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Compramos varios conjuntos de ropa. Algunos combinaban, aunque no eran muy similares. Usando esto en eventos podríamos parecer una pareja de verdad

—¿Quieres ir a comer algo?.— cuestionó mientras paseábamos en el centro comercial con bastantes bolsas en nuestras manos —Y ya después vamos a casa.—

—¿Puedo elegir la comida de hoy?.— pedí

—Depende.— sonrió un poco —¿Qué se te antoja?.—

Lo pensé un poco, seguíamos caminando entre la gente que había ahí. Algunos nos miraban, otros ni siquiera nos prestaban atención, eso me hacía sentir paz

—¿Sushi?.— sugerí

—Hubieran preferido otra cosa, pero bueno.— se resignó

Había un local de sushi cerca así que nos dirigimos hacia allá. Cuando llegamos simplemente entramos y nos sentamos en el lugar disponible, estando ahí nos pasaron un menú con bastantes opciones

—¿Quieres un rollo california?.— preguntó

—Si, pero quiero más que solo eso.— no me limité, él se burló

Debatimos por unos segundos hasta que pedimos nuestra comida. Mientras esperábamos simplemente charlábamos

—Te tengo algo preparado.— avisó —Pedí un paquete especial y debería llegar hoy.—

—Ya sé que dijiste que me llenarías de regalos, pero para un poco.— pedí —No tengo mucho que darte así que me sentiré mal.—

—Es lo último que te daré por ahora.— aseguró y asentí

Nos quedamos en silencio por algunos segundos más

—Jamás te pregunté, siempre me dices "Ru", pero..— exclamó mirándome —¿Tú tienes algún apodo?.—

—¿Apodo?.— pregunté confundida

—Si, algo de tu infancia.— intentó averiguar

Lo pensé a fondo, no había nada que me marcara mucho. Aunque hubo un tiempo que mi mamá me llamaba "Aurora" por enamorarme de un chico llamado Felipe.

—Jamás tuve ninguno.— conté

—¿Te puedo poner uno?.— cuestionó ahora

—Usualmente la gente no pregunta si puede, simplemente lo hace.— reí un poco —¿Por qué me quieres poner un apodo justo ahora?.—

—Te pondré un apodo para que cuando lo escuches sepas que soy yo.— avisó sonriendo un poco

Nuevamente aquel sentimiento de calidez y de descontrol en mis latidos apareció. Intenté controlar aquellas emociones para no parecer extraña frente a él

—Está bien, de todas maneras creo que amaría tener un apodo puesto por ti.— sonreí un tanto nerviosa

Nos trajeron la comida. Nosotros empezamos un ligero debate intentando conseguir el mejor apodo












(.....)

Regresamos a casa, Rubén llevó todas mis bolsas hasta mi habitación y después se fue. Yo me mantuve acomodando lo que habíamos comprado

—"Miyu", ¿qué tipo de apodo es ese?.— bufé en susurro —"Es un nombre Japonés", sé que está obsesionado con ese país, pero no por eso tiene que comportarse como un friki.— me quejé aún en susurro

Me molestaba que a pesar de que intentaba buscarle algún defecto a Rubén no podía encontrar ninguno. Incluso su fanatismo por otro país me resultaba tierno

—El paquete si llegó.— la voz de mi "novio" interrumpió mis pensamientos

Lo miré, parecía esconder algo detrás de su espalda

—Cierra los ojos.— pidió y obedecí —Ahora extiende tus manos.—

—Me pones muy nerviosa.— reí haciendo lo que decía

Esperé unos segundos hasta sentir una caja en mis manos. No podía pensar en lo que era

—Abre los ojos.— pidió ahora

Lo hice y al ver de que se trataba sonreí. Era una de esas cajas de regalo donde venía su mercancía

Fui hasta mi cama para dejar la caja ahí y abrirla. Había una sudadera y un gorro negros, con el logo del rubius

—Regalarme cosas con tu logo me parece algo narcisista.— dije mientras me ponía la sudadera, me quedaba un poco grande, pero era perfecta

—Era lo único que me faltaba regalarle a mi novia.— se burló

Caminé hasta mi espejo para modelar un poco aquella prenda, ahora me sentía importante

—Cuando estemos solos no digas que soy tu novia.— pedí girándome a verlo

Él parecía confundido, pero asintió estando de acuerdo. No se lo pedí porque no me gustara que lo dijera, se lo pedí para no seguir ilusionándome

—Vale, me pasé un poco.— parecía avergonzado —Pero bueno, ¿qué te pareció el regalo?.—

—Lo amo.— indiqué feliz —Esto es perfecto para decir...—

Hice una pausa y señalé un poco el logo que había en la sudadera

—Te quiero mucho Rubius.— solté

Él pareció quedarse inmóvil unos segundos hasta que empezó a reír un poco

—Yo también te quiero Miyu.— habló acercándose un poco y acarició mi cabello

Al tenerlo tan cerca, fue inevitable no aprovechar un poco de mi valentía, lo abracé y me aferré a él

—¿Qué pasa?.— preguntó confundido

—Necesitaba un abrazo.— mentí, simplemente me habían dado ganas

—Pero si estabas bien hace un segundo.— recordó —Bueno, igual no me quejo.—

A pesar de la diferencia de altura, los abrazos de Rubén eran bastante cálidos. En este momento sentía tanta paz, que no podía ni imaginarme que algo malo pudiera pasarnos... solo estaba siendo muy positiva

𝐒𝐓𝐀𝐑𝐒𝐓𝐑𝐔𝐂𝐊 [Rubius X Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora