★ 25. Atrapado en la noche

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HAN YERIM

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HAN YERIM

Los días se convirtieron en semanas, y Taki, con su sonrisa tierna y palabras algo torpes, poco a poco fue encontrando su lugar entre el grupo. Conforme iba entrando en confianza con ellos, cada vez se acercaba a Yerim de forma más directa. Riki rechinaba los dientes cada vez que Taki le preguntaba si podía sentarse a su lado o, peor aún, cuando le ofrecía la última pieza de pastel de la cafetería.

—No necesitas ser tan... obvio —le soltó Riki un día.

—No estoy siendo obvio... ¿verdad? —respondió, con una mezcla de vergüenza y risa nerviosa. Sus mejillas rojas fácilmente podían confundirse con un globo rojo.

Las comidas en la cafetería eran, por así decirlo, un caos. Probablemente, los únicos dos normales de ahí eran Jungwon y Yunseo, quienes comían, ajenos a las conversaciones —mayormente discusiones— entre Riki y Taki. Entre más conocían la relación entre esos dos, quedaba más que claro que Riki y Taki definitivamente habían crecido juntos, como dos hermanos, peleando por todo, pero al final nunca podían separarse.

Después de comer, Riki y Jungwon siempre desaparecían hacia la cancha de baloncesto. Mientras tanto, las chicas —y Taki—, siempre terminaban yendo a verlos jugar.

Ese día, como cualquier otro, el cielo estaba despejado y se sentía ese frescor tenue. Las ramas de los árboles aún no tenían hojas, dejando que la luz se filtrara sin obstáculos, formando manchas doradas sobre la cancha de baloncesto. Jungwon y Riki corrían junto a otros chicos de un lado a otro, el sonido del balón rebotando en el cemento. Desde las gradas, las chicas los observaban, un poco distraídas entre risas y comentarios ocasionales sobre lo que pasaba en el juego. Taki estaba sentado al lado de Yerim, inclinándose un poco hacia ella con esa curiosidad tan suya.

—¿Y... tienes algún pasatiempo?

—Mmm... me gusta escuchar música y leer —respondió ella con un encogimiento de hombros.

—¡Ohh~! ¿Qué te gusta leer? —insistió él, como si acabara de descubrir algo fascinante.

—De todo un poco. Últimamente he estado leyendo sobre las Estrellas de Wolf-Rayet —contestó Yerim, como si fuera lo más común del mundo.

—¿De qué película son? —preguntó Taki, inclinando la cabeza con una sonrisa ingenua.

Yerim lo miró, parpadeando un par de veces antes de soltar una risa suave.

—No, no son de una película. Son un tipo de estrellas reales. —Taki no dejó de observarla con la misma sonrisa que le indicaba que aún no entendía—. Son estrellas muy masivas... muy grandes —dijo, cambiando por una palabra más simple— y están perdiendo sus capas exteriores por los vientos estelares. Básicamente, están en sus últimas etapas antes de explotar como supernovas.

We Were 18 ⇝ Nishimura RikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora