𝙽𝚄𝙼𝙸𝙳𝙸𝙰, 𝚁𝙾𝙼𝙰
𝟸𝟷𝟷 𝚍.𝙲𝘈𝘕𝘕𝘌𝘚𝘏𝘈
═════════ ⚜ ═════════La angustia me invade, cientos de flechas salen disparadas de los barcos enemigos, clavándose en los cuerpos de nuestras tropas, y enviándolos a la marea agitada que rodea la tierra que defendemos. Sabíamos que este momento llegaría, sin embargo, no pude evitar que el miedo me invadiera en el instante en que escuché el shofar anunciando la llegada de los romanos.
Todo parece ir en cámara lenta, los gritos y el sonido de las espadas chocando entre sí, se distorsionan por los fuertes latidos de mi corazón. Arishat, mi hermana mayor, está a unos metros de distancia, preparando su arco para disparar a los enemigos. Ella es la mejor arquera y tengo fé de que saldremos juntas de esto y podremos reunirnos para celebrar nuestra victoria.
El general conquistador nos apunta y sus arqueros no tardan en disparar hacia nuestra dirección. Me alcanzo a cubrir con el muro, saliendo ilesa, sin embargo, muchos de mis compañeros no lo logran, entre ellos Arishat. Todo se detiene en el momento que una flecha atraviesa su pecho, haciéndola caer al mar. Intento encontrar el delgado proyectil que también me ha herido, pero no hay nada. Nada sólido me ha lastimado, pero parece que estoy a punto de morir. Quiero morir. Quiero irme con Arishat.
Después de un par de horas de combate nuestras tropas han caído frente a los romanos, nuestra tierra ahora les pertenece, al igual que el destino de cada uno de nosotros.
Toco la profunda herida que hay en mi brazo derecho mientras observo como los cuerpos de mis amigos están siendo consumidos por el fuego. Los gritos estruendosos de sus esposas, hijos o madres me erizan la piel. Mi vista se empaña, anunciando la presencia del llanto. Volteo hacia dónde se encuentra Hanno. Entre sus manos hay un pequeño pedazo de flecha que le arrebató la vida a su esposa, la aprieta con fuerza, su mirada llena de ira exige vengar la muerte de mi hermana. Deseo lo mismo, deseo ahogar a los culpables en su propia sangre, y que por primera vez en su vida, supliquen piedad.
⚜
𝙾𝚂𝚃𝙸𝙰, 𝙿𝚄𝙴𝚁𝚃𝙾 𝙳𝙴 𝚁𝙾𝙼𝙰
Un fuerte movimiento me indica que hemos llegado a tierra. No tengo idea de cuántos días navegamos, tampoco sé a dónde nos dirigimos ni mucho menos el propósito. La incertidumbre me está matando, no sé lo que me espera en ese lugar, sin embargo, me reconforta saber que Hanno está aquí, dentro de alguno de los barcos.
Los guardias nos ordenan bajar, no quiero problemas así que obedezco. Mis ojos se cierran apenas salgo al exterior, el sol es muy intenso y el calor no tarda en invadir cada parte de mi cuerpo. Mis ojos se abren de más al observar la ciudad, es enorme, y las calles están invadidas por personas que ruegan por agua y comida.
Un escalofrío me recorre el cuerpo en cuánto algo frío me toca la espalda, miro por encima de mi hombro encontrándome con un par de ojos azules. Es Hanno. Su rostro está lleno de heridas, algunas más pequeñas que otras. Su cabello ondulado y aterrado está pegado a su frente por el sudor que despide su piel bronceada, sucia y mallugada.
—¿Estás bien? —asiento respondiendo a su pregunta y reprimiendo mis ganas de llorar por la perdida que ambos compartimos.
—¿Y tú? —en respuesta únicamente recibo una sonrisa floja y casi imperceptible, muy distinta a esa sonrisa amplia y deslumbrante que le caracteriza.
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𝘓𝘈 𝘊𝘌𝘓𝘋𝘈 𝘌𝘚𝘊𝘈𝘙𝘓𝘈𝘛𝘈
Fanfiction«El Emperador Geta jamás imaginó que hubiese algo más tentador que poder gobernar el imperio de Roma. Y Lucio, nunca creyó que gozaría de ser esclavo de las fantasías que se escondían en lo más profundo de su ser.»