabateado en la primera página, junto con corazones y dibujos mal hechos de lo que parecía un conejo enamorado.

Dahyun arqueó una ceja y sonrió de lado.
—Tzuyu, ¿qué estás escondiendo? —murmuró para sí misma mientras hojeaba el diario, tentada por la intriga.

El inicio era lo que esperaba: notas sobre clases, observaciones aburridas sobre el clima, y luego… lo interesante comenzó.

"18 de septiembre. Hoy Dahyun llegó tarde a clase, como siempre. Pero maldita sea, ¿cómo puede alguien hacer que incluso llegar tarde sea adorable? Entró con el cabello desordenado y un café que apenas podía sostener, y mi corazón decidió que era el momento perfecto para actuar como un tambor de guerra."

Dahyun soltó una carcajada.
—¿Adorable? ¿Yo? Vaya, Tzuyu, nunca lo habría imaginado.

Siguió leyendo, la sonrisa en su rostro ampliándose con cada página.

"23 de septiembre. Creo que Dahyun me atrapó mirándola hoy. Pero, ¿cómo no hacerlo? Usaba esos jeans ajustados que deberían venir con una advertencia de peligro. Honestamente, ¿cómo espera que la gente se concentre con eso en clase? Estoy empezando a pensar que mi pobre corazón no va a sobrevivir el semestre."

Dahyun se llevó una mano a la boca para no reír más fuerte, aunque su rostro estaba ardiendo.
—Tzuyu, ¿qué demonios?

Pero la parte más impactante llegó unas páginas después.

"15 de octubre. No sé si soy masoquista o simplemente idiota, pero hoy decidí sentarme junto a Dahyun durante toda la clase. Su perfume me hizo querer derretirme en mi asiento. Incluso cuando derramó un poco de café sobre su cuaderno, fue la cosa más sexy que he visto. ¿Qué está mal conmigo? ¿Por qué encuentro esto sexy? ¡Es café derramado, por el amor de Dios!"

Dahyun casi se atraganta con su propia saliva al leer eso. Cerró el diario por un momento, tratando de procesar.
—Sexy... ¿derramar café? Tzuyu, realmente necesitas ayuda —susurró, aunque no podía borrar la sonrisa de su rostro.

No podía detenerse; el morbo y la curiosidad la tenían atrapada. Pasó a las últimas entradas, esperando que hubiera alguna revelación menos comprometedora, pero se encontró con lo contrario.

"3 de noviembre. Hoy Dahyun me habló. ¡ME HABLÓ! Dijo '¿Tienes un bolígrafo?' pero, vamos, eso cuenta, ¿no? Mi cerebro literalmente dejó de funcionar y creo que le di tres bolígrafos diferentes. Luego me miró como si estuviera loca, y sí, tal vez lo esté. Pero estoy loca por ella, así que eso es lo que importa."

Dahyun se inclinó hacia atrás en su silla, soltando una carcajada que finalmente llamó la atención de los demás estudiantes en la biblioteca. Los ojos se giraron hacia ella, pero no le importó. Estaba demasiado entretenida con las palabras de Tzuyu.

La última entrada la dejó sin aliento.

"7 de noviembre. ¿Algún día se dará cuenta de lo mucho que me gusta? ¿O me quedaré como la idiota que escribe sobre ella en un diario mientras finge que todo está normal? Quizás debería besarla y acabar con esto. Pero luego pienso en su reacción y me congelo. Tal vez solo necesito beber algo de valor líquido antes de intentar nada."

Dahyun cerró el diario lentamente, con una mezcla de diversión y sorpresa en su rostro. ¿Tzuyu había estado sintiendo todo esto y jamás lo dijo?

—Bueno, esto se pone interesante... —murmuró mientras metía el diario en su mochila.

Esa misma tarde, Dahyun encontró a Tzuyu en la cafetería, revisando unos apuntes con la misma concentración seria de siempre. Pero esta vez, Dahyun no podía evitar mirarla de forma diferente, sus palabras resonando en su mente.

—Hola, Tzuyu —dijo Dahyun, con una sonrisa traviesa mientras se sentaba frente a ella.

Tzuyu levantó la vista, sorprendida.
—Oh, hola, Dahyun. ¿Qué tal tu día?

Dahyun apoyó los codos en la mesa y la miró directamente a los ojos.
—Oh, nada fuera de lo normal. Aunque encontré algo interesante en la biblioteca.

Tzuyu frunció el ceño, confundida.
—¿Interesante?

Dahyun sacó el diario de su mochila y lo puso sobre la mesa, con una sonrisa que casi rozaba lo maliciosa.
—¿Te suena esto?

Tzuyu palideció de inmediato, sus ojos abriéndose como platos.
—¡Oh, no...!

Dahyun no pudo contener la risa.
—¿Así que soy sexy cuando derramo café, eh?

El rubor en el rostro de Tzuyu no tenía precio.  "Dios, trágame, tierra", pensó ella mientras Dahyun seguía riéndose. Pero, en el fondo, Dahyun no podía dejar de pensar en cuánto valor había en esas palabras... y cuánto deseaba que Tzuyu dejara de esconder lo que sentía para confesar que era mutuo.

‗ ❍ Datzu One-shots ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora