¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Rodrygo!—llamó desde la planta baja.
—¡Voy!—salio de la habitación con una toalla al rededor de la cintura cubriendo su sexo, habia salido de bañarse asi que su parte de arriba quedaba expuesta.
—¿Me estas engañando?—pregunto cruzando los brazos.
Rodrygo abrio los ojos como platos y solto una pequeña risa irónica.
—¿Es broma no?
—No. Te estoy preguntando si me estás engañando con algun otro bastardo.—entre dientes.
—Claro que no, te amo a ti y solamente a ti, ¿por que me preguntas eso?—frunció el ceño.
—¿¡Y te atreves a preguntar por que!?—golpeo la mesa y se acerco con pasos amenazantes a Rodrygo.
—Eh, Lucas...—retrocedió sintiendo miedo de su pareja y lo que sea que le haga, es mejor retroceder y estaba casi en paños menores asi que correr no era una opción.
—Te dire una sola cosa, te atreves a engañarme y no te hare cariñitos suaves, claro que no. De una sola paliza te mando a donde tu madre.
—Al menos ella me cuidaría...—tartamudeo un poco chocando contra la mesa.
Paquetá suspiro pesado y de un movimiento brusco y repentino su palma choco contra la mejilla de Rodrygo abruptamente haciendo que de los labios del menor gimiera del dolor y el ardor.
—Cállate, te estas poniendo cada vez peor, ahora vete a cambiar no quiero que piensen que vivo con una perra prostituta que puede andar como quiera.
—Esta bien, amor, voy a ir...—gime de nuevo del dolor y salió apresuradamente hacia la habitación.
Rodrygo se miro en el espejo observando que su mejilla comenzaba a ponerse roja debido al fuerte bofetón que le puso su pareja, cada día tenía más miedo de que las cosas subieran de nivel, de que todo empeorará. Se sentia claramente preso de Paquetá ya que tenía que acatar las ordenes de él y jamás romperlas, pero de todas formas sabía que no tenia que dejar que lo controlara de una manera absurda, eso era lo que menos deseaba.
