VII

71 12 4
                                    


Ford se encontraba acostado en su cama durmiendo, ya eran más de las 12 del mediodía y todavía no se levantaba. Después de lo que había pasado ayer, le costó mucho conciliar el sueño. Esta vez no se había quedado despierto toda la noche inmerso en sus inventos, sino que sus pensamientos estaban totalmente consumidos con la imagen de aquel demonio que tanto lo atormentaba.

Luego de unos minutos de profundo sueño, su mente por fin comenzó a despertarse y sus párpados fueron abriéndose lentamente.

A medida que sus ojos comenzaban a entrever la opaca decoración de la habitación, también podían notar levemente a una persona de cabello dorado flotando a su lado. Todavía no estaba totalmente lúcido para articular palabras, pero la fuerte e inconfundible voz del contrario terminó de despertarlo.

- Al fin despiertas Sixer, hoy sí que dormiste. Es grandioso que en el Mindscape incluso puedas emular la acción de dormir ¿no lo crees? – soltó Bill al mismo tiempo que leía una especie de revista interdimensional.

- ¿Bill? ¿Otra vez aquí?

- Oh, no te preocupes, esta vez no estoy aquí a causa de que hayas estado borracho anoche y me pidieras que no te abandon-

- ¡Ya- Ya cállate! – Ford se había despertado tan solo hace unos segundos, pero ya se sentía totalmente tenso y... un poco avergonzado – Entonces... ¿por qué estás aquí?

- Bueno, como ayer quedamos en una tregua, supuse que estaría bien si venía a hacerte compañía. – dijo Bill al momento en el que cambiaba el escenario actual y hacía aparecer una mesa con tazas de té y unos postres - ¿Desayunamos juntos Sixer? La comida en realidad no es para ti, a menos que quieras quedarte mas tiempo aquí conmigo - declaró sonriendo.

Ford no entendía del todo la situación. No sabía si la promesa que hizo Bill haya sido realmente genuina o si ahora solo estaba fingiendo amabilidad para poder ganar su confianza y luego traicionarlo otra vez. En ese momento él estaba vulnerable, y accedió a una tregua, pero hoy después de reflexionar toda la noche, ya no estaba tan seguro.

El humano se sentó en una de las sillas y tomó una de las tazas de té – Bill, dime una cosa.

- Lo que quieras Fordsy. ¿Qué tienes en mente? – respondió mientras le servía té en la taza al contrario.

- ¿Lo que me dijiste ayer fue cierto?

- Bueno ayer dije muchas cosas.

- Me refiero a eso de que aceptaste intentar cambiar.

Bill se tensó un poco – Ah, te refieres a eso. ¿De verdad quieres que me convierta en un santo, Fordsy? Sería un verdadero desperdicio de mi encanto, ¿no crees?

- ¡Bill! ¡Lo prometiste!

- Si, si lo sé. Pero a pesar de que hablan como si fuera algo importante, ustedes los humanos no siempre cumplen sus promesas, ¿me equivoco?

Ford conto hasta un millón. Sabia que no podía ponerse cómodo demasiado rápido.

- Para mí es importante Bill y es la única razón por la que sigues aquí y no te saqué a patadas todavía.

- ¡Vamos Fordsy solo estaba jugando! Aunque sabes que tengo razón, no pienso faltar a esa promesa. Por ti, haría cualquier cosa.

Bill realmente tenía una extraña y molesta capacidad para jugar con sus emociones. Por un lado, estaba cansado de sentir como si estuviese en una montaña rusa constante; pero, por otro lado, Bill finalmente había dicho que sí cumpliría su promesa, por lo que no le quedaba de otra más que continuar con esto y comprobar si realmente podía confiar en él de nuevo.

𝕸𝖞 𝖍𝖊𝖆𝖛𝖊𝖓, 𝖞𝖔𝖚𝖗 𝖍𝖊𝖑𝖑.  (🇧‌🇮‌🇱‌🇱‌🇫‌🇴‌🇷‌🇩‌)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora